OS QUATRO COMPANHEIROS
Chorinho brasileiro
Chorinho brasileiro
El choro es un género musical del
Brasil que popularmente se lo conoce como “chorinho”. Es una música
instrumental que tiene más de 130 años de vigencia y convoca a todos los
géneros y edades. Si bien, etimológicamente la palabra choro significa “lloro,
llanto”, el ritmo de estas composiciones, por lo general es alegre, movido y
festivo. Se la considera la primera música popular brasilera y fue muy
difundida en el mundo hasta que la bossa nova le expropió la popularidad.
Hoy domingo a las 20.30 en el
Auditorio del Rectorado de la Universidad Nacional de Villa María (Entre Ríos
1431), se ofrecerá un espectáculo musical compuesto por integrantes de esa
comunidad universitaria, que nos ilustraran sobre este género. Los “chorões”
son el docente Pascual Crichigno (flauta), el alumno Renato Borghi (cavaquinho)
y Pablo Vélez (guitarra) y el recientemente egresado Luciano Cuviello
(pandeiro). Vale aclarar que la entrada es totalmente libre y gratuita, por lo
que ya no quedan excusas para no ir.
Desde este espacio, irrumpimos en
el último de sus ensayos para que nos cuenten sobre el género en cuestión y la
presentación de esta noche.
Darío Falconi
eldiariocultura@gmail.com
Bajo el techo de la Licenciatura
en Composición Musical surge lo que hoy conocemos como “Os quatro companheiros”.
Allí un alumno proveniente de Riberao Preto dialoga con su profesor de flauta
sobre el repertorio de uno de los géneros que ambos comparten en gustos. El
alumno, se llama Renato Michelín Sanches de Oliveira y su profesor Pascual
Ángel Crichigno. No será tema de un encuentro, sino que la pasión por la música
los convocará en varias oportunidades.
Más adelante, en alguna de las
juntadas que realizan los estudiantes de música, Pablo Vélez escucharía el
cavaquinho ejecutado por Renato y comenzaría a desarrollarse el germen de este
cuarteto tan singular, que se terminaría de desarrollar con la inclusión de
Luciano Cuviello.
Pascual: -Empezamos sacando fotocopias de
una treintena de temas y desde allí los comenzamos a estudiar. Iniciamos a
mediados del año pasado y de poco fuimos haciendo mejor las cosas, luego
aprobaron el proyecto de extensión y decidimos empezarlo a tocar y presentarlo
este año.
Renato: -Una de las cosas que hicimos,
fue tratar de buscar cómo tocar el lenguaje del choro, que es lo más difícil;
porque aprender los temas es leerlos e interpretarlos, pero queríamos más que
eso.
Pablo: -Yo arranqué de cero, no había escuchado más que
“Tico-tico”… un choro en toda mi vida. Entonces, venir de afuera y asimilar un
ritmo para tratar de que suene así, es difícil y lleva tiempo y todavía lucho
para que salga algo más o menos auténtico.
Renato: -Tocamos muchos temas porque
estamos concentrados en cómo tocarlos. El choro es el género más viejo del
Brasil y todavía está vigente. Surge a partir de una forma de interpretar
determinadas músicas de la moda de aquella época de la mitad del Siglo XIX, la
polca, el vals, la mazurka, el chotis… Son géneros de música de salón, en el
contexto de ese tiempo en Río (de Janeiro) en músicos que eran letrados, pero
no eran músicos que tocaban en grandes salones, sino que eran gente de clase
media baja y que trabajaban en el funcionarismo público. Había muchos carteros,
mucho funcionarios, secretarios… esa es la gente que empieza a darle a forma al
choro, a partir de una forma de tocar de esos géneros. De ahí quedó el nombre
de choro (llanto), porque se dice que tocaban esas cosas más melancólicamente,
más “llorado” que lo que venía en el original de los valses, yotis y de cosas
más viejas que ya dejaron de existir… era una mezcla y reinterpretación, un
cambio en la manera de tocar. Hay mucha gente que asocia el choro con temas muy
rápidos en compás de dos; pero hay otros que son mucho más lentos, pero que siguen
siendo choro.
Luciano: -Hace como cinco años atrás me
encontré con el pandeiro, que como percusionista, me llamó mucho la atención y
empecé a estudiarlo técnicamente. Lo que sucedió después es que, cuando llegó
Renato (de Brasil), nos conocimos y empezamos a compartir los conocimientos que
él traía de allá y con lo que yo sabía empezamos a tocar. Lo que sí pasó, es
que después, el grupo se formó sin mí, porque yo tenía otras cosas; hace un
tiempo volvía reintegrarme.
Renato: -Igualmente Luciano estaba desde
el principio porque si bien no tocaba choro dominaba muy bien el pandeiro, que
es el apoyo del choro, es lo que lo sostiene rítmicamente…
Pablo: -No había problemas de ensayar
cierto tiempo y luego llamarlo a Luciano porque se iba a adaptar perfectamente,
no es como mi caso, que debía ensayar más por conocer menos el género.
