COLLAR
DE PERLAS
Una
antología narrativa
Texto: Darío
Falconi
Foto: Robinson Ríos
eldiariocultura@gmail.com
La literatura
es arte, alquimia, magia, trabajo; un lugar en el que los sueños se cumplen, portal
de viaje al pasado o futuro, posible mar en el cual sumergirnos en nuestro interior
o derramarnos en los otros como un líquido impredecible sobre la mesa; es
también un reflejo de lo que somos o queremos ser. Pero además de ello la
literatura es un espacio de reunión, un lugar para compartir con el otro, y en
ese sentido los talleres literarios potencian aún más esa esencia.
La licenciada
Mercedes Espinosa Peretti desarrolla un taller literario de narrativa en el que
cada semana la literatura invita. A base de cultivar los sentidos con lecturas
y experiencias, las alumnas de dicho taller conformaron un interesante corpus
textual que ahora deciden liberarlo a la sociedad. Se trata de la publicación
de una antología narrativa titulada “Collar
de perlas”, la que se presentará este martes
8 de mayo a las 20 en el salón del Centro Cultural de bulevar Sarmiento,
esquina San Martín.
Dice Mercedes
en el prólogo del volumen “como si
fuera un collar de perlas al que se le hubieran desprendido sus cuentas color
luna, cuatro mujeres desgranan sus historias, nos prestan su magia. Ellas son,
Rosa Michela, Griselda Rulfo, Juana Echegaray, Francisca María Córdoba,
integrantes del Taller Literario de Narrativa, coordinado por Mercedes
Espinosa, Peretti en Villa María.
Abrimos sus puertas y nos asomamos.
Los veintidos ‘perlas cuentos’ que integran esta antología llamada
‘Collar de Perlas’ nos sirven de preludio y a su vez nos lleva a introducirnos
en el Taller para contar cómo se trabaja las palabras al explorar nuevas
posibilidades y alternativas que se manifestaron en ese espíritu crítico y
curioso compartiendo con los demás los trabajos transformados en cuentos,
narraciones y también reflexiones.
Cuatro mujeres, cuatro escritoras nos cuentan. Buscaron dentro de sí
mismas y nos regalaron un pedacito de su alma. Cada una tiene su estilo, pero
algo en común, sus ansias de comunicarse, de dar a conocer algo tan preciado
como es la originalidad dada a sus historias.”
Desde EL DIARIO Cultura nos acercamos al
taller para indagar algunos aspectos que hacen a la dinámica de estos
encuentros y del libro en cuestión. A Mercedes le consultamos sobre el valor
del taller literario en la actualidad y ella nos respondió que “el Taller de Narrativa Literario, se
pretende orientar a través de una opinión desinteresada para que incursionen seguros
por el camino que como escritores han elegido, siendo la corrección muy
importante pues permite avanzar aún más en los escritos. Además se fomenta su
amor por la buena literatura. Cuentos de autores conocidos y no tan conocidos,
pero con una temática atrayente: un secreto, sueños, recuerdos, conflictos,
amores, odios. El Taller les permite meterse en los laberintos de las mentes de
los protagonistas, estudiarlos, acecharlos y luego sacarlos a luz.”
Y sacarlos a
la luz significa mostrarlos, ofrecer la posibilidad de que el lector pueda
degustar esos escritos. Por ello es que cada integrante de la antología
responderá algunas inquietudes y seguidamente ofrecemos fragmentos de las obras
que se incluyen en “Collar de perlas”. Usted decide, si se lo coloca. Hasta el
próximo domingo.
-¿Qué
consignas, qué estímulos, qué lecturas son las empleadas para escribir?
-En el taller usamos consignas que
varían de acuerdo al tema que Mercedes nos esté dando: espacio, tiempo, ritmo.
¿Qué narrador elegimos? Narrador testigo, en primera o en tercera persona, todo
depende del tema y el momento. Las historias surgen de los recuerdos, una
noticia periodística, una canción, un cuento leído.
Pero la fuente real son las lecturas.
¿Qué estás leyendo? Pregunta Mecha. Abelardo Castillo, Saramago, Poe, Liliana
Heker, Borges, Tizón, García Márquez, Cortázar. Poemas, novelas, cuentos, todos
aportan su talento y la belleza de sus textos que nosotras tratamos de
reflejar.
COLLAR
DE PERLAS
(fragmento)
Ana había muerto hacía dos semanas.
Olivia se enteró por una nota que los abogados, encargados del testamento, le
hicieron llegar. Allí le decían que siendo familiar directo de la difunta
heredaba todos sus bienes.
Ana Enriqueta Jordán era hermana de su
abuela paterna. Olivia no la conocía, la familia raramente hablaba de ella...
Cuando llegó al departamento, ya estaba vacío. Olivia había contratado una
empresa que evaluó y vendió todo objeto de valor. La propiedad misma estaba
vendida. Sus pasos resonaban en el piso… Sólo quedaban las marcas de los cuadros
en las paredes y el lugar donde habían estado los muebles. Una extraña
sensación de tristeza la fue invadiendo, ¿esto es todo lo que queda de una
vida?
En la cocina había una puerta que daba
a un lugar pequeño que desembocaba en el ascensor de servicio, allí habían
dejado dos canastos con papeles y objetos para tirar. Le llamó la atención un
cuaderno de tapas duras. Un común cuaderno escolar, con sólo abrirlo supo que
era un diario. Miró la fecha y arrancaba el cuatro de diciembre de mil
novecientos cincuenta y dos, al hojearlo comprobó que allí guardados había años
de aconteceres. Lo puso en su bolso y se fue.
