INVESTIGAR EN EL EXTRANJERO
El Programa Permanente de Extensión y Perfeccionamiento en Literatura Argentina y Cordobesa del Profesorado en Lengua y Literatura (UNVM) y el equipo de investigación Identidades y Formas del Discurso Político de la UNVM invitan a la comunidad interesada a la conferencia-taller sobre “Investigar en el extranjero”. Para ello a convocado a Silvana Mandolessi, quien es una cordobesa que reside en Bélgica donde ejerce su labor de docente e investigadora en la Universidad Católica de Lovaina. Dicho encuentro se efectivizará el martes 29 de agosto en el horario de 12 a 14 en el Campus Universitario de la UNVM. La conferencia constará de dos partes, por un lado una exposición teórica metodológica sobre la figura del escritor polaco-argentino Gombrowicz (basado en su investigación “Filiaciones sesgadas: Witold Gombrowicz y la tradición argentina”) y un taller donde se marcarán los aspectos más relevantes en el trabajo investigativo en el exterior.
Aprovechando su estadía en Córdoba y a modo de anticipo EL DIARIO CULTURA, se entrevistó con Mandolessi para esbozar brevemente lo que será esta actividad en nuestra ciudad.
–¿Cómo es la experiencia de investigar en el extranjero? ¿Cúales son sus aspectos positivos u negativos?
–La experiencia de investigar en Bélgica es, en algunos aspectos, muy diferente a la Argentina. En primer lugar, los recursos con los que se cuenta. La Universidad provee de todo lo necesario para que el investigador se dedique tiempo completo a su investigación, sin que tenga que concentrarse en resolver problemas que en Argentina pueden volver la tarea diaria muy difícil: acceso a la Bibliografía, a Congresos, a contactos con otros investigadores. Al margen de los recursos, que en realidad no plantean una diferencia en cuanto a la manera de investigar, sino a la concreción de los resultados, una cualidad significativa es el aprendizaje de idiomas. Bélgica es interesante en este aspecto porque se hablan al menos tres idiomas: inglés, francés y neerlandés. El contacto con otras lenguas es algo difícil desde nuestra realidad, esencialmente monolingüe. Por lo tanto, adquirir esa capacidad permite acceder a un conocimiento que desde Argentina está permanente mediado o es directamente inaccesible. Sin embargo, uno comprueba que pese a nuestra falta de recursos y nuestro relativo aislamiento, no existe una diferencia sustancial en cuanto a la calidad de la investigación, aunque por esos mismos factores los resultados de las investigaciones no puedan capitalizarse como podría hacerse en otro contexto.
–¿Qué aspecto le interesa de Witold Gombrowicz? ¿Qué la motivó a estudiarlo?
–Mi interés por Witold Gombrowicz surgió a partir de la oscuridad y la leyenda que rodeaba su figura. Un escritor reconocido internacionalmente como uno de los representantes más importantes de la vanguardia del siglo XX , que en nuestro país, sin embargo, era prácticamente desconocido. A pesar de haber vivido casi un cuarto de siglo en Argentina, sus obras no parecen haber dejado una huella perceptible en los escritores contemporáneos, aunque Juan José Saer, Cesar Aira o Ricardo Piglia lo reconozcan como un referente. De hecho, cuando Ricardo Piglia afirma, provocativamente, que Gombrowicz es el escritor argentino más importante del siglo XX, uno no puede menos que preguntarse por las filiaciones que lo vinculan con la literatura nacional. ¿Qué relaciones estableció Gombrowicz durante su estancia en el país? ¿Por qué su persona y sus textos resultaban tan incómodos para la intelectualidad nucleada alrededor del Grupo Sur? ¿Eran realmente textos ilegibles para la tradición argentina? ¿Cómo se comprendían sus novelas en un contexto diferente al de la literatura polaca, a la que originalmente pertenece? Gombrowicz me parecía interesante porque su escritura absurda, irreverente, polémica, ajena a la corrección que domina a la literatura argentina media, podía enseñarnos mucho sobre nuestros propios escritores. A estas preguntas intentaba responder en el inicio de la investigación.
En este momento el estudio se focalizó en un aspecto más puntual, que es su figura como viajero: Gombrowicz escribe un Diario durante su estancia en Argentina que incluye descripciones de sus viajes, comentarios sobre el país, discusiones de las ideas y las corrientes imperantes. Esta escritura forma parte de aquella literatura que los numerosos viajeros que visitaron Argentina escribieron, textos no pensados necesariamente con un valor estético, pero que sin embargo se incorporaron a nuestra tradición dejando una marca indeleble: ayudaron a conformar nuestro imaginario acerca de qué es Argentina, cuáles son nuestros aciertos y nuestros límites. Desde una perspectiva exterior es más fácil ver aquello que puede permanecer oculto a nuestra mirada familiar. O simplemente, como dice Berra porque "se puede observar muchísimo con solo mirar".
