Gracias José Menta!
Darío Falconi: “Con autogestión todo demora
más, pero es posible"
El escritor y periodista presentará
el mes próximo “Agua”, editado por su sello independiente El Mensú Ediciones. “Este
libro fue escrito, casi en su totalidad, en México” contó
El poemario "Agua", libro
mas cd, es el último trabajo del escritor y periodista Darío Falconi, editado
por El Mensú Ediciones, sello editorial independiente que le pertenece.
El riotercerense radicado en la ciudad,
desde "Sed" hasta "Fin", cuenta historias que tienen a uno
de los cuatro elementos de las cosmogonías tradicionales en Occidente, como
principal protagonista.
Antes de la presentación oficial en
el Centro Cultural Comunitario Leonardo Favio Falconi dialogó con PUNTAL VILLA MARÍA.
Por José Menta
—Le dedicó el libro a Susana
Zazzetti por haber rescatado el poemario del naufragio ¿qué historia hay detrás
de "Agua" que se pueda compartir?
—Este libro fue escrito, casi en su
totalidad, en México cuando fui a visitar a quien es hoy mi compañera de vida.
Si bien ya tenía algunos poemas de antes, la idea de pensar en el universo del
agua y reunir textos con esa temática, maduró allá. A mi regreso a esta ciudad
fue Susana quien vio por primera vez el borrador y con la sinceridad y el
profesionalismo que la caracteriza, me marcó algunos detalles que hundían el
poemario. Me aconsejó sobre qué hacer para mejorarlo y sacarlo a flote. Desde
ese momento hasta lo que leemos en el libro pasó mucho tiempo, muchas
correcciones y andamiajes como el que también me brindó Oscar Conde, que con
mirada profunda ayudó a que el poemario mejorara. Pero la dedicatoria a Susana no
se queda solamente en este libro, sino que es extensiva por todo lo que ella
hace por mí y por los poetas de esta ciudad.
—La edición es de calidad. En estos rincones olvidados
también se pueden hacer cosas interesantes.
—Creo totalmente en eso. Cuesta mucho
hacer cosas como este libro, me refiero a la edición que tiene, a la inclusión
del cd y demás. Ese costo tiene que ver con lo económico, pero también con la
autogestión, porque hay muchos artistas, pequeñas empresas e instituciones que
participaron en algún proceso en este libro. El tema fue buscarlos, convencerlos
y organizar estos esfuerzos para que saliera lo que salió. Si toman el libro y
leen los agradecimientos sabrán a qué me refiero. Con autogestión todo demora
más, pero es posible.
—Nació y se crió en una ciudad con río, y actualmente vive donde pasa también e Ctalamochita ¿qué reflexión haces al respecto?
—Suelo bromear diciendo que nací en
Río Tercero pero la corriente de una inundación me arrastró hasta acá. Tengo
mucha suerte de vivir en Villa María, en una ciudad que es bañada por el mismo
río que tantos recuerdos me trae. Creo que una ciudad sin río es triste. Volviendo
a la pregunta, se me viene a la memoria las calurosas siestas en mi ciudad
natal donde nos escapábamos con mis hermanos para irnos a disfrutar del agua;
aunque después nos castigaran a la vuelta ¡¿quién nos quitaba lo bailado?! Así
eran la mayor parte de los días. El río nos convocaba y allí aprendí a nadar, a
contemplar la naturaleza, a respetarla, me hice de amigos, me divertía.
—¿En qué estado prefiere el agua y por qué?
—Prefiero el agua en su estado líquido
y, si se me permite, en movimiento. El fluir constante, el río es un reloj
natural, una manera de saber que cada momento es único y efímero a la vez. Creo
que dedicarse a contemplar el río y lograr una conexión con la naturaleza es una
sensación impresionante. No es fácil conectarse, pero es posible.
—¿Para qué sirven los días de lluvia?
—La lluvia sirve para la reflexión, para echar un paño frío a la voracidad de los días. A mí me gusta leer, escribir, pensar, ponerme melancólico, autoanalizarme… pero a veces no se pude. Ojalá uno pudiere tomarse esos días para cambiar un poco la rutina y pensar en las cosas trascendentales que nos sirven de guía en el camino de la vida.
—El biólogo Claudio Campagna en su libro "Diario del hombre que piensa el agua" dice que "ni el agua ni el humano se interesan por el otro" ¿esto puede tomarse como reflejo de la actualidad literaria en la ciudad?
—El biólogo Claudio Campagna en su libro "Diario del hombre que piensa el agua" dice que "ni el agua ni el humano se interesan por el otro" ¿esto puede tomarse como reflejo de la actualidad literaria en la ciudad?
