domingo, 25 de marzo de 2012

Ivana Perren. Alcanzando sueños. Canciones de cuna



Alcanzando sueños
IVANA PERREN
Canciones de cuna



El niño abraza a su madre y deposita su mirada en los ojos de ella. Por la ventana, las luces de los autos pasan con menor frecuencia. El ruido del día es devorado por la noche y permite que los sentidos del infante se potencien y presten atención a ese adulto que se ha sentado al costado de su cama. La madre cubre su cuerpo con el acolchado y se dispone a acariciar despaciosamente el cabello del niño. Segundos después comienza a cantarle con dulce y clara voz. La criatura cierra sus ojos y se entrega al sueño, abrigado con hermosas canciones que invocan mágicamente el descanso.
¿Quién no recuerda esa voz, cierre de los días de niño? ¿Quién no repite esa antigua tradición de ofrecerle a nuestros seres queridos las estrofas de una canción de cuna?
Ivana Perren, profesora de piano y licenciada en composición musical se ha inmiscuido en el subgénero de la canción de cuna. Ha grabado un disco llamado “Alcanzando sueños”, título que remite a la función principal de estas composiciones y a su vez es una metáfora que alude a su egreso universitario, sueño, que ha concretado recientemente.

Darío Falconi
eldiariocultura@gmail.com



La canción de cuna es una expresión musical presente en la historia y la cultura de todos los pueblos. Canciones que han viajado kilómetros, que han atravesado el mar de los tiempos y que aún hoy (con algunas modificaciones) siguen vigentes en nosotros. Ivana Perren, docente de la ciudad, decidió investigar sobre este subgénero y desde aquí, realizar una propuesta fresca, con temáticas que abordan problemáticas de esta misma ciudad y nutrirlos con los diferentes ritmos latinos y cercanos a nosotros como el folklore, entre otros.
                    
-¿Cuál fue tu interés por este subgénero tan particular?
-La temática está íntimamente relacionada con lo que hago, soy docente de música en la escuela primaria y estoy siempre en contacto con los niños y tengo sobrinos. He escuchado canciones de cuna que me encantaron y que de alguna manera siempre estaban cerca de mí. Esta idea de tomarlo como tema de mi tesis de grado fue desarrollada en el dictado del Taller de Apoyo al Trabajo Final de Grado.
Veo que la canción de cuna tiene una sencillez muy rica, me sentí identificada y era un desafío el poder componer ese tipo de canciones, que si bien son sencillas, había que buscar cosas nuevas dentro de esa sencillez, usar armonías más complejas.

-¿Son los niños, los únicos destinatarios de las canciones de cuna?
-Si bien los niños que estuvieron a mi alrededor me inspiraron a elegir esta temática, creo que la canción de cuna puede ser para todas las edades. Es lindo sentirse arrullado, es lindo que te canten canciones… y está pensado para niños, pero muchas de las letras tienen temáticas que son para que el adulto piense y reflexione.
                                      
-Hablamos de canción de cuna, ¿cómo se ubica ese subgénero dentro de la música?
-Lo ubico dentro del gran género canción… la canción es un género vocal/instrumental que lleva acompañamiento, también puede ser a capella, que presenta una forma musical determinada, que puede variar de canción a canción, que presenta letra…
Dentro del género lo determino de esta manera, podemos encontrar otros subgéneros como la canción urbana o la canción de raíz folklórica; entre otras.

-¿Cómo surge la canción de cuna y como llega a la actualidad?
-Busqué antecedentes de canciones de cuna muy antiguas, mi trabajo no es un trabajo científico, hice un marco teórico para tomar algunas herramientas de cómo es, de dónde viene, etc.… No se sabe cuál es el origen preciso, seguramente desde el origen mismo de la humanidad, porque la canción de cuna es un canto que se da espontáneamente entre la madre y su hijo, o entre la persona a cargo del niño. A veces puede tener letra o una simple onomatopeya como “nana nana”; pero no hay un tempo preciso desde donde su origen. Todo tiene que ver con la tradición oral. Es todo lo que se transmitía de boca en boca, de generación en generación, y así mismo las canciones iban sufriendo alguna modificación; entonces, no hay documentos.
La función primaria de la canción es hacer dormir, tranquilizar al niño. Luego hay otras que se van agregando sin querer, o queriendo, que es la transmisión de valores o de cultura, la madre que le cuenta “dormite niño que tengo que hacer / lavar los pañales, ponerme a coser”… ahí estamos hablando de una época donde todo estaba a cargo de la mujer, donde ser ama de casa es lo único que se podía hacer. Hoy en día la canción de cuna si bien se siguen cantando canciones antiguas que están en la tradición oral como el “Arrorró mi niño”, “Dormite mi niño”… hoy en día la canción de cuna traspasa el límite, tiene que ver muchas veces con el hecho artístico, la canción que sale al escenario, la canción que hacen diferentes compositores que en algún momento de su vida necesitaron componer porque tenían un niño cerca, pero tiene que ver con una proyección artística de este subgénero.

