domingo, 14 de julio de 2013

Entrevista de Iván Wielikosielek para El Diario del Centro del País

Darío Falconi
Los libros del Sudeste hacia todos los puntos del mapa


Desde hace 3 años, el periodista y escritor nacido en Río Tercero dirige “El Mensú Ediciones”, un sello local que lleva publicados más de 50 títulos entre narrativa, poesía y ensayo. Aunque se especializa en literaturas producidas en Villa María y la zona, el emprendimiento editorial de Falconi busca ampliarse hacia el país y el exterior.
No es tarea fácil sostener una editorial independiente en la Villa María del Siglo XXI. Hay que competir en precio y calidad con los muy buenos sellos locales en permanente crecimiento (como Eduvim, por ejemplo) o con las numerosas casas que existen en Córdoba y que van desde las más clásicas a las más “undergrounds”. Hay que proponer a los autores, además, una buena distribución, organizar presentaciones de libros, entrevistas radiales o gráficas además de armar, poco a poco, un catálogo de calidad. Y sobre todas las cosas, lo que no hay que hacer jamás es bajar los brazos, para que mediante una fabulosa alquimia del optimismo pese más un “sí” que noventa y nueve “no”. Y bien, contra todos los pronósticos de mal tiempo para este tipo de emprendimientos, contra todos los anuncios de lluvia y piedra para quienes llevan adelante esta cruzada más cercana al romanticismo que a los negocios, Darío Falconi y su esposa Priscila han decidido enfrentar la tormenta. Y así, en poco más de tres años de incansable labor independiente, pueden presumir de haber editado más de 50 títulos, entre los que se cuentan varias antologías de poesía y narrativa nacional junto a una fabulosa edición, la de “En la atmósfera”, una novela inédita del escritor riojano Daniel Moyano (1930-1992). Y sobre todas las cosas, lo que Darío y Priscila pueden mostrar con orgulloso, es el incipiente catálogo de autores de la región y de las dos Villas que, poco a poco, se va volviendo poema imprescindible, selección de autores muy poco difundidos que en un futuro habrá que buscar en las solapas del Mensú como a jugadores de un dream team evanescente, casi intangible, pero de un gran peso para las letras del Tercero Abajo.

EL EDITOR EN TIEMPOS DE FACEBOOK

-¿Cómo te decidiste a fundar una editorial en tiempos donde lo digital le gana al papel?
-Fue lo que me imaginé para satisfacer la necesidad de amigos que escribían y así poder publicar sus trabajos. Porque a pesar del reino de lo digital, la mayoría de los escritores siempre eligen el libro de papel. 

-¿Y cuál fue tu primera publicación?
-En realidad fue una publicación que se dio en simultáneo con dos poemarios de Villa María; “Brumario”, de Fernando de Zárate y “El hilo que sostiene”, de Susana Zazzetti. Fueron ellos quienes me confiaron sus producciones para que yo me iniciara como editor. Después, sólo fue cuestión de seguir. 

-Sin embargo, antes del Mensú ya habías hecho algún intento de edición…
-Sí. Fue en 2007 y a ese intento que vos decís, lo podría llamar “proto-editorial”. Experimentamos una edición casera de “Escrito en la tempestad” de Fernando de Zárate, con buenos resultados. Pero en lo personal, no me terminaban de convencer algunos detalles. Quería mejorarlo. Entonces decidí interiorizarme en el aspecto editorial, capacitándome en el manejo de software profesional. Y así fue como terminé (o empecé) inaugurando una editorial. Después me diplomé en la Universidad Católica de Córdoba en Gestión Editorial y eso me enriqueció muchísimo.

-¿Por qué “El Mensú”?
-Tiene que ver con unos personajes muy recurrentes en la obra de Horacio Quiroga (1878-1937), que son los tareferos de Misiones, Corrientes y Paraguay, los que trabajaban de sol a sol y cobraban “el mensual”. Es simplemente una manera de recordar a esos hombres, a ese lugar fantástico que es la selva misionera y al gran escritor uruguayo-argentino que cautivó mis primeras lecturas.

