LOS CAZADORES DE ALMAS
En el mundo de apariencias en que estamos inmersos, personas sin alma salen a la caza, camuflados, impunes, desenamorados de la vida y enamorados de las drogas, del dinero, de la violencia, del poder.
Joaquín Ramírez es uno de ellos, el diablo de esta novela. Ojeador y proxeneta, engaña y se aprovecha de una familia de escasos recursos. Se lleva consigo a dos jóvenes hermanitas “igualitas como gotas de agua”, para convertirlas en mercadería sexual de los hombres. Las alejará lo más distante posible de su casa, de su adolescencia, de su querida familia… de sus vidas.
Con este marco desolador, Alicia Peressutti nos mete de lleno en ésta, su segunda novela, para que vivenciemos una historia que tiene un profundo trasfondo de realidad. Lo hace con sutileza de escritora, entretejiendo con puntadas de color poético y esperanzador, aquella oscura trama tan cruel para ser real y tan descriptiva para que no lo sea. Necesita contárnosla para esfumar esos demonios que siempre nos acechan, que se esconden tras las máscaras de los hombres cuyas apariencias nos engañan a diario. “El amor es para los más débiles”, sentencia una de las páginas talladas de este libro, sin embargo, es el mismo amor el que da las fuerzas para escapar del infierno, para sobrevivir e imaginar una vida mejor.
Días de esclavitud promete correr la misma suerte que su predecesora, esto es, circular por las manos de quién sabe cuántos lectores que no frecuentan la literatura, ni menos aún, se interesan por esta temática. Sorprende saber que dos textos literarios son las lentes que posibilitan ver el intersticio necesario para hablar de temas vedados como el tráfico humano y la trata de personas.
Muchas veces me pregunté si la literatura servía para algo más que para alimentar el alma y ejercitar nuestro intelecto, hoy puedo decir con plena certeza de que sí.
En el mundo de apariencias en que estamos inmersos, personas sin alma salen a la caza, camuflados, impunes, desenamorados de la vida y enamorados de las drogas, del dinero, de la violencia, del poder.
Joaquín Ramírez es uno de ellos, el diablo de esta novela. Ojeador y proxeneta, engaña y se aprovecha de una familia de escasos recursos. Se lleva consigo a dos jóvenes hermanitas “igualitas como gotas de agua”, para convertirlas en mercadería sexual de los hombres. Las alejará lo más distante posible de su casa, de su adolescencia, de su querida familia… de sus vidas.
Con este marco desolador, Alicia Peressutti nos mete de lleno en ésta, su segunda novela, para que vivenciemos una historia que tiene un profundo trasfondo de realidad. Lo hace con sutileza de escritora, entretejiendo con puntadas de color poético y esperanzador, aquella oscura trama tan cruel para ser real y tan descriptiva para que no lo sea. Necesita contárnosla para esfumar esos demonios que siempre nos acechan, que se esconden tras las máscaras de los hombres cuyas apariencias nos engañan a diario. “El amor es para los más débiles”, sentencia una de las páginas talladas de este libro, sin embargo, es el mismo amor el que da las fuerzas para escapar del infierno, para sobrevivir e imaginar una vida mejor.
Días de esclavitud promete correr la misma suerte que su predecesora, esto es, circular por las manos de quién sabe cuántos lectores que no frecuentan la literatura, ni menos aún, se interesan por esta temática. Sorprende saber que dos textos literarios son las lentes que posibilitan ver el intersticio necesario para hablar de temas vedados como el tráfico humano y la trata de personas.
Muchas veces me pregunté si la literatura servía para algo más que para alimentar el alma y ejercitar nuestro intelecto, hoy puedo decir con plena certeza de que sí.
(*) Prólogo a "Días de Esclavitud" de Alicia Peressutti, Ediciones del CC, Villa Nueva, Marzo de 2009, 95 páginas. Este libro, se presentó conjuntamente con "El secreto del general" el 07 de abril de 2009.