Y la razón perdieron.
Después de tanto andar,
Sus dos corazones decidieron separar.
Un tiempo ha pasado ya
Y hoy se volvieron a encontrar.
Se miran de frente
Y la nostalgia los inunda.
Ella
¿Cómo puede ser
Que todavía estés aquí?
Duermes conmigo
Desde que te conocí.
Habitas en mis sueños
Y me visitas cada mañana.
Tomas conmigo el té
Y vas conmigo a la cama.
Él
Tú también estás aquí,
En mis pensamientos.
Vives conmigo
Cada buen y mal momento.
Tu sonrisa me acompaña,
Me transmite tranquilidad.
Me indicas el camino
Que debería andar.
Ella
El calor invade de nuevo
Y con él los recuerdos vuelven.
Me recuerda a aquella tarde
Cuando me besaste en el puente.
Me regalaste una flor
Y mil “te amo” suspiraste.
Él
¿Todavía guardas aquella flor?
¡Qué hermosa tarde!
Tu pelo brillaba
Bajo el sol
Y tu piel reflejaba destellos
Como diamantes.
Ella
Después de setenta años
Ya no es tan fácil recordar.
Pero sé que mi pelo todavía brilla
Como en aquella tarde magistral.
Él
Yo también he perdido la memoria.
Lagunas se forman en mí,
Como agujeros negros
Que absorben todo de aquí.
Ella
Esto es extraño.
Que la vida nos haya juntado aquí,
Después de tanto tiempo
Para juntos morir.
Él
¿No crees que sea justo?
Quizás debería haber sido así.
Debería haberte preguntado
Si te unirías a mí.
¿Qué hubieras respondido?
Todavía me pregunto.
Ella
Hubiera dicho que sí
Para estar contigo cada segundo.
Para abrazarte
Y no dejarte ir.
Y así los dos enamorados
Sentados en el jardín están.
Pasan largas horas
Intentando recordar,
Ignorando a las enfermeras
Que vienen y van.
Finalmente aceptaron
Que el destino es criminal.
Si realmente amas a alguien,
Por él deberías pelear.
Aunque tarde o temprano,
Juntos se sentarán a recordar.
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SOLDADO
Por Gisela Rodríguez Gecchele
Veo tu mochila
Colgado en el placar.
Todavía siento
El aroma del mar.
Recostada
En el silencio
Lloro,
Lloros sin cesar.
Veo las niñas
Corriendo
Sin parar.
Recuerdo el invierno
Que te tuviste que marchar.
La noticia
Llegó tarde,
Nadie
Pudo respirar.
Las Malvinas
Te esperaban.
Tu familia
Te veía sollozar.
Pequeño soldado heroico,
No lo podías negar.
Era tu misión
Y la teníamos que aceptar.
Entonces,
Llego el día.
No queríamos
Ni mirar.
Con la bandera argentina
En lo alto,
A la guerra
Fuiste a pelear.
Te saludamos
Contentas,
No te queríamos
Preocupar.
¿Quién nos podía asegurar
Que te veríamos regresar?
Era la tarde
De julio
Yo acababa de ser mamá.
Un soldado rubio
Golpeó la puerta
Con pesar.
Traía una noticia:
Tu vida se había hundido
En el mar.
Unos soldados
Enojados,
Te mataron
Sin dudar.
¿Cómo es posible
Que una vida
Pueda disolverse
Como la sal?
¿Nadie nunca
Piensa
Que deja un soldado
Cuando se va?
Hoy,
Después de tanto tiempo,
Desearía que estuvieras acá.
Tu hija,
De blanco,
Me anuncia
Que va a ser mamá.
Te veo
Debajo del naranjo.
No estás
Vestido de soldado ya.
Me tiras
Un beso,
Que yo intento agarrar.
Siento
Como me extrañas
Y sabes
Que te vamos a extrañar.
Hoy es julio
De nuevo
Y ha empezado
A lloviznar.
Veo como tu recuerdo
Se va desvaneciendo
Como un final.
Me dices
Que me amas
Y que me vas a esperar.
¡Oh, soldado heroico
En Malvinas
Te quedarás!
Hasta que llegue el día
En que te podamos recuperar.
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ESTA VILLA JUNTO AL MAR
Por Gisela Rodríguez Gecchele
En esta villa
Junto al mar,
Por primera vez
Te vi.
Te pregunté
De dónde venías
Y si alguien
Esperaba por ti.
Mis manos tomaste,
Como protegiéndolas.
Me dijiste al oído
Que este era tu hogar.
Tus ojos reflejaban
Una imagen de mí
Que nunca había visto
Y jamás descubrí.
Nuestras vidas unimos.
Nunca te dejé partir.
Nos sentábamos viendo la luna
Y escuchábamos al mar, rugir.
Varias noches inundadas
Por la pasión mutua
Dio como fruto
La más bella de las criaturas.
La sostuviste en tus manos
Y la intentaste proteger.