-En el estudio que realizaste tomaste canciones de distintos países de Latinoamérica.
-Tomé específicamente las canciones que estaban en lengua castellana, había una francesa, italiana, la mayoría son las que llegaron a América Latina después de la conquista y fueron las de influencia de la cultura europea.

-¿Notás muchos puntos de contacto en las canciones de los países que tomaste? Me refiero a la misma preocupación o la misma temática.
-La misma temática de hacer dormir al niño, de tranquilizar; sobre todo las españolas, muchas de las que llegaron son españolas y se adoptaron acá. El muestreo que tomé fue pequeño, fueron veinte canciones; para tener una certeza mayor de cómo se relacionan debería haber tomado muchas más canciones, pero allí sería un trabajo más científico y excedería lo que yo me había planteado.

-En base a todo esto, ¿cuántas canciones compusiste?
-Diez canciones. A partir de todos estos datos que yo fui obteniendo de cómo era la temática de la letra; cómo eran las melodías en general, los giros melódicos, cómo eran las armonías que se utilizaban; entonces partí de eso para armar mis propias composiciones. Algunas cosas respeté y en algunas le agregué mi creatividad, respetando la esencia, el tempo tranquilo, la temática y poniéndole cosas que tienen que ver con mi entorno; dos de las canciones hablan de un comedor de un barrio de Villa María, era una canción de cuna para hacer dormir esos dos niños que están en un contexto especial, que no tienen todas las comodidades que tiene cualquier otro niño.

-Hay un agregado que es el contenido social en esas letras, ¿son todas propias?
-Siete letras son propias y tres las tomé prestadas de Nora Baker Zandrino, ella había escrito canciones de cuna, le pedí y le encantó la idea. Me ayudó muchísimo, porque a veces cuando estás tratando de hacer algo, el factor letra de la letra se dificulta, ya que yo no escribo letras muy seguido. Me gustaría continuar con esta investigación y relacionarla con otras áreas como la psicología o la sociología, por ejemplo.

-¿Cómo fue el proceso compositivo de las letras?
-Generalmente partía de la letra y después le agregaba la música; pero también había excepciones, donde comenzaba con un motivo melódico o una base armónica y luego componía la letra en esa base.

-Un proyecto así requiere de músicos que acompañen la propuesta, ¿cómo fue la participación de tus colegas y compañeros?
-Si no hubiera sido por ellos este trabajo no hubiera sido posible; primero me ayudó David Rodríguez que estuvo en todo el proceso acompañándome, con su experiencia, me dio una mano en el escrito, asesorándome, dándome su opinión y el resto de los músicos que participaron en los ensayos, la tesis y que eran un montón, terminaron siendo 16 músicos en escena y de los que estoy profundamente agradecida.

-Tu trabajo aborda los distintos aspectos musicales de la canción de cuna, una cuestión poco abordada en la actualidad, ¿cómo fue el desarrollo del trabajo en ese aspecto?
- En el trabajo Lo que hice, fue tomar canciones antiguas y de hoy analizar la melodía, la forma musical, las escalas… esa base que tomé me sirvió para arrancar mi trabajo. Cuando vos tenés referentes y libros que hablan de un estilo de música específico es más fácil, a ver… cómo es en el jazz, qué giros armónicos se utilizan y demás… pero en la canción de cuna no había nada escrito, de cómo son los giros melódicos, la armonía, cuáles son los intervalos escritos… no había nada escrito, porque al ser de la tradición oral hay pocos trabajos.

-Imagino que un trabajo arduo la composición de las canciones
-Lleva mucho tiempo, mucha dedicación, constancia y mucho cariño. Es complejo… empezás con una idea, una armonía, una melodía; pero después tenés que ver que instrumento van a ejecutar eso; ahí empieza el trabajo de arreglo, qué va a hacer el violín, el saxofón, la flauta… y en cada canción tiene que ser mínimo cuatro instrumentos, cuatro arreglos que son pequeñas composiciones dentro de la canción. Y luego grabar, la disposición de músicos, trabajos de edición, las masterización, el arte de tapa, escribir las partituras, la puesta en escena que debe ser atrapante.

