domingo, 14 de octubre de 2012

Fuera de este Mundo. Tercera parte



FUERA DE ESTE


Postales de un lugar diferente
Tercera parte



Llegamos a la tercera y última entrega de estas postales sobre Mundo Bar. Los jóvenes de la ciudad han manifestado, a lo largo de estos tres domingos, su descontento con el cierre de este lugar de esparcimiento y recreación. En distintas claves, con quejas, sugerencias, remembranzas, han intentado defender este espacio que desde hace ya varios años se convirtió en parada oficial para todos los músicos que vienen y van a Córdoba, Rosario o Buenos Aires; pero por sobre todo, para el desarrollo del importante potencial musical que se encuentra en Villa María.
Para cerrar estas páginas cinco textos, cinco posturas sobre el tema en cuestión; inclusive, reproducimos una opinión de un bellvillense que manifiesta atravesar una situación similar en su ciudad. El tema no se ha agotado, estas visiones parciales de esta compleja situación, solo han intentado mostrar las diversas realidades y sentimientos por parte de quienes asisten a este tipo de lugares. Quizás estas páginas no hagan que las puertas de este bar se abran; pero al menos, nos permitirán reflexionar y sacar algunas conclusiones que nos permitan mejorar como dueños, gobernantes, asistentes, músicos… siempre teniendo como horizonte el desarrollo cultural de la ciudad que elegimos para vivir.

Por Darío Falconi
eldiariocultura@gmail.com
fotos tomadas del Facebook Mundo Bar





NO AL CIERRE DE MUNDO
Por Rodrigo Piedra
Publicado en Indie Hoy
  
Resulta que en una ciudad un poco alejada de los polos culturales del país sucede algo que la mantiene viva hace un par de años. Una movida que pocos hubiesen creído posible cuando la ciudad de Villa María, en la provincia de Córdoba, no era lo que es hoy, con todos sus habitantes, universidades e industrias. Ciudad que con sus casi 100.000 habitantes pareciera totalmente chata con su público regular de “boliches grandes”. Pero ahí en pleno centro, en plena avenida Irigoyen, se emerge Mundo Bar, o simplemente “el bar” como lo llamamos los habitués.
Ningún otro lugar le ha dado a esta ciudad el espacio que ni siquiera ningún gobierno municipal ha sido capaz de darle a la cultura (ojo que tampoco desacredito a lugares más nuevos que también le dan lucha). Bandas en vivo viernes y sábados (a veces también los jueves, a veces también los domingos), muestras de fotos, dj sets, artistas plásticos exponiendo, festivales ecológicos, casa de la primer fiesta de Indie Hoy, por decir algunas cosas que se me vienen ahora a la cabeza. Lo importante era que todos estos eventos no se encasillaban en ningún género: el rock siempre fue el protagonista principal pero hubo cabida para bandas pop, electro, reggae, ska, heavy, folk. Cantautores solistas, bandas emergentes, bandas locales, bandas consagradas. Un lugar que ibas solo y podías terminar hablando de música, de cine o de libros con cualquiera mientras compartías una cerveza. Y si ameritaba la ocasión, en el patio.
“El bar” pasó por decenas de clausuras por parte de una municipalidad “encaprichada” con el lugar. Una vez más, una Municipalidad del mundo es culpable de poner en vilo a una juventud que cada vez tiene menos lugares para salir y que encima no tiene nada que ver con su mundo. No somos culpables de no escuchar lo que pasan en los “boliches grandes”. El rock y la cultura no suceden en esos lugares grandes.
Desde la Municipalidad de Villa María, que curiosamente está justo en diagonal al Bar, ayer lunes 3 de septiembre aconsejaron “cerrar el bar” por la nueva ordenanza para bares vigentes. Atentos que viene la parte ridícula: exige que la gente no baile, que la música sea “ambiental”, que los shows sean de sentado, que no haya luces de colores ni tenues, que no se cobre entrada y prohíbe tener un DJ.
Aparte de darme vergüenza ajena esa ordenanza, me da miedo. ¿Qué? ¿Qué pretenden?
No voy a entrar en cuestiones históricas, ni mucho menos de carácter político, pero de cerrar Mundo va a haber un montón de jóvenes que se van a quedar sin su espacio, el espacio cultural que la Municipalidad jamás pudo darles y que se esmera en quitar. Si cierra me quedo tranquilo de haber sido partícipe de algo que no podría explicar en palabras, pero mágico si se quiere. Y sobre todo por la gente, porque sé que con las pilas que tienen estos chicos estos lugares se van a multiplicar, acá y en todas partes. Pero voy a extrañarlo.




