Llovizna. Las gotas frías perforan el barro que aletarga la marcha de la caravana. Hierros oxidados y retorcidos adornan los montículos de basura cual si fueran flores. En ese paisaje monótono y desolador escasas comunidades nómades viajan hacia un destino incierto, hacía un lugar mítico que sólo pueden imaginar por las historias de los más viejos.
Llueve. El agua pluvial es el único líquido que puede beberse, la variedad de alimentos abarca algunos hongos, ratas, gatos y hasta algún que otro insecto; pero a diferencia del agua que cae en todo momento del cielo, la comida debe cazarse o trocarse con otras comunidades. En esas agrupaciones degradadas nació Plop, nombre que representa el golpe acústico que produjo al caer de las entrañas de su madre al suelo barroso. Hijo mal parido y no querido por su madre, fue recogido por la vieja Goro quien lo crió de una manera poco ortodoxa, lo insultaba, lo golpeaba, pero siempre lo protegía de los demás.
Sigue lloviendo. Dentro de esos grupos que se encuentran militarmente estratificados (Brigada de Servicios Dos, Voluntarios Dos, y otros similares), la edad de los individuos se mide por los solsticios. La idiosincrasia que hoy poseemos parece haber quedado en el olvido, muy pocos recuerdan la escritura, la lectura de libros y los vínculos familiares se han transfigurado radicalmente. Los tabúes han cambiado pero continúan siendo poderosamente reprobatorios. Todos se “usan” (sexo) entre sí sin ningún tipo de restricciones sociales; no así si alguien deja mostrar su lengua, una de las faltas más graves que se paga con el “reciclado”, la pira, el despellejamiento o sirviendo de alimento a los chanchos.
Llueve torrencialmente. PLOP muestra tres momentos en la vida de este personaje; se podría decir que la novela es circular: hay un pasaje de ser un don nadie a al rango más alto (Comisario General); pero finalmente hay una vuelta hacia la insignificancia inicial. Existe en el fondo una enseñanza moral que está en contra de que el fin justifique los medios. Plop, consiguió ascender socialmente pero no por mérito propio; el mismo grupo que lo consagró no demoró en darse cuenta del error cometido. El narrador sintetiza su existencia así, “Era Plop. Su nombre pasaría a significar El que nace en el barro, El que vive en el barro, El que muere en el barro.”
Seguirá lloviendo. En esta novela de 56 concentrados capítulos, un prólogo y un epílogo, las frases que entretejen los párrafos se encuentran incisivamente a tono con toda esa brevedad. Una narración diferente que se destaca por la construcción de un mundo temporalmente posterior al que hoy conocemos, pero que ha experimentado una importante involución; una regresión hacia la animalidad, la “infrahumanidad”, la atrocidad, que nos remonta a tiempos pretéritos donde se luchaba por sobrevivir.
Conjuntamente con PREPARATIVOS DE VIAJE de M. John Harrison, Interzona Editora inaugura la colección de literatura fantástica “Línea C”, dirigida por el traductor y escritor Marcelo Cohen. Desde diciembre de 2004 este espacio intentará ser “...un muestrario de respuestas de la imaginación a las inquietudes de una época, de aperturas a lo desconocido y a la expresión por venir.”; esperamos ansiosos y brindamos porque así sea.-
Esbozo biográfico: Rafael Pinedo nació en 1954 y siempre vivió en Buenos Aires. Se graduó de computador científico en la UBA y ejerce esa profesión. Durante un tiempo fue actor de teatro. A los dieciocho años quemó todos los cuentos que había escrito desde la infancia y recién a los cuarenta volvió a escribir. Además del Premio Casa de las Américas de Novela, que obtuvo en 2002 por PLOP, ha sido finalista y obtenido menciones en diversos concursos de Latinoamericana y España. Ha publicado cuentos en varias antologías. Ésta es su primera novela y ha culminado otra titulada FRÍO.
Entrevista:
—¿Qué buscan esos grupos nómades, hacia donde se dirigen, hay esperanzas para ellos?
—Andrés Rivera dijo en una presentación: "no hay que hablar de los libros, hay que leerlos". Por supuesto que como autor del texto tengo una clara idea de lo que buscan estos grupos, y puedo responderlo: nada, no buscan nada, sólo sobreviven. No piensan en términos de esperanza, ni de mañana. Pero: ¿no es mejor que cada lector encuentre en el texto lo que él quiera o pueda? Yo sólo escribí una novela, o sea: concebí una historia y la conté; si hay un valor en el relato está en el que lee, no en el autor. La literatura no se hace cuando se escribe, se construye cuando se lee.
—¿Cree usted que (más allá de la originalidad de la novela) la importancia de PLOP radica en la enseñanza moral que la atraviesa?
—No tengo, ni tuve, ni tendré ninguna intención moral, ni creo que la literatura pueda enseñar nada ni tener ninguna importancia. Lo único que pretendo es que el lector no se aburra, y si consigue alguna enseñanza moral o modificarse de alguna manera es su mérito, yo no tengo nada que decir ni pontificar al respecto.
—¿Qué lugar ocupa el sexo en el texto?
—El mismo que en la vida de cualquiera. ¿Cuál ocupa en la suya?
—¿Qué rótulo le pondría al genero o subgénero de PLOP? ¿Literatura de reciclaje, literatura catástrofe, literatura fantástica, etc.? ¿Por qué?
—El rótulo es un trabajo de editores, libreros, cronistas y críticos. Yo sólo les proporciono la materia prima, o sea: escribo.
—¿Qué lo motivó a incinerar toda su producción juvenil? ¿Por qué decidió retomar la escritura de ficción a los cuarenta?
—Tuve la estúpida soberbia de creer que era todo una porquería. Lo peor es que tenía razón: era una basura, pero todavía extraño dos o tres buenas ideas, dos o tres imágenes que podían servir. Como dice el bolero: "cómo es mejor el verso aquel / que no podemos recordar". Pero: no hay que tirar nada, todo material es importante y puede ser utilizado alguna vez.
No sé por qué decidí retomar la escritura a los 40, supongo que porque terminé de asumir que era un pésimo actor. Y algo tenía que hacer con los mundos que seguían bullendo en mi interior.
—¿En que proyectos está trabajando actualmente?
—El proyecto de siempre: sobrevivir. La literatura no me paga la luz ni los alimentos de mis hijos.
Con respecto a "la cultura": La reciente edición de Plop está teniendo buena repercusión y algo de tiempo consume, por ejemplo: contestar estas preguntas.
También debo "mover" la novela inédita que tengo (que fue finalista del premio Planeta de Argentina en el 2004), y, sí, tengo otra en la cabeza, dando vueltas, apuntes, bibliografía a leer, un borrador de un primer capítulo... dentro de dos o tres años hablamos.
—¿Son compatibles la informática con la literatura?
—No tengo idea, apenas tengo tiempo para vivir, no para cuestionarme si mi mano izquierda se lleva bien con mi derecha. A ver, hago un esfuerzo: ¿me gusta mi vida?: sí, me gusta. Entonces deben ser compatibles.
(*) Publicado en EL DIARIO DEL CENTRO DEL PAÍS, el domingo 19 de junio de 2005.-