-¿Qué referentes tomaste para realizar el trabajo?
-Carlos Aguirre y Francesca Ancarolla, ellos hicieron un disco de canciones de cuna, arrullos, pero eran canciones latinoamericanas que se veían problemática social, con una riqueza musical increíble, los arreglos, la voz de ella tan expresiva de ella… También mi directora de tesis, Susana Dutto grabó un disco de canciones de cuna, ella tomó canciones existentes y algunas que son de su autoría. Por su parte, Jorge Fandermole que junto a otro músico grabaron un disco de nanas; Fandermole tiene una canción muy bonita “Lo que usted merece”. Y… no me voy a olvidar de Judith Akoschky que también fue mi referente, de su trabajo interpretativo tomé algunos elementos para componer, todo el tema de la sonorización, recrear paisajes sonoros, ambientaciones sonaras…

-¿Cómo ves el futuro de la canción de cuna como subgénero?
-Es algo que no va a acabarse nunca, siempre va a haber niños alrededor (y adultos también); y es algo que te nace la inspiración de dedicar para ese momento especial que es cuando te vas a dormir, en el momento en que cerrás los ojos y te entregás al mundo de los sueños, es tan importante ese momento que merece un acompañamiento musical; y también hace falta en los escenarios que haya canciones de cuna; no un repertorio completo, pero es importante que los autores sigan haciéndolo.



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La aventura de dormir
Ivana Perren


Un juego picarón
vino a visitarte,
trajo risas
y ganas de acunarte

Cierra los ojitos
y escucha muy atento,
que el juego te canta
un hermoso cuento

La aventura de dormir
ya está por comenzar
hasta el juego picarón
se acomoda en su sillón

El grillito enciende
su canto de noche,
el sapo pasea
su almohadón en coche

Las estrellas
se ponen su piyama,
y la lechuza
su gorro de lana.



Lucecita que crece
Ivana Perren


Flor de la mañana
Lucecita que crece
arco iris de papel
toque de cascabel

¿Quién sabe cómo serás?
serás, sólo Dios sabrá
ah ah ah ah

Colorcitos nos traerás
¿cuál de ellos escogerás?
azulito a mi quizás
amarillo tal vez

Sorpresitas y juguetes
campanitas de cristal
tu llegada mil sonrisas
nos regalará

Ángeles te cuidarán
el amor no te faltará.



Publicado en EL DIARIO del Centro del País,
domingo 25 de marzo de 2012
Villa María, Córdoba, Argentina.

domingo, 11 de marzo de 2012

El río en la voz de nuestros poetas





EL RÍO
En la voz de nuestros poetas



El río es una de las marcas distintivas de la ciudad. Dos ciudades se asentaron a la vera del Ctalamochita y forjaron desde allí sus pujantes presentes.
El río es el lugar de encuentro, de esparcimiento, del amor y la nostalgia… el río ha sido por siempre la musa inspiradora de aquellos que escriben su vida y la de los otros, en versos que se publican en el papel o se cantan a viva voz.
Hoy nuestro suplemento cumple 400 ediciones junto a usted y queremos festejarlo ofreciendo los poemas de aquellos que desde los inicios de nuestra literatura han inmortalizado su palabra evocando el cauce de este río.
Muchas gracias por seguirnos, domingo a domingo.



Darío Falconi
eldiariocultura@gmail.com




[POEMA]
Geremías P. Monti.

Cinco ríos cruzan Córdoba
que son como cinco arterias,
por donde corre la sangre
perfumada de la sierra.
El Tercero presuntuoso
quizás por marinas ansias,
que enjoya a Villa María
como una bincha de plata.

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EMBELESO JUNTO AL RÍO
Primo Miguel Beletti, del libro “¿Dónde hay silencio?...”.

Pelambre lacio y pendulante de los sauzales
sobre la arruga de la epidermis de la tierra
y el peine del agua murmullante
que corre por su cauce
en setiembre le imprime lustre
a sus mechones capilares.
En el brillo de un espejo itinerante
se zambullen cual anfibio
las esmeraldas repetidas por millares
de las horas diminutas que eclosionan
al conjuro de cien flautas animadas
y las alas de mi ensueño desplegadas
se baten sobre el oasis que allí me abriga.

