FUERA DE ESTE
Postales de un lugar diferente
Segunda parte
Continuamos exponiendo, en un mosaico multicolor, las distintas
opiniones que nos han acercado los lectores sobre el cierre del reconocido bar
Mundo. Y decimos multicolor, porque las expresiones son muy diversas, y van
desde reclamos hasta palabras más poéticas sobre este lugar que se convirtió en
un habitué de la juventud y de quienes gustan de distintas expresiones
artísticas.
Seguiremos el domingo hasta agotar todas las opiniones que nos han
quedado en el tintero y que por limitaciones de espacio no podemos compartir
hoy.
AL MUNDO
Por Daniel “Laucha” Rodriguez
Cinco de enero.
La violenta lluvia golpea contra el cordón
cuneta mientras yo escribo en las hojas que sobran cuando sacas cinco para un
examen y usás solamente una. Las gotas se suicidan en masa, resonando en el pavimento,
demostrando su existencia, sin clamar por piedad.
Hace cinco semanas que no salgo durante la
noche – ni siquiera para año nuevo, tampoco para navidad-. ¿Qué hay para
festejar?
Hace un par de días cerró el viejo bar donde
iba yo a hacerme abrazar por la música, dónde caía una fecha sobre otra sin
avisar, sin hacerse eterna. (El ayer abrazándose con el hoy).
Sé que los tiempos me fueron alejando de los
lugares de los cuales fui habitué, reconozco que dejé mucha gente sin visitar
sólo por el egoísmo de saber que siempre iban a estar ahí, que el reloj no funcionaba
por allí. La vaga ilusión de pensar que el tiempo nos perpetúa, que se puede
estar lejos de casa dentro de la ciudad (o no).
“El bar cerró” dicen y suenan diferentes
voces en diversos foros. A otros el prejuicio les llena la boca, incluso buscan
excusas para una banal felicidad.
Hace pocas horas la negra persiana se bajó
con un golpe seco, dejando adentro viejos acordes que dan vueltas junto a
anónimas risas de muchos que pasaron y fueron olvidados. Las paredes todavía
manchadas por suelas que se apoyaban luego de largas caminatas, su piso de
cuadros marrones y negros, más tolerable que el ajedrez con su vorágine y con
su muerte (un testigo silente de emociones alternativas, poco conocidas, poco
comprendidas).
Adentro, cruzando el pasillo, atravesando la
barra, abriendo la heladera, un último hielo no osa a derretirse en una lucha
silenciosa. Como las del bien contra el mal, como una luz que se apaga muriendo
de a poco, como una gota de ácido que cae y come una parte de un calendario
eterno- una fracción de cada fin de semana.
Un par de cuadras más allá, un niño tose
accidentalmente cerca de una flauta, robando una nota, comenzando otra historia
con el mismo nivel de afonía.
Y de una rara forma se le da equilibrio al
mundo.
VILLA
MARÍA NO TE AMO
Por María Vedelago
Antes de terminar mis estudios secundarios
ya me sentía “excluída” de mi ciudad,
de este fragmento de la sociedad asentado sobre este hermoso y próspero pueblo
con aires de grandeza. Necesitaba “huir”
(todavía no sabía que la libertad la llevo uno adentro) y con ayuda de mi
familia concreté mis deseos y me fui a estudiar a Córdoba capital, donde viví
varios años hasta que el destino me trajo de nuevo a Villa María. Pero yo ya no
era la misma y NECESITABA encontrarme con gente que se pareciera un poco a mí.
“El
viento los amontona…”, esa frase vino directo a mi mente y es porque
describe casi a la perfección lo que sucedió desde mi vuelta hasta el día de
hoy. Y es que casi por instinto me fui cruzando con gente que andaba buscando
lo mismo que yo. Mi primer gran y grata sorpresa fue El Estilóbato y no me
refiero al espacio físico solamente, fueron las personas, las ideas, las ganas,
las necesidades, el AMOR al arte en todas sus formas y manifestaciones, no dudé
en participar en todo lo que me fuera posible en los tiempos que disponía ya
que ya tenía mi primer hijo y trabajo. Y ahí viví bien de cerca el esfuerzo,
las trabas, la falta de apoyo, en fin el desdén, la desidia por parte de
quienes fueron los diferentes encargados de turno de promocionar la cultura en
Villa María.
Y la historia se repite, (lo más reciente y
no casual, mi querido Mundo Bar) ejemplos sobran la realidad es una. Hay una
diferencia entre Ellos y Nosotros, Su cultura y la Nuestra.
Me pregunto si todas las distintas
vanguardias pasaron por lo mismo, si aprendimos algo, si seguiremos siendo los
marginales, los emergentes, los diferentes, los pocos, LOS QUE NO CONFUNDIMOS
CULTURA CON MERCADO, si nos seguirán persiguiendo de diferentes maneras, cerrándonos
las puertas, poniéndonos palos en la rueda.
Tengo la bella sensación de que cada vez
somos más, que tenemos menos miedos, que tenemos otro poder, que las
experiencias y generaciones precedentes no fueron vanas. Que no nos molesta
unirnos, compartir. Que nos gustan al igual que nuestros antepasados las cosas
y los seres BRILLANTES, que vibramos, que nos movemos, nos amamos, somos el
espíritu vivo de aquellos que dieron su vida por el arte pero no queremos
SACRIFICARNOS como mártires, ni escondernos en el Under, ni vendernos, ni
comprar.
Es otra cultura que existe, que molesta, que
no necesariamente se divierte con Tinelli, que no tira la guita en los casinos,
que no le molesta pagar por un espectáculo diferente así sean veinte, cien o
miles.