MUNDO DONDE ES
Por Pablo Costantino Felipe

 "Una casa es mucho más que la construcción material donde vivimos. Por el hecho de habitarla, transmitimos a sus espacios el color de nuestra existencia y de nuestros estados de ánimo. Según la ocasión, sabremos buscar entre sus ambientes una habitación determinada, un rincón especialmente acogedor o un espacio abierto y luminoso que nos sirvan como marco apropiado para participar de nuestras vivencias, para contenerlas o para permitir su expansión.
El arte, que capta los latidos del hombre en todas sus manifestaciones, ah prestado especial atención a la compenetración del hombre con sus espacios vitales íntimos sociales."

¡¡MUNDO DONDE ES, NO EN OTRO LUGAR!!




OTROS MUNDOS
Por Nicolás Rizzo y Emilia Casiva

                                                        Buscar y saber reconocer quién y qué,
                                                        en medio del infierno, no es infierno,
                                                        y hacer que dure, y darle espacio.

                                                                        Ítalo Calvino
  


Nos sentamos a escribir estas líneas porque para nosotros, como para tantos, Villa María sin Mundo Bar ya casi no nos parece Villa María. Nos habíamos acostumbrado, y dábamos por sentado, su existencia. No imaginábamos que habría que “defenderla”, “explicarla” o “sostenerla”. Quizás sea que uno se acostumbra rápido a las buenas cosas y por eso, porque las juzga como justas y felices, como “buenas” cosas, sospecha que los demás también lo harán.
Y en este caso no nos referimos a los muchísimos que se manifestaron, sintiéndose indignados, tristes, insultados ante la inminente desaparición de un espacio al que consideraban propio en muchos sentidos, sino a aquellos cuya función y responsabilidad los compele a escuchar lo que todo un grupo de ciudadanos está demandando de ellos. Por eso nos sorprendió, por ejemplo, el silencio absoluto, la falta de pronunciación al respecto por parte del área de Cultura de la Municipalidad. Algún funcionario nos comentaba no estar al tanto del eje del conflicto, pero reconocer, sí, a Mundo como un espacio de expresión cultural y artística. ¿No debería entonces, Cultura Villa María interiorizarse en el asunto y tomar parte en una situación que les atañe (directamente) en tanto espacio de gestión vinculado a las actividades culturales de la ciudad? Más áspera se pone la cosa, si tenemos en cuenta que el proyecto con el cual se identifica dicha área (a un nivel más macro) esgrime justamente como bandera la participación juvenil activa en la construcción política de ciudadanía.
Porque no es un dato más que quienes expresaron su frustración y bronca ante el cierre de Mundo, y quienes se vienen organizando para ponerle el pecho a la situación, hayan sido, en su gran mayoría, jóvenes. Son ellos los que han entendido que no se trata en este caso de defender un local o un negocio, sino un espacio que fue soporte y motor de un modo de gestión y producción colaborativo y solidario: las lógicas de funcionamiento de Mundo estuvieron siempre sostenidas sobre esas bases. Eso pueden preguntárselo a cualquier artista (más o menos consagrado o emergente; local o visitante; punk o folk) de los miles que han transitado el espacio. Y de eso da cuenta también, el hecho de que las manifestaciones expresando el descontento por la situación no hayan venido -ni exclusiva ni mayoritariamente- de parte de los encargados directos o dueños del bar. Éstas abarcan un abanico mucho más amplio, irreductible a un “yo” o a alguna decisión individual, una respuesta que nos habla de dinámicas colectivas de acción e identificación.
Porque lo que se fue armando en Mundo a lo largo de estos años fue una apuesta a la construcción de lazos sociales, un hábitat afectivo, un entramado social-artístico y vital donde muchos de sus habitués fueron creciendo y tejiendo su identidad como sujetos. Una red de afectos, deseos, y voluntades articuladas en torno al arte y tramadas, inevitablemente, en conjunto. (Con las complejidades, disputas, idas y vueltas que ello implica). ¿Existe una acción más evidentemente política que ésta? ¿Cuál sería el rol de una gestión cultural seria (ahora sí, por parte del estado) sino estimular, proteger y propiciar esta clase de acciones? Es -cuando menos- triste, persistir en el desconocimiento o el desinterés respecto de una de las iniciativas culturales más valiosa, interesante –incluso a nivel nacional- y, lo que no es menor, ferozmente sostenida en el tiempo, que se haya sucedido en esta ciudad. A fin de cuentas, termina prevaleciendo la repetición de las mismas fórmulas (covers u homenajes a algún que otro artista foráneo y famoso) por sobre el incentivo a la producción artística local. Ya perdimos El Estilóbato y cuántos emprendimientos más por los mismos motivos mezquinos y cortos de miras.