El suave mecedor de la corriente
a mi vera sobre el muelle enarenado
musicaliza con las coplas de su andanza
la evasión que por fisuras de mi alma
arrobada, goteando el zumo amargo
drenan la aspereza que me atrapa
en un navío que boga errante
con las velas hinchadas de mis ansias.

En la alcoba iluminada de mi seno
para ese huésped que deambula vacilante
no hay puertas a su retorno
no hay sitio habitable
que no vuelva!
que sucumba!
que naufrague!


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[POEMA]
Armando H. Fabre.

Mi viejo río, ya no guardas
en tu raleado sauzal,
el silbo de aquel zorzal
que en las mañanas de estío,
te saludaba viejo río
con tu canto sin igual.

Mi viejo río, ya no ofreces
en tu cauce, el torrente
de esas clásicas crecientes
que traías en otrora,
con la fuerza arrobadora
de tu belleza imponente.


* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

TE CANTO, VILLA MARÍA
Moisés Cabañeros , del libro “Canto y rebeldía”.

Te cantaron los poetas que en tu cielo se inspiraron
volcando en sus sabias rimas el fruto de tu trabajo.
Te canta el niño que juega, el joven con su alegría,
te brinda su algarabía que es poema y también canto.

Te cantan los estudiantes que de tarde o de mañana
se encaminan jubilosos a cumplir con su jornada.
Te canta el hombre maduro, aquel del rostro acerado,
con la canción del martillo o en el surco con su arado.

Te canta el ave canora con sus trinos celestiales,
las flores son como un canto de perfumes virginales.
Vibra el cielo generoso con sus diarias bendiciones,
también te canta la madre en el hijo de sus amores.

Te canta el barrio Sarmiento, las jovencitas del centro,
las del barrio Rivadavia, y también las de Palermo,
por San Martín, hasta el fin, cruzando por Buenos Aires,
y por el barrio Ameghino alegre cantan sus calles.

Lamadrid, San Justo, Belgrano, te cantan con sus labores,
General Paz, Pellegrini, Güemes a tus pies te rinde honores
Avellaneda, Santa Ana, Sáenz Peña, Moreno y Almirante Brown
te ofrecen con su progreso el brindis de una canción.

Desde el barrio de Las Playas hasta el nuevo Trinitarios
acrisolan, hermanados su mensaje veinte barrios,
con su río silencioso, fiel testigo de la historia
que es dolor o es alegría reflejando tu memoria.

Ciudad de mi humilde cuna, ciudad de noches serenas,
porque eres patria argentina, porque eres honrada y buena,
yo también quiero cantarte y rendirte mis honores
en la labor cotidiana, Villa María de mis amores.

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[POEMA]
Horacio E. Roqué

Acodado, en suspenso
sobre la baranda
del puente, oigo
el ritmo del agua.
Luminosa,
sobre las curvas claras
de brillantes hojuelas,
cabrillea el alba.
Un desgarrar de ondas
se multiplica y se agranda.
En la pura emoción
el río me acompaña.
mi verso al igual se ondula
en la corriente mansa
o en oleajes
de espuma bravas.
Está dentro de mí
la vibración del agua.

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

RÍO
Horacio Bianciotto (1984).

Broto de tus dedos de barro
como un poema con hebras de musgo.
Zamba trastocada que canta.
Vendimia de girasoles.

Río. Abierta tu boca a lavanderas.
Se quiebra tu espejo de amaneceres precipitados
quiero ver tu enigma y llegar a tus manos
y desterrar tus soles deshilachados del ocaso.

Mis pies mis manos mi piel toda
te buscan como raíz huérfana.
Quiero adentrarme en tu latido marrón
Y en las abejas zumbonas de la corriente.

Llevas en tus venas una acuarela de hombre que sueña.
Tu agua sacia el silencio cuando es preciso.
Talamochita. Nombre legüero
bombo retumba tiembla tumba
lengua de enero isla emergente
vino guitarra luna a destiempo.

Río del cielo sideral cósmico
dame tu estampa de estatua caída
dame tu garganta de aguaceros.
Voy a volar como la garza
rozando apenas besando agujas
para que mi memoria haga tu perfil
y el olvido se escurra tras las sombras.

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

[POEMA]
Bruno Ceballos.