-¿Cómo definirías el perfil de la editorial?
-El Mensú es, ante todo, una editorial independiente, un proyecto personal que busca ofrecer un espacio para que los escritores de la región puedan ver materializadas sus producciones literarias.

-¿De qué hablamos cuando hablamos de “editorial independiente”?
-De un grupo minúsculo de personas con funciones polivalentes. En este caso, además de ser el nexo entre el escritor y el público, el editor es quien diseña, corrige, diagrama las tapas y promociona las publicaciones en la prensa o en las redes sociales. Las grandes editoriales poseen personal para cada una de los procesos. Por suerte, mi esposa Priscila me ayuda en todo. Y también mi amigo Robinson Ríos, que me diseñó varias portadas.

-¿Cuál es el desafío conceptual en los libros que publican?
-Tratamos de asegurar la pluralidad de ideas en un mundo regido por grandes grupos editoriales, esos que generalmente se interesan sólo lo que es realmente redituable en términos económicos. Los editores independientes, casi siempre nadamos en contra de la corriente, exponemos nuestro patrimonio personal para editar y trabajamos sin noción de horario. Es un trabajo duro y nadie te asegura que te vaya a ir bien. Pero al mismo tiempo es apasionante y trasciende el mero interés económico. Muchas veces estás feliz con editar algo que te gusta y no perder plata, o al menos no perder tanta. 

-¿Y cuál es la realidad editorial de Villa María?
-La ciudad siempre tuvo una buena producción editorial, potenciada en la última década. Recuerdo haber hecho hace unos años un relevamiento sobre los libros publicados en Villa María y Villa Nueva, y me sorprendí al ver la cantidad de títulos que existían. Sin embargo, muchos de ellos eran artesanales o descuidaban ciertos aspectos formales que son exigidos por la Cámara Argentina del Libro para que esa edición sea considerada, aquí y en el mundo, como libro.

-¿Cómo se contactan con vos los escritores que quieren publicar en tu sello?
-A través de los títulos. Nos buscan por Facebook, Twitter o el blog y nos contactan. Pero también lo hacen por conocidos o por recomendación de otros escritores que conocen nuestros libros o han trabajo con nosotros. Y esto último es lo más gratificante.

-¿Y cuál es el número de la tirada por cada título?
 -Las tiradas dependen de lo que deseen los autores. Partimos de un mínimo de 50 ejemplares hasta los que sean necesarios. Si se dan las condiciones conviene hacer unos 300 libros, porque es entonces cuando se abaratan los costos y el trabajo rinde. 

-¿Y la distribución?
-Los libros se distribuyen en las librerías de la ciudad pero la gran mayoría están expuestos en una tienda virtual que poseemos. En ese espacio, el comprador elije los libros de nuestro catálogo y se lo enviamos a domicilio. Hemos tenido la suerte de vender a distintas localidades y hasta otros países. Obviamente, el momento de mayor venta se realiza cuando el libro se presenta, ese es el instante clave para vender los libros, y eso los escritores lo saben muy bien. 



BANDADA DE LIBROS VOLADOS DESDE LA VILLA AL CIELO DEL PLANETA

-A juzgar por el catálogo de autores publicados, hacés mucho hincapié en la literatura local y regional. ¿Es el perfil que querés para tu sello o te gustaría ampliar tus horizontes?
-Con este perfil nacimos, por eso seguimos apostando por la literatura que se produce en “el interior del interior”. Pero no queremos quedarnos sólo aquí. La idea es sumar a más autores, vivan donde vivan. Si bien los primeros autores que publicamos fueron de Villa María, muy pronto llegamos a la región: Pozo del Molle, Oliva, Brinkmann. También a Córdoba y Buenos Aires. Ahora estamos editando títulos para autores que viven en Israel y Estados Unidos. Uno tiene el deseo de crecer tanto como se pueda, aunque sin apoyo se hace difícil. De todas maneras, lo importante es continuar, no detenerse. 