Pascual: -Primero maduramos las obras,
que son muy difíciles, hay algunas que son virtuosísticas, entonces hay que
tocar muy bien el instrumento para tocarlos. No es que uno se sienta hoy a
practicarlas y mañana ya están listas; todo tiene una maduración y una
integración del código.
Renato: -Además hay muchos subgéneros
del género del choro, decidimos incorporar otros subgéneros para refrescar esto
que nos gusta.
Renato: -Nuestra formación es muy
tradicional. Para el caso de los solistas pueden usarse la flauta o la
mandolina, puede ser un trombón u otro tipo de instrumento; la base siempre va
a ser pandeiro, cavaquinho y guitarra de siete cuerdas, que aquí no se
utilizan.
-¿Qué particularidades tiene el
hecho de estar incluido dentro de un proyecto de extensión?
Pascual: -Lo hicimos para poder
institucionalizar esta idea, para que desde la Licenciatura en Composición
Musical con orientación en Música Popular, tuviera una música popular de un
estilo de un país vecino y hermano como es Brasil. Algún día alguien querrá
hacer joropo o merengue venezolano y mostrarán eso... Nuestro punto de partida
es tratar de conocer esta música, que a nosotros nos agrada, porque creo que
los músicos somos así, si una música no nos agrada nos pasa por el lado, no la
tocamos. Realmente nos tiene que llegar a lo más profundo de cada uno, eso hace
que nos pongamos a investigar y estudiar, a escuchar como lo tocaban otros, y
hacernos la versión propia de cada uno de nosotros.
-¿Se improvisa en el choro?
Renato: -La improvisación como la
conocemos en el jazz, no está en el choro más antiguo, después se la agregó por
la propia influencia del jazz; en el choro no se toca ni parecido a lo que está
escrito, en el sentido de la rítmica, en el sentido de giro melódico, de
ornamentos que se le agreguen, es muy del género. El cavaquinho no sigue un
patrón rítmico, el principal sentido es la guitarra que tiene un “bordoneo”,
que es todo el acompañamiento de los bajos que forma un contracanto a la
melodía, es completamente improvisado. Genera una textura contrapuntística que
es muy interesante y muy característico; cuando hay dos guitarras, las dos
hacen lo mismo y generan un contrapunto más denso todavía. También se hace
mucha alternancia de solistas.
Pascual: -Nosotros no sólo notábamos que
teníamos respetar un código; sino que también teníamos cierta libertad para
hacer cosas, dentro de lo escrito y fuera de ello, eso tiene lindo este género.
Renato: -No hay mucho… En una charla que
he tenido con el Director de la Orquesta de Música Ciudadana, Alberto Bacci, me
comentaba que en una época llegaba mucho este género a la Argentina… o sea,
antes de la bossa nova, el choro era la música que más salía del Brasil; por
eso te digo, que antes de esa época los temas de choro se hicieron muy conocidos
fuera de Brasil, y después dejó de ser la música número uno del Brasil para los
otros países. Pero sigue vigente, es la música que une generaciones… no es de
un contexto específico, vos vas a un bar que tienen mesas afuera, en la calle,
los vas a ver tocando y la gente que se acerca, y vas a ver niños con sus
padres. Verás también que están los músicos de 70 años tocando junto a los que
tienen 20, eso tiene el choro.
Pascual: -Como ves, este es nuestro
grupo, aquí tienen a los chicos de 20 años y aquí el chico de 70 (bromea y se
señala, con su humor siempre tan particular).
Renato: -Algo muy importante que quiero
rescatar, el choro tiene su centro, no en presentaciones en vivo, es un género
instrumental, tiene alguna composiciones que le agregaron alguna letra pero
posterior a su composición. No es para bailar, es un género para escuchar. Su
centro de existencia es la ronda del choro, alrededor de una mesa, con cerveza,
a la tarde donde se juntan a tocar y se va arrimando la gente. Los músicos se
acercan y si no saben lo que tocan se van adaptando y tocan. No es una música
de noche, a las cuatro seis de la tarde, generalmente es cuando se toca esta
música.
-¿Cuál es el repertorio que
tienen preparado para hoy?
Renato: -Son todos temas de grandes
referentes del choro como Pixinguinha, Esquina de Abreu, Ernesto Nazareth,
entre otros. Hay algunos que son de compositores menos conocidos, que tienen
solamente un tema que todo el mundo ha tocado, pero casi nadie conoce las demás
canciones que han realizado. Todos estos temas son antiguos, ninguno se ha
compuesto después de 1940.
-Por último, ¿qué significa para
ustedes interpretar este género poco difundido en la Argentina?
Pascual: -Para nosotros es un gran
desafío, porque salvo Renato, ninguno de los tres antes había tocado esta
música. Fue un desafío estudiarla también. Lo importante es que la gente vaya a
escuchar, que no se va a ir defraudada, porque es una música muy bonita.
Pablo: -En mi caso confío en lo que dice Renato, de que
estamos sonando bien…
Renato: -Después de tiempo de ensayo,
llegamos a sonar bastante bien y bastante fiel, por eso creo que vale la pena
ir. Espero que la gente nos acompañe.