Riberas del viejo río
que levantaba bravío
su murmullo colosal;
poco a poco desoladas
fuiste quedando enterradas
bajo el reseco arenal.

Viejas queridas riberas
también sois como taperas.
En donde el paso llora;
en las visiones de un triste,
ante aquello que no existe
y eternamente lo añora.

* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *


PASO DE FERREIRA
Letra: Armando Fabre y Andrés Acheral
Música: Andrés Acheral

Recitado:

Viejo Talamochita del aborigen nómade,
junto a tu margen se levantó
la posta e avanzada de los Ferreira Abad;
te vadearon las carretas y las diligencias
-asombro de progreso en la pampa-
te cruzaron los hijos de esta tierra arisca
en un chapoteo de lunas y estrellas;
te recorrió el Deán Funes
en su fantástico proyecto de hacerte navegable.
Una y otra vez se desbordaron tus aguas,
hasta que los diques le pusieron riendas
a tus ímpetus borradores de huellas…


Canto:

Sobre la herida huella pampeana
sangran los sueños del pajonal,
silban los vientos de la llanura
la sinfonía de algún zorzal.

Como un refugio sobre el paisaje
donde dormita la soledad,
se alza una posta, como esperanza
de los que cruzan la inmensidad.

Un monte y un río que corta la senda,
un vado que lleva por el arenal
rumor de carreteras cruzando el desierto
rumbeando camino a la eternidad.


II

Cantaba el río su cantor eterno
con voz antigua junto al sauzal
que despeinaba su cabellera
en el espejo de su caudal.

Alborozada cantaba el ave
sobre el añoso algarrobal,
mientras el puma se agazapaba
entre las sombras del matorral.

Un monte y un río que corta la senda,
un vado que lleva por el arenal
rumor de carretas cruzando el desierto
rumbeando camino a la eternidad.


* * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * * *

RÍO CTALAMOCHITA
Ilda Mistraletti Mignola

Llegas a Villa María con cadereo acuoso,
clara vorágine de peces.
En señal de bienvenida los sauces te rozan con sus ramas.
Asombrado por tanta belleza, desbrozas tréboles. Coronando tu testa.
¡Río napoleónico!
Raíces de eucaliptos que engrosa la barranca, quieren atraparte…
Sigues entre playas doradas donde juegan los niños traviesos.
Cuando cae la tarde, con tibieza de estío, tu cuerpo adormece.
Tus costas se ennovian con pescadores expectantes en tensar la caña justo a tiempo para atrapar su presa.
Los enamorados intercambian caricias de aguadulce.
Un picor frío aprieta tu cuerpo
Lágrimas de cielo llegan a ti arrastrando
Dolores terrenales que ahogarás presuroso
al primer beso de luna que trae la noche.



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EN EL ESPEJO DEL RÍO
Por Olga Bruera

No quiero ser…
Como ese sauce
Que por verse reflejado
En el espejo del río
Llora allí su condena
Por el tiempo pasado
A la vera de aquel río…
Pensó tanto en él,
Que solo, triste y encorvado
Con sus mismos recuerdos
Sigue su pena llorando…
Por eso todos dicen
Cuando hablan de él
Que a la orilla de aquel río
Hay un sauce llorón
Que se mira eternamente
En el espejo del río.


(*) Publicado en EL DIARIO del Centro del País,
domingo 11 de marzo de 2012
Villa María, Córdoba. Argentina.

domingo, 4 de marzo de 2012

Rosita Rodríguez. Su paso por la UNVM



Entrevista
ROSITA RODRÍGUEZ
Su paso por la UNVM



La recuerda como una mañana ideal. El día había iniciado fresco y con un sol maravilloso. Era el 2 de febrero de 1996 y con el legajo número cinco, Rosita Rodríguez se hacía cargo de la Mesa de Entradas Salidas y Archivo de la flamante Universidad Nacional de Villa María (UNVM).
Había sido convocada por el Rector, Contador Carlos Omar Domínguez, para hacerse cargo de uno de los primeros puestos que la Casa de Altos Estudios generaba. Era allí en la casona de Lisandro de la Torre 252 donde empezaba a funcionar el Rectorado de la Universidad. Recuerda con suma precisión que Omar, un compañero, se encontraba en una escalera realizando las conexiones eléctricas y Gladys preparaba los mates en el fondo de la cocina.
“Es inevitable no saludarla”, decían, porque entrabas a la institución y ella estaba allí para orientar a quienes se acercaban a conocer qué era eso de una universidad nacional en la ciudad y la posibilidad de acceder a estudios superiores sin tener que viajar o establecerse en lugares como la capital cordobesa.
Pero la historia no comienza allí, habían pasado muchas cosas antes para llegar a ese punto. Compartimos a continuación algunos de los recuerdos de una no docente que está dejando su lugar de trabajo y que vio crecer a la UNVM, junto a una ciudad que la acompañó.