-Pero en cierta forma, tu deseo de expandirte se vio recompensado: publicaste una novela inédita de Daniel Moyano, uno de los autores argentinos más importantes del último medio siglo…
-Sí, y esa novela es nuestro orgullo. Daniel Moyano siempre fue uno de los escritores argentinos que más admiré. Y eso me motivó a intentar un contacto con la familia en mis tiempos de periodista. Logré entrevistar a su hijo para EL DIARIO en 2005; quien me pasó un material valiosísimo que aún conservo. Cuando apareció en escena “El Mensú”, retomé el contacto con él para ver si podía publicar algún material inédito. Y así fue como recibí “En la atmósfera”. Recientemente pude concretar ese sueño y esta joyita ya se consigue en todas las librerías del país. 

-¿Y qué balance hacés de estos mil días tuyos como editor, desde marzo de 2010?
-A nivel literario, podría decir que estoy satisfecho. Tenemos en nuestro catálogo una variedad de títulos y autores que nos enorgullece. Es muy importante haber publicado los primeros libros de autores regionales. Este hecho puede parece menor, pero para nosotros es un privilegio y también un desafío. Realizamos todas las gestiones posibles para lograr un producto bello y de calidad. 

-¿Y lo consiguen?
-A veces sí, pero no es fácil. En la Argentina de hoy se publican más de 30.000 libros por año. Y es todo un logro hacer que los lectores se interesen por un libro publicado en “el interior del interior” contra una novedad de los autores marketineros del momento. Pero como te digo, seguimos. Y eso es lo que importa.

Iván Wielikosielek


Publicado en El Diario del Centro del País, domingo 14 de Julio de 2013

martes, 4 de junio de 2013

Entrevista realizada por Mónica López Ocón para Tiempo Argentino

04.06.2013 | Entrevista a Darío Falconi, fundador de El Mensú Ediciones, de Villa María, Córdoba

Cómo lanzarse sin red a editar a jóvenes y a maestros olvidados
por: Mónica López Ocón

El Mensú es una muestra elocuente del resurgimiento de las pequeñas editoriales que arman sus catálogos con criterios diferentes de los grandes grupos. El joven editor ha rescatado una nouvelle clave del gran Daniel Moyano.

Recibir por correo y proveniente de una editorial de Córdoba una flamante edición de En la atmósfera, de Daniel Moyano, una de las figuras más injustamente olvidadas de la literatura argentina, es una señal de que también en el mundo editorial se está produciendo un cambio positivo. La editorial en cuestión es El Mensú y está liderada por el joven editor Darío Falconi. Él es una de las figuras que desde Villa María se atreve a lanzarse a la aventura editorial con criterios muy diferentes a los de la década del '90, cuando los grandes grupos se fusionaron y abarrotaron el mercado de material chatarra tendiente a copar las mesas de novedades y ganar espacio sin ningún otro criterio que no fuera pelearle a la competencia con munición gruesa y vender libros perecederos apoyados casi con exclusividad en la coyuntura. En diálogo con Tiempo Argentino, Falconi explicó cómo y con qué criterios armó la editorial y qué lo movió a rescatar una figura como Moyano. 


–¿Cómo nace El Mensú? 
–El Mensú nació en abril de 2010 con los dos primeros libros de poesía publicados: Brumario de Fernando de Zárate y El hilo que sostiene de Susana Zazzetti.

–¡Quién está al frente del proyecto?
–Al frente del emprendimiento me encuentro yo, coordinando todos los procesos, a los que sumo otros integrantes de acuerdo al libro que haya que editar. Podría decir, además, que la idea de una editorial siempre sobrevoló mi cabeza, pero recién cobró toda su fuerza con la necesidad de publicar los libros de estos dos poetas amigos. Años anteriores habíamos intentado una edición artesanal de otro poemario de Zárate pero con resultados no muy felices.
     
–¿Cómo se produjo tu acercamiento a la literatura?
–Tiene que ver con el placer de la literatura, mis estudios universitarios en esa línea y con la experiencia de seis años coordinando las páginas culturales de El Diario de Villa María, la ciudad en la que resido. Allí daba cuenta muchas veces de la intensa actividad literaria de esa ciudad del interior cordobés.