Villa María, yo así No te amo, tampoco
quiero odiarte, ponete las pilas, actualízate DE VERDAD se te escapan de las
manos verdaderos talentos, te estamos avivando, nosotros no te vamos a patotear
pero no somos giles. Abrí los ojos, abrí la mente, ¡DESPERTATE porque la
cultura NO DUERME!
Te dejo una frase del Señor Eduardo Galeano:
“La cultura de consumo, cultura del
desvínculo, nos adiestra para creer que las cosas ocurren porque sí”.
LA CULTURA EN LA CIUDAD Y LA “CULTURA EN LA CIUDAD”.
NOS ESTÁN MATANDO
Por Ezequiel Fernández Boo
(Vecino de la ciudad)
¿Qué piensa una persona que
entra a Villa María?, ve su esplendor con un glamoroso Anfiteatro, una Nueva
Peatonal e iluminación en el centro que deleita a todos los visitantes, una
costanera reluciente y bonita y entre otras cosas un Festival Nacional de Peñas.
Y si, Una hermosa y floreciente Ciudad es lo que vemos, ¿pero qué es eso?
Adéntrese realmente a la ciudad y con solo convivir un mes se dará cuenta de
que hablamos… Caretaje puro, característica infalible de su gente y políticos
mediocres.
No entraré en temas que por lo
menos a mi no me conciernen, solo defenderé lo que realmente me preocupa
demasiado… ¿Quién hace la Cultura en la ciudad? y ¿quién hace la “Cultura en la
ciudad”?.
La Cultura en la ciudad la
hacemos nosotros mismos. Una parte de ella es aquella que realiza el arte,
llámese Música, Teatro, Danza, Pintura, etc. Pero no existe este último sin la
gente que aprecia dicho movimiento. Como parte de este arte voy a destacar que
con normalidad esta materia se la asocia continuamente con la destrucción de la
persona mediante las drogas, la noche y la vagancia. El arte es sinónimo de
“rarito” “drogadicto” e interminables apodos que nos ponen. Señora, no se
preocupe, tal vez su hijo, que no se dedica al arte, naturalmente puede estar
consumiendo drogas con normalidad, vagueando o “yirundeando” en la noche y
usted lo ignora. Como dijo una ciudadana: “Estos temas son una Cuestión social
y no están arraigadas al arte solamente”… Día a día tratamos de agigantar
nuestra cultura mediante el arte, pero nos están matando de a poco (a menos que
quieran una ciudad sin Arte).
Y, “La Cultura en la Ciudad” la
hacen las instituciones políticas que se preocupan nada más por llenar sus
bolsillos en vez de promocionar la cultura propiamente dicha… Hablando más
precisamente de la música. ¡¡¡Sí!!!, gracias Costanera Rock por seguir
demostrando el caretaje de la villa pagándoles a bandas conocidas que dejan
mucho que desear, teniendo en la ciudad, que no se las respeta como tales y que
se las basurean, gente de tremendo calibre. Quedarán al margen los tributos
recientemente expuestos en estos días, pero solo hablamos de algún que otro
evento una vez cada cuatro meses.
El objetivo del escrito es
defender nuestros lugares de exposición del arte. Con la nueva ordenanza que se
ha dictado, Villa María retrocedió en vez de ir para adelante. Lograron matar
uno de los pocos lugares que protegía parte de la cultura del Under, donde
cualquier persona tenía su espacio para demostrar lo que hacía. Mundo era un
lugar que se predisponía, sus mismos dueños siempre se mostraron caritativos,
afectuosos y dispuestos a todo. ¡¡¡Sí señor!!!, ahí en ese lugar se podía ver
show de bandas con experiencia, de poca trayectoria o simplemente solistas que
querían mostrarse, bandas conocidas del Under (que al costanera rock no llegaban),
exponer muestras, llamar a artistas locales para que “intervengan” el lugar,
escuchar música que no se oye en cualquier otro lado, realizar conciertos solidarios
y hasta molestar al dueño para que venga varios días a la siesta a abrir el local
para filmar o charlar cuestiones. ¡¡¡Sí, sí, ellos estaban predispuestos
siempre!!!… Digo yo, ¿el Casino nos dará espacio para realizar alguna que otra
actividad mencionada?, no, no les
concierne ¿No molesta a las autoridades estando en la zona céntrica y frente a
una Escuela? Deben de ser que pasa por debajo bastantes billetes para estar
donde están, pero no me incumbe. Molesta Mundo justamente porque da mal
aspecto, ¡¡¡claro!!! ¿Cómo una ciudad careta va a tener en su zona céntrica un
local como Mundo? ¿En qué cabeza cabe?
Una ciudad como la nuestra, que
posee un Conservatorio, una Universidad Nacional con la carrera de Lic. En
Composición Musical con Orientación en Música Popular, con carreras
emparentadas al arte como Diseño y Producción de Imágenes audiovisuales, La
escuela de Bellas Artes y demás ¿Cómo puede ser que no posea lugares para
expresarse?, o que si los tiene ¿resultan ser una escoria para los políticos y
las autoridades pertinentes de la ciudad?…
Pedimos encarecidamente que no nos maten, que nos den nuestro lugar para
expresarnos libremente, no molestamos a nadie… Si mutilan la iniciativa privada,
generen desde el ámbito público un espacio de acuerdo a las necesidades reales
de quienes estamos aquí dentro sin banderas políticas que nos hagan dividir, nosotros
vamos por un mismo camino.
(*) Publicado en EL DIARIO del Centro del País
Domingo 8 de octubre de 2012
Villa María, Córdoba, ARGENTINA
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