DEEP PURPLE EN CÓRDOBA
La legendaria banda británica se presentó en Córdoba y repasó en dos horas 35 años de trayectoria de un poderoso hard rock.
En el marco de la gira de promoción de su último disco,“Rapture of the Deep”, los Purple llegaron a Córdoba por primera y única vez para brindarle al a un público ricamente heterogéneo una muy buena dosis del rock de todos los tiempos.
Desde antes de las 21 el público se extendía a lo largo de la calle Arenales, aguardando poder ingresar al Mini Estadio Juniors para saciar un gusto de más de tres décadas de espera. El cielo estaba tapizado de un techado grisáceo que presumía agrietarse en cualquier momento, los relámpagos lo iluminaban y el tronar se colaba en nuestros oídos.
Promediando las 22 y al culminar una versionada y jaezada “Jump” de Van Halen que giraba de fondo, las luces del estadio se apagaron totalmente. Ya no importaba que lloviese, las instalaciones estaban techadas y todo hacía presuponer que se venía una emotiva noche con mucho “humo sobre el agua”.
En plena oscuridad y en una atmósfera de sonidos arabescos, la tensión fue subiendo segundo a segundo hasta que con la potencia de un ariete los británicos irrumpieron con “Pictures of Home”.
Allí estaba Ian Gillian (voz) vestido con camisa blanca arremangada, abierta en el pecho y fuera de su pantalón negro. Su tocayo Paice detrás de su batería Pearl de un plateado brillante y Roger Glover en el bajo y con su pañuelo en la cabeza al mejor estilo pirata; ellos tres como la esencia más pura de Deep Purple. En cuanto a las “últimas” incorporaciones a la banda, rasgaba su guitarra el “joven” Steve Morse y el “recientemente” incorporado Don Airey en los teclados, que ocupo el lugar de Jon Lord cuando abandonó la banda en 2003.
El recital abarco un lapso de dos horas en que el grupo se mostró sólido con muchísima fuerza, ninguno de los integrantes sobresalió por sobre el grupo y la banda se mostró compacta desparramando potencia mientras se ejecutaban las canciones de todos los tiempos hasta los del último disco. Obviamente las que más esperó el público fueron los viejos clásicos que “se estrenaban” en Córdoba por primera vez esa noche; “Space Trucking”, “Smoke On The Water”, “Perfect Strangers”, entre otros como “Black Night”.
Alternadamente hubo solos de cada uno de los músicos, momentos sublimes como el recorrido musical que hizo Morse recordando temas de los Guns and Roses, Led Zeppelín o Jimi Hendrix. También el que ejecutó Airey, como queriendo justificar su inclusión en la banda; composiciones como la de “Star Wars” de John Williams, “Adiós Nonino” de Piazzolla o hasta fragmentos de nuestro “Himno Nacional Argentino” donde se llevó la mayor ovación de la noche.
La escenografía no contaba más que con un telón gigante con el nombre de la banda en rojo y una interesante iluminación; pero como dijo Gillian alguna vez, ellos son “un grupo de cinco músicos a los que les gusta hacer música”, y eso es mucho más que suficiente.
Consideración aparte merece el público que se dio cita en esa noche cuyas edades oscilaban entre los 5 y los 70 años que vibraron al ritmo de la vieja escuela del rock que convirtió en próceres tanto a ellos como otros grupos como Black Sabbath o Led Zeppelin.
Deep Purple, que con esta gira recorrieron Europa, Ucrania, Rusia, bajaron del Brasil, se presentaron en Rosario el 5/11, el 6/11 en Córdoba y el 7/11 en Buenos Aires. A partir de ahora seguirán por Chile para luego volar al Viejo Mundo.
La legendaria banda británica se presentó en Córdoba y repasó en dos horas 35 años de trayectoria de un poderoso hard rock.
En el marco de la gira de promoción de su último disco,“Rapture of the Deep”, los Purple llegaron a Córdoba por primera y única vez para brindarle al a un público ricamente heterogéneo una muy buena dosis del rock de todos los tiempos.
Desde antes de las 21 el público se extendía a lo largo de la calle Arenales, aguardando poder ingresar al Mini Estadio Juniors para saciar un gusto de más de tres décadas de espera. El cielo estaba tapizado de un techado grisáceo que presumía agrietarse en cualquier momento, los relámpagos lo iluminaban y el tronar se colaba en nuestros oídos.
Promediando las 22 y al culminar una versionada y jaezada “Jump” de Van Halen que giraba de fondo, las luces del estadio se apagaron totalmente. Ya no importaba que lloviese, las instalaciones estaban techadas y todo hacía presuponer que se venía una emotiva noche con mucho “humo sobre el agua”.
En plena oscuridad y en una atmósfera de sonidos arabescos, la tensión fue subiendo segundo a segundo hasta que con la potencia de un ariete los británicos irrumpieron con “Pictures of Home”.
Allí estaba Ian Gillian (voz) vestido con camisa blanca arremangada, abierta en el pecho y fuera de su pantalón negro. Su tocayo Paice detrás de su batería Pearl de un plateado brillante y Roger Glover en el bajo y con su pañuelo en la cabeza al mejor estilo pirata; ellos tres como la esencia más pura de Deep Purple. En cuanto a las “últimas” incorporaciones a la banda, rasgaba su guitarra el “joven” Steve Morse y el “recientemente” incorporado Don Airey en los teclados, que ocupo el lugar de Jon Lord cuando abandonó la banda en 2003.
El recital abarco un lapso de dos horas en que el grupo se mostró sólido con muchísima fuerza, ninguno de los integrantes sobresalió por sobre el grupo y la banda se mostró compacta desparramando potencia mientras se ejecutaban las canciones de todos los tiempos hasta los del último disco. Obviamente las que más esperó el público fueron los viejos clásicos que “se estrenaban” en Córdoba por primera vez esa noche; “Space Trucking”, “Smoke On The Water”, “Perfect Strangers”, entre otros como “Black Night”.
Alternadamente hubo solos de cada uno de los músicos, momentos sublimes como el recorrido musical que hizo Morse recordando temas de los Guns and Roses, Led Zeppelín o Jimi Hendrix. También el que ejecutó Airey, como queriendo justificar su inclusión en la banda; composiciones como la de “Star Wars” de John Williams, “Adiós Nonino” de Piazzolla o hasta fragmentos de nuestro “Himno Nacional Argentino” donde se llevó la mayor ovación de la noche.
La escenografía no contaba más que con un telón gigante con el nombre de la banda en rojo y una interesante iluminación; pero como dijo Gillian alguna vez, ellos son “un grupo de cinco músicos a los que les gusta hacer música”, y eso es mucho más que suficiente.
Consideración aparte merece el público que se dio cita en esa noche cuyas edades oscilaban entre los 5 y los 70 años que vibraron al ritmo de la vieja escuela del rock que convirtió en próceres tanto a ellos como otros grupos como Black Sabbath o Led Zeppelin.
Deep Purple, que con esta gira recorrieron Europa, Ucrania, Rusia, bajaron del Brasil, se presentaron en Rosario el 5/11, el 6/11 en Córdoba y el 7/11 en Buenos Aires. A partir de ahora seguirán por Chile para luego volar al Viejo Mundo.
(*) Publicado en EL DIARIO DEL CENTRO DEL PAÍS el sábado 09 de diciembre de 2006.-
No hay comentarios.:
Publicar un comentario