Eventualmente con el tiempo,
Se transformó en mujer.
Trabajamos duro
Y te mantuviste fiel.
Nunca me abandonaste
Y todavía amabas mi piel.
Hoy, después de cincuenta años,
Todavía puedo recordar
Que en esta villa
Junto al mar,
Por primera vez
Te vi llegar.
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LLORAR DE RISA
Por Alicia Perrig
Lava los platos
yo los seco
los guardo en el aparador verde
y limpio el piso de la cocina
después
jugamos a atraparnos las manos
entre las sillas
amontonadas patas para arriba
sobre la mesa larga
se cansa
y me declaro su prisionera
anuda las trenzas alrededor de mi cuello
y lloramos
lloramos tanto
es difícil reír
en silencio
y a escondidas.
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LOS 15
Por Alicia Perrig
Ahora con la nona
dijeron
ella hizo las empanadas
y cosechó las flores
para perfumar la mesa
todavía teníamos los ojos hinchados
las dos
azules y rojos
que se saque los lentes
dijo el fotógrafo
y aquí estamos
ella y yo
en el living de mi casa
me sonríe con esa tristeza suya
esa tristeza de pequeñas violetas
en su vestido de piquet
que aún guardan las yemas de mis dedos
sobre su hombro izquierdo
esa tristeza nuestra
en blanco y negro.
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PERDÓN
Por Alicia Perrig
En la verja
se persigna la mentira
es un crucifijo de sal
el que aúlla las tormentas
no es tan difícil
solo caer de rodillas
ante un dios silencioso
y austero
un dios perfecto
tan perfecto
que nos redime de su mirada.
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BUSCAN
Por Alicia Perrig
Con las bocas
como sepulcros de sed
con las manos de vidrio sucio
con los pies
huellas de flores rotas
bajo la última escama de la tarde
buscan
un remiendo de luz
en la sonrisa.
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SIN REGRESO
Por Alicia Perrig
Camina dos pasos adelante
adelante
dos pasos
o diez
o quince
yo la miro desde abajo
los hombros apretados
las caderas anchas y redondas
la gracia de las pequeñas orejas
bostezos entre el pelo crespo
siempre habla
y mueve las manos
como mariposas con frío
no puedo escucharla
pienso en irme
en no volver a ver
esas alas de escarcha.
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EN EL ESPEJO DEL RÍO
Por Olga Bruera
No quiero ser…
Como ese sauce
Que por verse reflejado
En el espejo del río
Llora allí su condena
Por el tiempo pasado
A la vera de aquel río…
Pensó tanto en él,
Que solo, triste y encorvado
Con sus mismos recuerdos
Sigue su pena llorando…
Por eso todos dicen
Cuando hablan de él
Que a la orilla de aquel río
Hay un sauce llorón
Que se mira eternamente
En el espejo del río.
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DOÑA INÉS
Por Olga Bruera
La costurera del pueblo
La que llamaban, doña Inés
Sentadita siempre estaba
Frente a su máquina de coser
Hilvanando esperanzas
Bordadas con ilusiones
Sola estuvo en la vida
Sin amores ni pasiones
Su espalda ya encorvada
Por el paso del tiempo
Cosiendo tan apurada
Entre hilos y lienzos
Resongando algunas veces
También un poco enojada
Con algunas de sus clientas
Que la cuenta no pagaba
Un día, Dios la llamó
Cuando ya blanco su pelo
Para hacer trajes de nubes
Bordados en el cielo.
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ASÍ FUE: QUE ES NAVIDAD
Por Olga Bruera
Dicen que allá muy lejos
Por esas pampas de Dios
Nacía un divino changuito
Al que llamaron Jesús.
Dicen que nació de noche
Y todo se transformó
Una estrella brillaba tanto
Que todo lo iluminó.
Pastorcitos se llegaban
Con una inusitada algarabía
A conocer aquel niño
Que en aquel ranchito nacía.
María y San José
Lo cuidaban con desvelo
Mientras un coro de ángeles
Le cantaban desde el cielo.
Así fue que ese día
Le llamaron Navidad
Y por eso las familias
Se desean felicidad.
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A LA NEGRA
Por Olga Bruera
Doy gracias a la vida
Que me ha dado tanto…
Y la vida se le fue
Como agua entre las manos
Su voz se escuchará
En los caminos…
Todo un pueblo recordará
Las canciones de la “negra”
De fiesta estará Diosito
Por tenerla en el coro celestial
Como a grandes figuras
De la música universal
El mundo ella recorrió
Con su pentagrama de emociones
Y al mundo conquistó
Con tan bellas canciones
Su clásica figura
De mirada picarona
Nadie la olvidará
Y sus canciones entonan
Un recuerdo, un homenaje
Una sentida oración
Para ese personaje
Que descansa junto a Dios.
(*) Publicado en EL DIARIO del Centro del País, domingo 17 de enero de 2010.-