—Personalmente creo que la actualidad
literaria de la ciudad es muy buena. Hay una producción literaria interesante
que va en crecimiento constante. Hay mucha gente que escribe, muchos con la
simple idea de expresarse; los menos, con cierto trabajo más serio que aspira a
perdurar. Pero el panorama se ve bien, hay varios talleres literarios, se
desarrollan cafés y encuentros, hay una feria del libro, un puñadito de
editoriales independientes, varios proyectos de extensión a la comunidad
sostenidos por entes como la UNVM, hay un programa de mecenazgo municipal para
la publicación de libros, algunos espacios radiales de cultura y literatura,
varias bibliotecas y librerías, entre otras actividades.
En cuanto al interés que hablás, te
puedo decir que muchas veces nos da la impresión que la gente que lee o asiste
a todo este abanico de actividades siempre es la misma, con algunas “caras
nuevas” que aparecen de vez en cuando. Sí, en ocasiones quisiéramos que fuesen
más, que los textos lleguen a otra gente; pero muchas veces el poeta escribe
para el poeta, no le preocupa el “lector común”, a la hora de escribir piensa
en llegar a un público especializado, un poco más preparado y eso tiene sus
puntos a favor y en contra.
—¿En qué momentos del día siente que se ahoga en un vaso con agua,
como la mosca de “Literalmente”?
—En el momento de oscuridad, cuando me
agobian los problemas, cuando me estanco en el pasado… cuando no puedo pensar
claramente. Hace unos años atrás esto me sucedía más seguido, pero
afortunadamente es cada vez menos. Por otro lado es verdad que muchas ocasiones
oscuras las he resuelto escribiendo y al trabajarlas han surgido algunos poemas
como los de mi libro anterior “De barro y carne”. Esto no quiere decir que mis
poemas sean catárticos ni autorreferenciales, pero a veces, de la contrariedad,
con algún esfuerzo, se puede obtener algo positivo.
—¿El Mensú en qué estado se encuentra?
—El Mensú sigue andando, comenzamos en
marzo de 2010 y seguimos contra viento y marea. Su razón de ser está en ser un
canal más de expresión de nuestros escritores. Hay muchos autores que han
publicado su primer libro con El Mensú y eso me llena de orgullo. En la
actualidad es una editorial unipersonal independiente y cuesta mantenerse un
poco. El presente de la editorial busca seguir haciendo, pero pensando en
reestructurar cosas que funcionan a medias y tratando de organizar otras.
—¿Existen proyectos?
En cuanto a proyectos, hay algunos pero todavía se están evaluando y veremos qué rumbo toman. Hay cosas que me gustaría mejorar y cuando me desaliento, me paro un momento, miro hacia atrás y veo los más de 60 títulos que hemos publicados, las actividades que hemos hecho y junto fuerzas para seguir adelante. En el balance final creo que pesa más lo positivo.
—¿Existen proyectos?
En cuanto a proyectos, hay algunos pero todavía se están evaluando y veremos qué rumbo toman. Hay cosas que me gustaría mejorar y cuando me desaliento, me paro un momento, miro hacia atrás y veo los más de 60 títulos que hemos publicados, las actividades que hemos hecho y junto fuerzas para seguir adelante. En el balance final creo que pesa más lo positivo.
—¿Qué le generó las inundaciones de Río Tercero y Villa
María?
—Tristeza. Al ver como la gente de los
alrededores se quedaban sin casas o sin sus pertenencias materiales. También
una tristeza por la naturaleza, por el destrozo que causa al mismo ecosistema,
ver a los árboles caídos, el curso del río modificado, etc. Hoy vamos al río y
parece otro, está desfigurado y en su recorrido hacia el sur está lleno de
cicatrices de barro. Pero la culpa no es del agua, sino del eterno accionar del
hombre que modifica sus trayectos, que desforesta, que construye donde sabe que
no debe construir, que queda ciego ante los números y no le permite pensar en
el mañana.
El agua ocasionó muchos inconvenientes;
pero también es vida, se convierte en agua bendita sobre la tierra maltratada,
calma la sed de un niño, genera energía, posibilita la vida animal y vegetal,
regula el clima de nuestro planeta y de nuestro cuerpo… El agua debe entenderse
como la vida misma; las dificultades que pueda traer (incluso la muerte) forman
parte inherente de la esencia de esa vida.
—¿Qué grado de compromiso tiene con el ambiente?
—El mínimo que debiera tener cualquier
humano. Cuido el ambiente desde mi lugar en el mundo, con acciones pequeñas y
cotidianas como no arrojar papeles en vía pública, apagar las luces cuando no
necesitan estar encendidas o aprovechar el agua sin derrocharla, entre otras.
Son cosas básicas, ínfimas, que si todos cuidáramos mínimos detalles como este,
con casi ningún esfuerzo el mundo daría un gran cambio.
Publicado en Puntal Villa María, domingo 25 de mayo de 2014.