Creemos que no es momento de entristecerse o manifestar buenos augurios para “lo que vendrá”, sino empezar por rever un marco legal que estimule y proteja la producción cultural independiente de la ciudad, redefiniendo, por ejemplo y sin entrar en detalles, la noción de “bien público” establecida por la ordenanza de la cual ha derivado la clausura definitiva de Mundo. A menos que se trate de cuestiones burocráticas (referidas a las facultades de otorgamiento/ remisión de habilitaciones) lo que está impidiendo que las distintas áreas de la municipalidad resuelvan en conjunto el tema. Lo cual nos dejaría con la amarga noticia de que, otra vez, la burocracia prima sobre la decisión política. Para ser sintéticos: en Villa María se encuentra perfectamente habilitando el funcionamiento (ejem) de un CASINO a media cuadra del edificio municipal, pero no así un espacio (ya sea que éste intente encuadrarse en el rubro bar, pub, club o asociación) que implique “la reproducción de música con fines de baile para divertimento” (Ordenanza Nº 6.539). Para eso, hay que irse lejos. O quedarse sentado, quieto y sin cobrar un mango.
Mientras grupos de artistas y productores ya se están reuniendo y discutiendo una legislación improductiva que, a fin de cuentas, obstaculiza y persigue el desarrollo de las prácticas artísticas independientes, desplazadas de la soberanía del mercado o de los eventos auspiciados por el estado, continuamos esperando una respuesta pública-por parte de los representantes políticos- que sepa situarse a la altura de las circunstancias. Una respuesta que respete y reconozca, finalmente, otras ideas de comunidad. Otros mundos.



CREO YO
Por Iván Morant

Muchos dicen que el rock murió acá en Villa María, digo Rock abarcando todos los estilos que se desprenden de ese nombre (rotulo)... Muchos dicen que acá en la ciudad retrocedió varios casilleros en el tiempo... pero si te fijás hoy hay varios lugares para ir a ver bandas y escuchar la música que nos gusta y es acá donde saltan los prejuicios... "de quién lo organiza", "quién trajo la banda", "el lugar donde se hace", "es muy lejos", "es grasa", "el que pasa música es puto", "es muy concheto", "es un antro de mierda", "es muy gueto", "es muy pop", "no van minitas", "muchos nenucos", "mucha gorrita", "no pasan los Redondos", "pasan Los Redondos" "es too cool for me"… es esto es aquello y todo así para generalizar, nos vamos poniendo Ga gá Y SI CREO YO esto nos caga a todos...       




BELL VILLE, 26-08-12
Por Lucas Heredia


A los ciudadanos de Bell Ville, jóvenes, adultos, a la Municipalidad, a la Secretaría de Cultura.

La intención de estas líneas es demostrar mi entera disconformidad con una nueva reglamentación que implementa el “gobierno de la ciudad”, para con los espectáculos artísticos y culturales de Bell Ville.
Como músico, como ciudadano que simplemente quiere volver a su ciudad y concurrir a algún tipo de evento así sea como música en vivo, teatro, literatura etc. Es de público conocimiento, que hoy nuevamente nos están cerrando espacios de expresión cultural y artística. La falta de habilitación de espacios para dichos eventos, la falta de colaboración y apoyo de parte de la Municipalidad. Pienso que (con todo respeto) no tienen en cuenta el trabajo y el compromiso que se toman los artistas para preparar sus shows, los ensayos, gastos en equipos, y muchas otras cosas más… como dije en varias ocasiones dialogando con amigos, Bell Ville tiene lugares donde se pueden organizar eventos, la Casa de la Cultura, el parque Fransisco Tau (donde se encuentra el deshabitado escenario Artemio Arán, el bar Manukam, el balneario, Ritual Bar, entre otros lugares) ¿qué hacemos con esos espacios? Claro, me olvidaba del Acuarama... ¡¡festival para la familia!!! ¡¡Del Musicentro!! De la tal Coqui R., ¡que la rompió con su recital de súper lujo al costado del río! ¿Por qué apostamos a esas cosas y no a los artistas locales? ¡¿Por qué para traer una banda “conocida” al centro hay presupuesto y para eventos con artistas locales ni si quiera hay un lugar!? No entiendo ché…


CITO LO SIGUIENTE:

Fuente: dirección de cultura Bell Ville
“Generación de acciones concretas tendentes a permitir el acceso, disfrute y participación en la vida cultural de la ciudad y salvaguardar la libertad creativa y expresiva de las personas”…
Perdón pero clausurando y censurando a los artistas y espacios locales no creo que lleguemos a nada de libertad creativa ni expresiva mucho menos… tal vez nos conformemos con poner al “palo” al equipo de viola en nuestro garaje y cuando venga la Coqui R. bueno… iremos a verla…

Saludos cordiales. 





(*) Publicado en EL DIARIO del Centro del País
Domingo 14 de octubre de 2012
Villa María, Córdoba, Argentina.



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