                                                                 
Fotos: UNVM
Texto: Darío Falconi
eldiariocultura@gmail.com


Rosita Rodríguez perteneció a la Comisión Organizadora Pro-Universidad. Conoció a un grupo de personas en el Festival de Peñas que se reunían religiosamente los martes para seguir pensando lo que en ese momento era una utopía. El intendente Miguel Veglia les cedía el Salón Blanco para que pudieran reunirse y en innumerables encuentros comenzaban a trazar un camino que tiene inicio, pero no final.
Al igual que muchos villamarienses, Rosita tenía dos hijas que necesitaban estudiar, pero no estaban dadas sus condiciones personales (era viuda y docente) para hacerse cargo de todo lo que implica cursar estudios superiores en una ciudad como Córdoba.
Invitados a su casa, la entrevistada de hoy nos cuenta los detalles de cómo se progresaba de a poco en esta solicitud. Era un movimiento que lentamente sumaba adherentes para ir cobrando, cada vez, más fuerza. Dice Rosita “los políticos del momento aportaban su grano de arena. Muchas veces llevaban la documentación a Buenos Aires que nosotros les armábamos… teníamos apoyo de la intendencia, de la gente, de las empresas… se concentraban en el cine, se hizo convocatoria y se llenó, tratábamos de que la prensa difundiera, el señor Héctor Cavagliato se encargó mucho de eso, y así iba comentándose. Todo eso se iba plasmando en carpetas, los políticos trasladaban ese proyecto, lo llevaban. Más de una vez venían muy desanimados porque no los recibían, porque no tenían la respuesta que esperaban, en fin… no fue fácil. La gente de la Comisión era la que hacía caso omiso a eso y seguíamos haciendo más cosas. Éramos unas 15 o 20 personas aproximadamente, primeramente Adriana Torres fue la secretaria de actas, luego hubo algunos cambios y luego quedé yo. Todo se plasmó en un libro, que está en archivología.”

-¿Y se crea la UNVM?
-Mediante decreto se crea oficialmente la UNVM. Para los que pudimos viajar a Buenos Aires fue una experiencia indescriptible. Hubo mucha gente que trabajó desde un principio hasta el último y otra gente que se acopló cuando ya vieron que todo estaba encaminado. Para nosotros fue una gran sorpresa la designación de Carlos Domínguez, quien en ese momento estaba de contador de la Universidad Nacional de Río Cuarto. Yo cierro el libro de actas con las palabras del señor Accastello que dice que “La Universidad ya no es una utopía, sino una realidad”.

-¿Cuáles son los primeros recuerdos de las carreras que se dictaban?
-La gente se acercó a preguntar qué carrera se iba a dar. Recuerdo a la Licenciatura en Sociología, a los profesores Ada Caracciolo, Gustavo Zilocchi, Encarnación Sobrino y a Sergio Chius. De quien no nos tenemos que olvidar es de Juan Carlos Ciallella, el Coordinador de la Licenciatura en Composición Musical; por otro lado, si alguien caminó los pasillos de la calle Lisandro de la Torre, fue don Adelqui Pellegrino, Coordinador de lo que era la Licenciatura en Diseño y Producción de Imagen. Recuerdo su viaje a Estados Unidos para traer equipamiento para la carrera, que se desarrolló en la sede de calle Corrientes. Hubo una “pelea” con la CONEAU (Comisión Nacional de Evaluación y Acreditación Universitaria) para que nos aprobaran las carreras, a la gente se le decía que “estén atento a los medios”. Eso siempre se les decía.
Quiero destacar que todos pensábamos en la Universidad, no había función crítica ni compensación horaria, ni ningún otro beneficio; simplemente se trabajaba.
Nunca me voy a olvidar de como se bajan los pupitres, cuando armamos el aula uno de la sede de calle Mendoza, no te puedo explicar cuando logramos acomodar todos los bancos y vimos como quedó. Recién allí nos dimos cuenta de lo que habíamos hecho.