El Programa Permanente de Extensión y Perfeccionamiento en Literatura Argentina y Cordobesa del Profesorado en Lengua y Literatura (UNVM) y el equipo de investigación Identidades y Formas del Discurso Político de la UNVM invitan a la comunidad interesada a la conferencia-taller sobre “Investigar en el extranjero”. Para ello a convocado a Silvana Mandolessi, quien es una cordobesa que reside en Bélgica donde ejerce su labor de docente e investigadora en la Universidad Católica de Lovaina. Dicho encuentro se efectivizará el martes 29 de agosto en el horario de 12 a 14 en el Campus Universitario de la UNVM. La conferencia constará de dos partes, por un lado una exposición teórica metodológica sobre la figura del escritor polaco-argentino Gombrowicz (basado en su investigación “Filiaciones sesgadas: Witold Gombrowicz y la tradición argentina”) y un taller donde se marcarán los aspectos más relevantes en el trabajo investigativo en el exterior.
Aprovechando su estadía en Córdoba y a modo de anticipo EL DIARIO CULTURA, se entrevistó con Mandolessi para esbozar brevemente lo que será esta actividad en nuestra ciudad.
–¿Cómo es la experiencia de investigar en el extranjero? ¿Cúales son sus aspectos positivos u negativos?
–La experiencia de investigar en Bélgica es, en algunos aspectos, muy diferente a la Argentina. En primer lugar, los recursos con los que se cuenta. La Universidad provee de todo lo necesario para que el investigador se dedique tiempo completo a su investigación, sin que tenga que concentrarse en resolver problemas que en Argentina pueden volver la tarea diaria muy difícil: acceso a la Bibliografía, a Congresos, a contactos con otros investigadores. Al margen de los recursos, que en realidad no plantean una diferencia en cuanto a la manera de investigar, sino a la concreción de los resultados, una cualidad significativa es el aprendizaje de idiomas. Bélgica es interesante en este aspecto porque se hablan al menos tres idiomas: inglés, francés y neerlandés. El contacto con otras lenguas es algo difícil desde nuestra realidad, esencialmente monolingüe. Por lo tanto, adquirir esa capacidad permite acceder a un conocimiento que desde Argentina está permanente mediado o es directamente inaccesible. Sin embargo, uno comprueba que pese a nuestra falta de recursos y nuestro relativo aislamiento, no existe una diferencia sustancial en cuanto a la calidad de la investigación, aunque por esos mismos factores los resultados de las investigaciones no puedan capitalizarse como podría hacerse en otro contexto.
–¿Qué aspecto le interesa de Witold Gombrowicz? ¿Qué la motivó a estudiarlo?
–Mi interés por Witold Gombrowicz surgió a partir de la oscuridad y la leyenda que rodeaba su figura. Un escritor reconocido internacionalmente como uno de los representantes más importantes de la vanguardia del siglo XX , que en nuestro país, sin embargo, era prácticamente desconocido. A pesar de haber vivido casi un cuarto de siglo en Argentina, sus obras no parecen haber dejado una huella perceptible en los escritores contemporáneos, aunque Juan José Saer, Cesar Aira o Ricardo Piglia lo reconozcan como un referente. De hecho, cuando Ricardo Piglia afirma, provocativamente, que Gombrowicz es el escritor argentino más importante del siglo XX, uno no puede menos que preguntarse por las filiaciones que lo vinculan con la literatura nacional. ¿Qué relaciones estableció Gombrowicz durante su estancia en el país? ¿Por qué su persona y sus textos resultaban tan incómodos para la intelectualidad nucleada alrededor del Grupo Sur? ¿Eran realmente textos ilegibles para la tradición argentina? ¿Cómo se comprendían sus novelas en un contexto diferente al de la literatura polaca, a la que originalmente pertenece? Gombrowicz me parecía interesante porque su escritura absurda, irreverente, polémica, ajena a la corrección que domina a la literatura argentina media, podía enseñarnos mucho sobre nuestros propios escritores. A estas preguntas intentaba responder en el inicio de la investigación.
En este momento el estudio se focalizó en un aspecto más puntual, que es su figura como viajero: Gombrowicz escribe un Diario durante su estancia en Argentina que incluye descripciones de sus viajes, comentarios sobre el país, discusiones de las ideas y las corrientes imperantes. Esta escritura forma parte de aquella literatura que los numerosos viajeros que visitaron Argentina escribieron, textos no pensados necesariamente con un valor estético, pero que sin embargo se incorporaron a nuestra tradición dejando una marca indeleble: ayudaron a conformar nuestro imaginario acerca de qué es Argentina, cuáles son nuestros aciertos y nuestros límites. Desde una perspectiva exterior es más fácil ver aquello que puede permanecer oculto a nuestra mirada familiar. O simplemente, como dice Berra porque "se puede observar muchísimo con solo mirar".
(*) Publicado en EL DIARIO DEL CENTRO DEL PAÍS, el domingo 27 de agosto de 2006.-