domingo, 5 de febrero de 2012

Lecturas de Verano 2012 - Quinta entrega




LECTURAS DE VERANO 2012
Quinta entrega


Se ha dicho muchas veces que la literatura salva al hombre.
Es en ese encuentro entre hombre y palabra en el que es posible realizar todos nuestros sueños. La escritura nos transforma en seres pensantes, nos permite dislocarnos de sí mismos para vernos, para pensarnos en otros contextos, para poder cumplir de una vez nuestras expectativas y sueños.
Hace ya algún tiempo el Taller Literario coordinado por la profesora Cristina Pablos en la Unidad Penitenciaria Nº5 se ha convertido en una isla entre los muros de concreto. Allí, cada quince días, se ha dado rienda suelta a la imaginación y se ha creado un espacio que posibilita el ejercicio de la palabra, del pensamiento y del compañerismo.
Con el título de “Sentimientos compartidosla Sociedad Argentina De Escritores Villa María, ha publicado un volumen que recopila los resultados de esos encuentros literarios.
Las lecturas de verano de este domingo y del próximo, los tiene de protagonistas, para mostrar que después de todo hay esperanza. Como dice Pablos, aquí están los trazos de “ellos [que] son los que conocen la noche del tiempo con la sensación de una eterna despedida”.


Darío Falconi





[Poema]
Ariel Acosta

Un día te fuiste de mí,
con tu magia y tu sencillez.
Te vi tan frágil
que creía perderte.
Pero, ese día, en que
el cielo se oscureció;
todo quedó en la distancia.
Lejos de poder contarte
mis sueños…
Comencé a amarte
y quise recuperar
mi libertad,
para estar contigo.


* - * - * - * - * - * - * - * - *

El mar
Arturo Barrías

Silencio en el muelle,
distante del alba
trae el arrullo
del lamento obstinado
de las olas.
Junto a ellas,
las golondrinas
humedecen su plumaje
en el manto azul
de las aguas.

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Esperanza
Marcelo Ferreyra

Al levantarme, por la mañana,
pude observar que el día era gris.
casi tan gris como mi tristeza.
Y pensé ¡hasta cuándo!
el dolor será mi dueño.
Mientras, la nostalgia comenzaba
a recorrer mi mente.
De repente,
un estruendo entremezclado
con una luz brillante
que descendía del cielo,
sacudió mi ser y me dije
¡Ah! Temblando me aferré
a las rejas de mi ventana,
mientras, el gris se tornaba
cada vez más oscuro.
Eso anunciaba la lluvia
que comenzaba a caer.
Y yo, que creí que el día
era triste por el gris de mi tristeza.
¡Oh! Exclamé para mis adentros.
Era como mirarme al espejo
que reflejaba mi ansiedad.
Nuevamente las añoranzas
se apoderaron de mi ser.
Tantos bellos recuerdos
hacían que mis lágrimas brotaran
y se entremezclaran con la lluvia.
Era una sensación muy confusa.
¡Me sentí tan impotente!
Mientras luchaba con tantas emociones
una blanca paloma entró por la ventana,
temblorosa y muy cansada, parecía.
Se posó frente a mí,
como queriéndome decir algo.
La tomé entre mis manos.
Ambos mirábamos hacia fuera,
con la misma esperanza: la libertad.


* - * - * - * - * - * - * - * - *

Inmenso amor
Fernando Galarza

Si tuviera que expresar
el significado de la palabra “amor”,
buscaría jugar con las frases
que hablen de versos
y descubran sueños.
Juntaría aquellas tristezas
que, por su causa,
siempre quedan dentro.
Y recordando una dulce mirada,
dejaría al vacío, que hable en silencio.
Si pudiera atrapar la luna
mirando a escondidas,
un sol mañanero,
hablaría de eternos senderos
que sólo comparten
un mágico encuentro.
Cerraría lentamente los ojos,
abriendo mis alas
volando… muy lejos…
Pintaría una obra en lo alto
y, junto al paisaje,
pondría un “te quiero”.
Si tuviera que hablar desde el alma
diría que no hay vida,
que sin ti no hay cielo.
Dejaría mi mundo en tus manos,
para tenerte cada día más cerca
y que sientas así.
¡Cuánto te amo!

* - * - * - * - * - * - * - * - *


El tiempo
Pablo Gómez

Sin saber quién eras, salí a caminar detrás de ti, en busca de tus sueños perdidos porque, si mal no recuerdo, tú me dijiste dónde estaban ellos. Yo, como adolescente travieso, sin saber nada empecé a caminar, dejando de lado todo y descuidando lo bello que es vivir. Como un adolescente inconsciente corrí, corrí junto a ti y, de repente, caí en un vacío.
Descubrí que ya no era aquel adolecente y que, sin darme cuenta, lo que tanto buscaba y de lo que quería aprender, ya había pasado: EL TIEMPO.
Por haber recorrido tan rápido no lo pude ver y ni siquiera lo pude disfrutar.
Hoy, soy un viejito lleno de arrugas y vos, que nunca me dijiste ni siquiera tu nombre, me quitaste toda la juventud.
A pesar de todo voy a querer seguir soñando por EL TIEMPO existe y siempre existirá. Sólo hay que saber hacerse un lugar en él para aprender a vivirlo y así, poderlo disfrutar.

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Buscar
Pablo Gómez

Aquí estoy,
intentando que el tren
de mis pensamientos
vuelva a su andar
… para encontrarte.
Porque sólo en ti
puedo hallar mi Paz.
sin vos
todo se vuelve imposible.