-¿Cómo has visto a la conducción de la Casa de Altos Estudios desde sus inicios hasta la actualidad?
-Los diez primeros años en que Carlos Domínguez fue Rector, se hizo un gran marco y que esta Gestión con Martín Gill en ese puesto, se fue ampliando esa pintura. En uno destaquemos la organización, y en el otro la capacidad política, ha hecho que la Universidad trascendiera, de la manera que ha trascendido. En un acto que se realizó alguna vez, yo dije que “tendremos que ser responsables y cuidadosos de este vuelo que tiene la Universidad Nacional, porque es un vuelo gigantesco”.

-¿Qué nos podés decir del Campus?
-Recuerdo cuando salían a buscar campos por la zona… Un día vino Domínguez y dijo que ya teníamos Campus y que eran 100 hectáreas. Yo le pregunté ¿por qué tan grande? Y me respondió que con el tiempo, ese espacio quedaría chico. Gracias a Dios conservaron un chañar, emblema de ese campo, como símbolo callado, como un guardián de lo que iba a ser. Cuando se fue construyendo, no podíamos dar crédito de lo que veíamos. Hoy eso que veíamos es un granito de arena a comparación con todo lo que se está haciendo. Las aulas, el comedor, la biblioteca... además que ya está todo pavimentado.

-Rosita, ¿siempre fuiste de Villa María?
-Soy de Río Cuarto y vine en el ’65. He sido muy conocida por mi desempeño como docente, siempre he sido muy inquieta, y hago un paréntesis muy distinto a lo que me siento ahora (y se quiebra) realmente la UNVM marcó una etapa en mi vida muy, muy importante, inicié con cincuenta y tantos años y me voy con setenta y tantos y he vivido algo muy trascendente y que en la ciudad también se ha manifestado. En Villa María hay un antes y un después de la creación de la UNVM.

-¿Qué planes tenés para cuando dejes tu puesto de trabajo?
-Me voy muy pronto, y esa es la pregunta terrible que me hago, no sé. Estoy muy emocionada, muy conmovida. Me voy feliz, por todo lo que he hecho, porque dejo una Mesa de Entradas funcionando con 9500 expedientes en este momento, con un trabajo de muchos años sola. Luego tuve la compañía de Nelson Scauso, una gran persona, un gran compañero y un gran amigo. Nosotros hemos ido innovando. Nosotros mirábamos con otro futuro la oficina de Mesa de Entradas, y la destaco como oficina, porque eso es por ahora. Espero que en corto plazo la Mesa de Entradas se jerarquice, lo necesita. Todo lo que hay en mesa de entradas fue inventado por mí, haciendo y corrigiendo hasta que sea práctico: bandejas, bolsos, fichas, formas de comunicación….
No sé que voy a hacer. Será un despertar distinto, no sé… (llora) por primera vez me veo sin un proyecto y eso me tiene bastante mal. Los llevare a todos en mi corazón.

-La verdad es que creí que eras más guapa.


Con la voz entrecortada y con los ojos lustrosos, reflejo de un sentimiento verdadero, culmina la charla. Rosita ha sido partícipe de las raíces de una universidad que está dando sus frutos. Deja su trabajo pero se va satisfecha, ha visto nacer y crecer, en menos de 20 años una institución que ha contribuido al desarrollo de lo que hoy es la ciudad. La cultura, el arte, el comercio, el turismo, la educación y otras áreas se han visto favorecidos con el desarrollo de la Casa de Altos Estudios. Rosita, como una villamariense más, está orgullosa y agradecida.



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CARTA DE DESPEDIDA A SUS COMPAÑEROS


Llego el tiempo, como a las plantas, como a las flores, como a todo en la vida, de culminar etapas, de mirar las huellas de caminos que ya han sido recorridos.
Para mí, a llegado el tiempo de recordar todo lo bueno vivido y por esos recuerdos digo: ¡Gracias!




Todo tiene una razón de ser y, a veces es duro nacer a una nueva etapa. Pero es tiempo de volver a empezar y no hay que levantar lo que termina, ya que es solo el umbral a un nuevo tiempo para recorrer.
Les doy un abrazo, pero no los dejo, ya que vivirán por siempre en mi corazón.
¡Feliz navidad y un exitoso 2012!
¡Hasta siempre!...


Rosita Rodríguez




 (*) Publicado en EL DIARIO del Centro del País, domingo 4 de marzo de 2012
Villa María, Córdoba, Argentina.