–¿Con qué criterio se arma el catálogo de El Mensú?
–El diseño del catálogo es una de las preocupaciones siempre latentes. Quienes estamos en la movida de la "edición independiente" sabemos que nos paramos frente a dos puertas y que debemos optar. Esa elección radica en publicar con criterios literarios o puramente comerciales. Si se decide por publicar sólo lo que se vende o las ediciones que pueden pagar los autores podría descuidarse lo literario y viceversa; por ese motivo es que en la actualidad trato de buscar un término medio, que permita seguir sosteniendo económicamente la editorial y que a la vez ofrezca títulos de buena calidad.

–¿Tienen diferentes colecciones? ¿Cuáles son?
–Primordialmente nuestra editorial cuenta con ocho colecciones vigentes: "Ciudad y río" de poesía; "En la atmósfera" que se encarga de textos narrativos; "Mixtura" que ofrece obras con contenido híbrido de géneros; "Documentos de la Villa" aquellos textos cuya temática toca intereses de la ciudad en la que estamos establecidos; "Textos recobrados", las que rescatan del olvido buenos libros que han sido editado hace mucho tiempo y ya no es posible conseguir casi por ningún lado; "Reuniones" las antologías; "Libre" la que no respeta los criterios anteriores; y finalmente "Ediciones virtuales", ligeras ediciones de textos (narrativa y poética) que por diversas cuestiones no aparecen en papel, se ofrecen desde nuestro blog para descargar y leer de manera íntegra. No descarto además la creación de nuevas colecciones para el presente año.

–¿Cómo es la distribución de los libros? ¿Pueden conseguirse fuera de Córdoba?
–La difusión se hace complicada más aun estando en "el interior del interior"; se necesita hacer grandes tiradas y contratar una buena distribuidora. Al fin de cuentas es muy poco el rédito y las rendiciones demoran muchos meses; la mayoría de las veces no se pueden cubrir los gastos, con lo que se debe seguir invirtiendo para sostener la editorial. Actualmente nos ayudamos con la tecnología virtual para promocionar los títulos. La difusión la hacemos a través del blog, de las redes sociales, de una tienda virtual que hemos abierto para quienes deseen adquirir alguno de nuestros títulos y se los enviamos por correo postal a cualquier parte del mundo.

–Cuando parecía que todo el mercado editorial estaba copado por los grandes grupos, comenzaron a surgir editoriales pequeñas, llamadas "independientes". Puedo mencionar Caja Negra, Mardulce, Entropía, Eterna Cadencia, etc. Todas estas funcionan en Buenos Aires. ¿Se dio el mismo proceso en el interior del país?
–Creo que sí, el mundo tecnológico actual ha facilitado muchas las cosas y eso tiene sus pro y contra. En Córdoba hay aproximadamente 40 editoriales con distintos perfiles, temáticas y maneras de trabajar. En Villa María, a 150 kilómetros de la Capital provincial, surgieron la Editorial Universitaria Villa María (Eduvim) dependiente de la Universidad Nacional de Villa María y nuestra editorial independiente El Mensú.Si bien es cierto que diferentes imprentas se ocupaban de la impresión de los libros hasta ese momento; faltaba algo más que sólo imprimir el libro, se necesitaba un mayor cuidado de la obra literaria, corrección, presentación, difusión, generar algunos otros espacios de fomento de la lectura de escritores noveles o poco conocidos. En síntesis, faltaba gente que ame lo que hace y que priorice el interés editorial sobre el particular o económico. Aun así queda mucho por hacer.

–¿Hay un plan de expansión indefinida o se fijan un límite que les permita seguir funcionando con la misma mecánica, es decir, priorizando la figura del editor y armando el catálogo en función de sus gustos e intereses? 
–Nuestra idea es crecer, ampliar nuestras tiradas para expandirnos por el país. Nos gustaría hacer convocatorias para publicar a los escritores que puedan sorprendernos, aunque por el momento no podemos hacerlo. Como bien decís, nuestro caso apunta más a lo literario que al mercado, esa tensión siempre está y muchas veces se convierte en dolor de cabeza; pero tratamos de dar espacios a quienes tengan algo para decir. Dentro de los 50 títulos que están publicados en papel, tenemos escritores que han hecho su primer libro con nosotros, y eso es un orgullo y a la vez un desafío difundirlos. Una actitud que hemos adoptado y que quizá responda tu pregunta es que más de 20 de los títulos que hemos publicado en papel han sido liberados para que cualquier lector de cualquier lugar pueda descargarlos completamente desde su computadora. Además, estamos desarrollando la colección "Ediciones virtuales" que consiste básicamente en publicar de manera virtual y gratuita los textos que nos hacen llegar distintos escritores. Es una manera de aportar nuestro trabajo en pos de la lectura y la difusión de nuestros escritores contemporáneos.

