entrevista
SERGIO BASUALDO
Un lugar llamado Villa Nueva
Sergio Basualdo es hijo de Villa
Nueva, lo dice orgulloso. Allí nació, creció y allí es donde vive en la
actualidad. Años atrás estudió en Río IV el Profesorado en Francés, y trabajó
en escuelas privadas de Villa Nueva, de Pozo del Molle… Luego la vida lo llevó
para el sur, pero siempre volvió al terruño natal.
Actualmente se desempeña como preceptor
del IPEM 275 y tiene a cargo unas cuantas horas de francés. Sin embargo, la
pasión por la historia de su lugar, lo llevó a investigar el pasado y el
presente de Villa Nueva. Cuando el sentimiento de identidad cala hondo, los
esfuerzos personales culminan en beneficios para todos. Así sucede con “Un
lugar llamado Villa Nueva”, libro que Sergio Basualdo ha presentado
recientemente y en el que aporta una mirada actualizada de los barrios, de sus
personas y de distintos espacios de nuestra vecina localidad. En textos e
imágenes se presenta de manera clara y estructurada diversos aspectos que nos
ayudan a comprender una ciudad.
Este sentimiento del que
hablamos, esta pasión que como una llama movilizó a Sergio, tiene un aditamento
adicional, y este es que el autor mantuvo una fructuosa amistad con el
destacado historiador Pablo Granado, quien en cada encuentro le fue dejando de
herencia el conocimiento y los consejos. Así el autor de “Villa Nueva. Un
pueblo con historia” supo transmitirle a un amigo diferentes enseñanzas que
Sergio supo capitalizar.
Así comienza nuestra nota de hoy,
cruzamos el puente para conocer un poco más sobre este aporte fundamental para nuestra
historia.
Por Darío
Falconi
eldiariocultura@gmail.com
-Además de ser docente, haz sido Director de
Cultura de Villa Nueva, ¿qué nos podés decir sobre la cultura de esta ciudad y
tu paso por la gestión gubernamental?
-En 1999
Marcelo Frossasco me convoca para elegir una comisión de gente relacionada con
la cultura, él quería que fuera elegida por sus pares. Me eligieron a mí y Don
Pablo Granado quedó como Director de Cultura Honorario. Yo ya lo conocía de
antes, y él siempre me hablaba de una cosa y de la otra, me decía qué había que
hacer y qué no, que tuviera cuidado con tales situaciones, etc… me dio muchos
concejos. Él siempre me decía, mi libro llega hasta una determinada fecha, pero
“hace falta una continuidad”. ¿Continuidad en qué sentido? le preguntaba yo. Él
me respondía “vos te vas a ir dando cuenta”.
En 2001
falleció mi padre y no me podía dedicar exclusivamente a esto; estuve casi
cuatro años de gestión. Tenía un grupo de gente que me ayudaba y dos personas
que hacían de secretarías que fueron muy importantes para mí. En Villa Nueva podés
encontrar las opiniones más disimiles, aquí hay gente que le gusta la música
clásica, la danza clásica y el folklore, por ejemplo… hay que hacer un
equilibrio. En la gestión veíamos que ciertas cosas eran necesarias, como crear
un concurso nacional de poesía, porque la gente necesitaba expresarse; había
certámenes, pero no estaban institucionalizados por el estado. Lo mismo como
las artes plásticas, que había una demanda muy marcada. Se abrió un abanico muy
importante, eso ha perdurado en el tiempo. Haciendo un balance ya con cierta
distancia en el tiempo, nos damos cuenta que era necesario, hay gente de todo
el país que participa. Tuvimos la buena idea de pasarlo por Concejo
Deliberante, para que esto tenga continuidad, esté quién esté. La parte
cultural no puede seré tomada por el intendente de turno.
-Muchas veces sucede que un nuevo gobierno derriba
todo lo que se hizo en el anterior y de esa manera no es posible avanzar.
-Lamentablemente
se piensa que la cultura es un gasto y no una inversión, lo veo también en
educación. Lo veo con el idioma, los alumnos piensan que saber un idioma le da
un plus para su formación; pero las autoridades piensan que no es así. El hacer
idiomas les permite después el perfeccionamiento en diferentes miradas, diferentes
campos, diferentes países… sobre todo con la Globalización. Es una inversión a
futuro.
-En ese marco donde la cultura no ocupa el lugar
que debería, ¿cómo surge la idea de hacer este libro tan particular?
-No soy
historiador, ni profesor de historia; pero estas conversaciones que siempre
tuvimos con Pablo Granado me ayudaron mucho. Él siempre dejaba ver que había
ciertas cosas que se debían hacer, aunque a veces no me precisaba qué. En 2001
empecé a escribir notas sobre Villa Nueva. De a poco, caí en la cuenta de que lo
que me quiso decir Pablo tenía que ver con los barrios; sobre eso no había nada
orgánicamente escrito, cómo surgieron, etc… Mis notas las publicaban en revista
“La Hoja de Villa María”, pero era acotadas por el espacio. Esta tarea me hizo ir
a hablar con la gente, con los primeros pobladores… pero también tuve que hacer
otras tareas como irme al Concejo Deliberante a ver que había sobre cada barrio
(ordenanzas, venta de loteos, decretos, etc.).