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Los errores
Gabriela González

Dicen que de los errores se aprende. Pero ¡qué diferente! Sería aprender sin cometer “esos errores”.
Se evitaría chocar con el dolor, la angustia, la desesperación que nos da el darnos cuenta que, por haber cometido esos errores, perdimos de vivir nuestras cosas más preciadas, es decir, nuestros hijos y hasta nuestra propia vida. Sólo nos queda vivir con la angustia, la soledad y el dolor de saber que fue nuestra culpa que, consciente o inconscientemente, perdimos, de alguna manera de gozar de nuestra vida y el crecer de nuestros hijos.
Pero, casi sin darnos cuenta, en un tiempo determinado, el error se paga, la vida se recupera y a uno le queda como aprendizaje no volver a tropezar con las mismas actitudes y valorar las pequeñas y grandes cosas que la vida nos ofrece.
Está en nosotros valorarlas y no volver a cometer los mismos errores.


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[Poema]
Julio Ocaño

En algunas de mis noches solitarias
traté de imaginar
el momento final de mi existencia.
El día en que todos los relojes
me sean indiferentes;
porque seré dueño del tiempo
... y del vacío.
Estaré muerto.
Podría asegurar que cuando eso ocurra
estará lloviendo, allá afuera.
Mi vino quedará, sin beber,
sobre la mesa,
sobre un verso inconcluso.
Y yo, definitivamente dormido.
Alguien estará cerca de mí.
Un par de lágrimas transitarán
por sus mejillas cuando
me cruce las manos sobre el pecho.
Esa persona será mi mejor
y único heredero
de lo poco que dejaré.
Aquella mujer, a la que alguna vez amé
y de la que todavía conservo su retrato,
leerá la noticia de mi muerte
en un pequeño recuadro del periódico.
Quedará en silencio y sin decir
nada más que mi nombre por lo bajo,
recordará nuestro último beso.
Después... nada más.
Será una mañana oscura,
opaca, gris, sin pájaros.
Pero para mi será todo sólo silencio
…Estaré muerto...

* - * - * - * - * - * - * - * - *

[Poema]
Nilda Ramírez

El tiempo, las horas, los días
pasan de prisa.
A veces,
quisiera detenerlo.
Pero es inevitable.
Se acerca el día.
Nuevamente debo
enfrentar la vida.
¿Qué me deparará?
No lo sé.

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Renacer
Raúl Soria

Del muerto panorama y de su encanto
desde la tosca mancha de la vida,
teñido por el tiempo,
aparece ese paisaje de ilusiones
para el alma sencilla de esas gentes.
Esta en el aire, en el monte y en las almas
y en el grito de gargantas desgastadas,
dibujado con trozos de angustia
...y de nostalgias.
Es como un grito de vida hacia el poniente.
Es como un hilo de savia de esa fuente.
Es como esa flor
que sobrevive al fuerte vendaval y
poco a poco abre sus pétalos
al sol de un nuevo amanecer.

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Corriendo con él
Sergio Sosa

Esa noche me quedé mirando televisión. Un programa deportivo. Un resumen de los resultados más importantes que se dieron en los Juegos Olímpicos.
La carrera de 400 metros, con posta, se largó. Esta carrera consiste en que, cada equipo que representa a su país, está compuesto por cuatro atletas, cada uno de ellos corre 100 metros, con cierto elemento en forma de tubo de unos 30 centímetros, llamado posta. Cada corredor lleva la posta en su mano. Cuando llega a los 100 metros entrega la posta a su compañero de equipo y éste, a su vez, sale corriendo; no puede correr sin llevar la posta.
La corredora del equipo estadounidense esperaba la llegada de su compañera. De vez en cuando echaba una miraba hacia la franja que marcaba la meta. Apenas la separaban de ella 100 metros, que los recorrería en tiempo record.
El momento había llegado. La adrenalina corría por cada musculo de su cuerpo. Se había preparado mucho para esto. Su compañera venia liderando la carrera por mínimo margen. Lo estaba logrando. Es un gran día –pensó.
La mirada de la corredora estaba clavada en la compañera que la esperaba lista para salir disparada hacia la meta final. El objetivo estaba cerca. Más cerca que nunca.
De pronto, la posta cae de su mano, golpea contra el piso de la pista, quedando atrás suyo debido a la velocidad con la que corría.
El silencio de las tribunas fue mucho mayor que el murmullo que caus6 la sorpresa. La corredora rompi6 en llanto. La angustia la dominaba. No podía para de llorar, y todo el equipo con ella.
Mirando el televisor pensé... a cuánta gente Ie afecta un accidente como el que sufri6 la atleta. Cuanta gente llora, sufre porque al caer la posta... se acaba la carrera.
El comité olímpico había determinado, previamente, descalificar a quién se Ie cayera la posta. Sin importar el trabajo, el esfuerzo, la preparaci6n, las dietas y todo 10 que implica prepararse para participar en una competencia.
Sabes, soy un agradecido a Dios porque, aunque la posta se me ha caído tantas veces en la vida, nunca me descalificó, nunca me privo de seguir corriendo. Porque Dios es un Dios de oportunidades, de Amor. Esa es su esencia.
Te ama por sobre todas las cosas, aunque te hayas equivocado.
Aunque hayas errado el camino.
Su Trono es Trono Gracia y no Trono de juicio. La gracia de Dios te perdona, te salva, te consuela, te sostiene porque el Amor de Dios hacia ti es más fuerte que el odio, el olvido y la tristeza. Cualquier error o equivocación tuyos son pequeños ante la Gracia de Dios.
jjÉse es el Dios a quien Ie sirvo!! ¡¡Ése es el Dios que yo predico!!
Un Dios que te espera, que te llama, que te habla. Porque quiere perdonarte y ponerte nuevamente en la carrera.
Ya no corras solo... deja que Dios corra con vos.




(*) Publicado en EL DIARIO del Centro del País,
domingo 05 de febrero de 2012, Villa María, Córdoba, Argentina.