En este post, publicaré otras repercusiones sobre el cierre de Mundo Bar, pero que no aparecieron en las tres entregas que hicimos en EL DIARIO Cultura.
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EL DIARIO del Centro del País
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16 de Octubre de 2012
Opinión
Sobre el cierre de bar Mundo
Antes que todo o que nada me gustaría decir que para mí, como mamá tradicional y conservadora, fue muy duro oír de mi hijo Robertino que sólo quería dedicarse a la música y que por nada del mundo estudiaría alguna carrera tradicional que lo respalde en la vida.
Sólo le interesaba la música y cuando al fin decidió irse para estudiar eligió Sonido, de modo que debí aceptar que eso sería: músico o sonidista. Pues bien, otro golpe recibí años después cuando nos pidió apoyo económico para ayudar a su amado bar Mundo porque su amigo Pablo se fundía y el bar se cerraría y ya no tendrían dónde tocar con su banda o escuchar a otros grupos que no se encuentran en la radio ni en los boliches. Y así, sin pensar, se convirtió en un empresario de la noche.
Mundo nunca tuvo ni necesitó empleados. Todo tipo de jóvenes y no tan jóvenes artistas, plásticos, herreros, músicos y estudiantes embellecieron ese viejo y deteriorado espacio con pinturas donadas por una generosa fábrica local o compradas por ellos mismos, dejando su huella, su impronta y dándole un carácter tan particular y único que resultaba diferente y donde la cultura y el arte se expresaban sin complejos ni condiciones.
Mundo no tiene casas vecinas ni quejas por ruidos molestos y está en el centro, de modo que artistas y fans llegaban caminando, en bici o en skate y pagaban una mínima entrada, que era el único cachet de los artistas, para ver un show en vivo que no era multitudinario, de modo que no había vallado de contención ni nada parecido y, por ende, los artistas circulaban entre el público.
Hoy Villa María se ha quedado sin ese lugar, que tal vez miles de villamarienses desconocían su existencia, pero sí era muy reconocido en todo el país y aun fuera de él, de donde han llegado, vía redes sociales, mensajes de aliento, de sorpresa y de estupor, claro está, entre un grupo no multitudinario, pero que no se siente a gusto en ningún otro espacio de diversión porque ese era el lugar que sentía como propio o que lo identificaba.
El motivo de la presente es agradecer toda esa solidaridad y apoyo que mi hijo ha recibido siempre y que por estos días se han manifestado de forma clara y amorosa no sólo para apoyarlo en su actividad, sino para hacer ver que ya no tendrán ese lugar de expresión de arte y cultura y que lograr armar otro no será tan fácil.
Tal vez el problema sea que no convocan multitudes, son espacios para pequeños grupos de personas y las autoridades no reparan en ellos porque deben ocupar su tiempo en temas más importantes y masivos.
Marilyn Beatriz Sanczuk
DNI 14.511.397
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