–Acabo de recibir En la atmósfera de Daniel Moyano y Raro de Iván Ferreyra. ¿Son los últimos dos títulos que aparecieron en la editorial? ¿Por qué se decidió la publicación en cada caso, qué criterios se tomaron en cuenta?
–No son los últimos títulos, pero sí dos títulos muy buenos. Iván Ferreyra es un gran amigo y un escritor prolífico que vive en Córdoba y que publicó con nosotros porque siendo oriundo del interior conoce nuestra filosofía, sintió empatía con nuestro trabajo y así nació Raro. El caso de Daniel Moyano, es una deuda que teníamos hace mucho tiempo cuando pensábamos la formación de El Mensú y que recién pudimos concretar a fines del año pasado. Moyano es uno de los grandes escritores de este país, no siempre valorado. Recién ahora, gracias a la tenacidad de su hijo, se están publicando nuevamente sus textos. En la atmósfera significó para nosotros una gran inversión en todo sentido para que el libro esté en todas las librerías del país. Es una satisfacción poder aportar desde nuestra pequeña editorial ese granito de arena que ayude a la memoria del gran narrador que fue.«

martes, 18 de diciembre de 2012

Presentación "Ojos desteñidos" de Alvaro Montedoro


OJOS DESTEÑIDOS - Alvaro Montedoro
Villa María, viernes 14 de diciembre de 2012 – Peor para el sol – 20:30 horas



Ojos desteñidos” es el 19no. título de la colección Ciudad y río que reúne los textos poéticos de nuestra editorial. Como muchos sabrán, Villa María es una ciudad de poetas, la mayor producción de textos literarios que se publican en esta ciudad tienen que ver con el género poético; aunque últimamente, la narrativa se va asomando vestido de relato, de cuento, de novela.
Tenemos el gusto de estar socializando esta noche el primer libro de Alvaro Montedoro que si bien está escrito en verso, da lugar también a la narrativa, como una amalgama indivisible en la que predomina lo sentimental.
Presentemos al autor, o dejémoslo que el mismo lo haga. Para ello reproduciré lo que se ha impreso en la solapa del volumen: “los ovnis lo depositaron en Justiniano Posse. Se teletransportó a Villa María para estudiar la Licenciatura en Composición Musical con Orientación en Música Popular. Publicó textos en el blog español “El país… de los Bosques” y en su propio blog “Hojarasca Crepitar”. Toma chocolatada y se le secan las prímulas en el balcón.”
Alvaro, músico, debuta literariamente y lo hace con sus “Ojos desteñidos”, un poemario que se estructura en cinco partes, como cinco islas a las que ese pequeño barco de la portada debe visitar. El autor navega sobre las siluetas de una mujer que a veces duerme plácidamente y en otras, da vueltas en la cama generando olas y tempestades que deberá sortear. Como un minúsculo punto sobre el manto azul, Alvaro navega sin cesar, a veces lucha contra la lluvia y la corriente y a veces se recuesta en la popa parar disfrutar del calor sol. Este viaje nos remite a la infancia, nos pasea por la adolescencia, nos invita al recuerdo y a la nostalgia… todo empapado por la presencia femenina de alguien que dialoga con el autor, lo cuestiona, lo pelea, lo seduce, lo empuja a tomar ciertas determinaciones.
Ojos desteñidos” tiene música, hay acordes que urden los sentidos, como los hilos que Noelía esparce entre las páginas, rasgueos melodiosos que cantan la cotidianidad del ser, lo untan como la mermelada de frutilla, esa que en Brasil le dicen “morango”… y adentro. Es un libro libre, donde es posible jugar con el lenguaje, retorcerlo, estrujarlo y sacar de a gotas otros sabores, distintos tonos, armonías disímiles, texturas diversas.
Los invito entonces, a leer este libro, a zambullirse en el mar de Alvaro, y como dice uno de sus poemas a “ahogarnos juntos entre [sus] versos y [sus] melodías.”