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FRANCISCA CÓRDOBA
-¿Qué particularidad posee el hecho de que sean todas mujeres las que participan en estas reuniones?
-Para las integrantes de este taller literario, los jueves por la tarde son espacios en los que se aquieta el exterior al encontrarnos para tejer ese texto interminable e increíble de palabras a veces tiernas, otras duras, con claroscuros pero que son una continua celebración para el espíritu.
POBRES PERO FUERTES
(fragmento)
Ruinas, soledad. El viento mañero para arrear nubes, lleva y trae ecos de puertas batidas en monótono vaivén. Zumbido de moscas, crujir de maderas, suspiros del viento. El arriero pasa por ese sendero, sólo a veces, le arisquea; tuerce el ala del sombrero como para no ver la tristeza agorera que se desliza a su izquierda, mientras apura el tranco del overo.
Dicen que en los atardeceres, los susurros se escapan por entre las vigas raídas del techo y vuelan para convertirse en gemidos. La sensación de aislamiento no mete miedo al hombre, pero penetra como la helada del sur, perfora la osamenta; una angustia invasora va recorriendo la espalda hasta la nuca, se fija en la garganta y comprime el pecho.
El jinete fija su mirada en el suelo; ha entrado en la zona del antiguo Camino Real, olvidado, perdido su nombre entre los libros de Historia, polvorienta realidad hendiendo el paraje donde algunas cabras hacen crujir el suelo, arisco para el verdeo: “Es que casi nunca llueve. San Pedro se ha olviao’e nootros” dicen los viejos mirando bizquear a los animales en su intento de buscar comida entre las piedras, guardadoras de algunos brotes milagrosos.
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GRISELDA RULFO
-¿De qué manera se estimula la participación de las autoras en el Taller Literario?
-En realidad no existe una manera, sino multiplicidad de estímulos que provocan el acto creativo.
Es tanta la diversidad que en los años que concurro no tengo presente que haya repetido la misma consigna, o el mismo enfoque.
Siempre hay un pequeño giro, un notable asombro, una vitalidad especial de Mercedes (Mecha) que logra hacer que se desboquen los caballos de la imaginación.
Ella logra que las palabras fluyan, como digo siempre, siento que apenas da la temática, la consigna, el enfoque, etc., “siento como si alguien me dictara y no puedo dejar de escribir”.
Realmente es un placer poder formar parte del grupo de taller de Mecha.
AMOR ETERNO
(fragmento)
Una rosa se erguía solitaria. Las enredaderas desvanecidas junto a la luz solar murmuraban penumbra y abandono.
El camino enroscado entre algarrobos, álamos amarillentos, siempre verdes, arbustos, saluda a una patrulla de hormigas en pleno ataque, a arañas y mariposas, pájaros olvidados y alguna que otra vaquita de San Antonio contemplando la eterna vigencia del tiempo que no avanza.
Cuando la tarde se estira en su agonía, la melodía se cuela entre cortinas y persianas.
Mylene danza. La noche enlaza su cintura; túnica plena de osadías. La sonrisa se curva en su rostro. Es feliz en el aislamiento de los salones, entre muebles polvorientos y caireles. Felicidad plena porque el amado vive en ella, ya alejados de ese mundo que la acosa con vértigos y estridencias.
Los recuerdos se agolpan. Aquella tarde él llamó a la puerta. Después fueron una seguidilla de días, una y otra vez, trayendo un ramo de flores blancas. En un primer momento las dejó y se fue. Pero los siguientes trajeron palabras, tiempos compartidos y más flores.
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JUANA
ECHEGARAY
-¿Qué
representa para Uds. “Collar de Perlas”?
-Este libro constituye un lugar de
encuentro creativo para los miembros del taller.
En él se redimensionan los vínculos y
se entrecruza la imaginación. Nos acoge entre sus páginas y nos envuelve con la
alegría de lo nuevo por nacer.
CASA
DE ALQUILER SANTOPOLO
(fragmento)
Yo aquí y ella allá en frente mío,
Allí está, malicienta, opaca, con vida añeja y descolorida. La miro parado
desde el centro de la plaza de mi ciudad que no hace mucho tiempo fue un
pueblo, un gran pueblo, SANTOPOLO. Ahora parece una maceta, húmeda y sin los
colores de entonces.
Allí está, entre medio de aquellos
colosos, que parecen sostenerla colgada como un yoyó. Es la casa de Don MARCOS
DE SANTOPOLO y su señora esposa Doña MARÍA ENCARNACIÓN MIRANDA de DE SANTOPOLO,
mis abuelos maternos. Está ubicada sobre la calle ESPINATTI al 126, entre SAN
JOSÉ Y ALQUINTA, frente a la calle principal y de cara a la Catedral. La
primera casa de alquiler, una novedad para ese entonces. La construyeron,
pensando más que en la necesidad económica, en la necesidad de dar que hablar a
la chusma. Mi abuelo que hacía de dueño y señor del pueblo que llevaba su
nombre, pero no por ser su fundador, sino por la mera casualidad de tener el
mismo apellido de aquel que había muerto años atrás, sin dejar beneficiario
alguno. Por desgracia tomó riendas en el asunto adjudicándose lo ajeno. Allí
nací, crecí y no reproduje por vagancia.
Domingo 6 de mayo de 2012
Villa María, Córdoba, Argentina
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