-¿Cuáles son las particularidades de este libro?
-Organizar
el libro me llevo nueve meses, empecé en enero… pero tengo material de 2001. Había
cosas que me quedaban truncas y debí volver a las fuentes a indagar un poco más.
Me pareció bueno no tocar nada de lo que fue la historia de Villa Nueva de Don
Pablo Granado, que fue la parte histórica, antigua, los pueblos originarios, la
fundación, etc. ahí estaba el punto de inflexión que hacía falta, de alguna
manera, continuar. Este libro no es estrictamente la continuidad, pero contiene
los hechos correspondientes al siglo XX. Quería que fuera didáctico, porque los
chicos ven en la escuela la historia de los barrios. Me preocupé y me ocupé de
indicar las primeras personas que habitaron, pero también qué quedó en el
camino, como por ejemplo el club de fútbol de Barrio Floresta o la Radio Río
del Barrio Residencial América, una radio muy importante en su momento y que
después cerró sus puertas... Quería que quede plasmado en el libro para que la
gente sepa que hubo tal cosa.
-¿Qué es Villa Nueva para Sergio Basualdo?
-Mi vida.
He tenido
una infancia y juventud feliz en Villa Nueva, tengo parte de mi familia aquí.
Siempre volver a Villa Nueva fue un placer, con sus cosas buenas y sus cosas
malas. De adulto y de la mano de un intendente que depositó en mí la confianza
para llevar a cabo un trabajo que aprendí con las mejores ganas. En esa tarea
tuve una persona muy grande intelectualmente, como Pablo Granado, que me ha
dado muchas lecciones de vida y gracias a él y la gente, pude cumplir
satisfactoriamente la parte del funcionario. Cada persona podrá decir si fue o
no fue así, pero yo me siento muy agradecido porque creo que no es común que
salgas a la calle y que la gente te salude muy bien y que te digan que hiciste
las cosas bien. Esas cosas te llenan, más allá de que te vaya bien en lo
laboral y que no tiene nada que ver con lo que vos hacés. Tengo la satisfacción
de ser villanovense. Villa Nueva me ha dado todo y creo que uno siempre vuelve
a sus raíces y por eso le estoy muy agradecido.
-Y dejar un libro como éste es una manera de
devolverle a la ciudad lo que te dio, ¿verdad?
-Exactamente,
de alguna manera esta es una devolución hacia Villa Nueva y la satisfacción de
que mi paso por la ciudad no ha sido en vano. Es una satisfacción personal, no
busco la parte lucrativa, es devolver lo que a uno le han dado, como la Escuela
Mitre, que fue allí donde aprendí mis primeras armas... Esta tarea me lleva
mucho tiempo porque lo hago como un hobby, pero también como una catarsis,
porque esto te da placer, es un cable a tierra.
Sergio Basualdo ha dado vida a un libro necesario,
que pone un ladrillo más a la pared de la construcción de una ciudad en el
mundo. Un ladrillo más que va creando ese muro invisible que nos pone a reparo
del los fuertes vientos del olvido, vientos que se llevan las historias con la
vida de sus pobladores y que si no son inmortalizadas con aportes como este,
corremos el peligro de perder piezas fundamentales en la construcción de un
pueblo. Piezas, que ayudan a armar un rompecabezas y delinear un camino hacia
el futuro.
ZAMBA DE VILLA NUEVA
de Héctor
Arnoldo Díaz
Despertando
está el sol
Villa
Nueva de mi alma
perfume y
calma
sueños y
amor,
serenatas
de amigos
de quién
les digo
¡qué
nobles son!
En tus
noches de paz
bajo tu
luna vi
patios
color de antaño
que por
tus años
los
quiero más;
ventanales
con rejas,
techos
con tejas,
¡dulce
cantar!
Frente a
tu plaza está
majestuoso
de amor
el Templo
donde todos
oran y
piden
es porque
a Villa Nueva
no le ha
faltado
la voz de
Dios.
Palidece
tu sol
si por
tus calles van
tus
mujeres hermosas,
dulces;
graciosas,
cual un
cantar;
Suaves
como tu río,
con aire
y brío
que hacen
soñar.
Si me
pongo a cantar
mi
guitarra también
me
recuerdan con pena
las horas
buenas
que allá
pasé;
tintillo,
asado tierno
en el
fraterno
rincón de
Alem.
(*) Publicado en EL DIARIO del Centro del País, domingo 11 de diciembre de 2011.
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