viernes, 30 de noviembre de 2012

Instamatic 25 de Fernando de Zárate


INSTAMATIC 25
Poemario de Fernando de Zárate



La poesía en Villa María sigue prevaleciendo entre las elecciones de quienes, diariamente, forjan la palabra literaria. Hay en los últimos tiempos un intento por revalorizar los demás “géneros”; pero históricamente esta ciudad ha sido de los creadores de versos.
En este caso, hablaremos de un poeta que nació, vive y morirá en Villa María. Maestro rural por años, admirador del jazz… del mejor jazz (Django Reinhardt y Charlie Parker), seguidor de Alumni, Boca Juniors y del box por TV.
Fernando de Zárate es del sur cordobés, autor de los poemarios “Brújula y viento” (2003), “Entre el fuego y la Sed” (2006), “Peón Caballo Rey” (2006), “Escrito en la tempestad” (2007) “Brumario” (2010) y “ArreMolina. Siete poetas” (2010) junto al Grupo Paco Urondo.
Su último libro se titula “Instamatic 25” y fue publicado por el sello villamariense El Mensú Ediciones. En esta última producción poética, el autor da un giro estético en relación con lo que venía escribiendo hasta el momento. De Zárate se humaniza más y se sienta en las mesas de distintos bares de su ciudad, para tomar instantáneas de personas y momentos, que se revelan en versos. Lo que sigue son las impresiones de dos voces, que intentan describirnos este volumen de  poemas que reflejan en la simplicidad de la cotidianeidad, lo complejo del vivir.

Por Darío Falconi




POESÍA DE ESPEJOS
Por Lic. Marta Nunciato

A diferencia de lo científico, la poesía formula una verdad que bien puede ser subjetiva, es absoluta, infinita, eterna.
En “Instamatic 25” de Fernando de Zárate, esta verdad aparece impresa y devela una serie de visiones que son mucho más que el reflejo de una realidad. En este libro, la poesía es un espejo en cuyo centro hay calidoscopio que permite trasladar al lector al otro lado del reflejo, donde habita la psique del que escribe y recrea el universo.
En esta obra, con una palabra o dos, el mundo manifestado se vuelve íntimo y aparece pintado con el color del alma del poeta que instalado en un bar o en algún espacio de sí mismo, transfiere datos de una remembranza, una melancolía unidas a la intensidad de un grito amordazado.
Hay en la obra de Fernando, imágenes impresionistas que captan el vuelo de una visión instantánea y eternizan un movimiento.
La humanidad desvalida es un tema recurrente en todos los libros de este autor.
En “Instamatic 25” es figura estática que la palabra esculpe y anima; es una exposición de cuadros-imágenes-figuras que pierden su apariencia hierática al son de un pensamiento-sentimiento, que sin teorizar, ordena el caos, decodifica el mundo presentado.






ENTRE PENUMBRAS Y EL ALBA
Por Alicia Beatriz Quiroga


La poesía y los poetas, los artistas, nunca son ajenos al acontecer de la vida entre tiempos y transformaciones donde a ellos les cabe también ser protagonistas  y testigos.
Fernando de Zárate, se ha allanado como poeta a una necesidad y a un estado creativo de su espíritu, que no es  ya solo abarcativo de lo íntimo-psíquico con motivaciones lúdicas en el lenguaje. La poesía, se ha valido de su sensibilidad de poeta, capacidad de asombro y de su atributo innato de descifrar la voz de la palabra expresión.
De ello, surge la poesía de este villamariense, sin ternura, deconstruída, retacada, pero, estañada en la precisión de cada palabra, cada concepto logrado… Y así, resulta una poesía tensada, sin embozos ni evasivas, sin grito, diciendo el transcurrir ineludible de estampas definidas y efímeras, de seres individuales, no obstante, almas seriales de un colectivo involuntario, habitantes en la multiplicidad de las cosas, de los hechos y el cemento.
Instamatic 25”, es un libro de voz citadina, su eje es el acontecer de gentes de una ciudad, en poemas; el lugar es el interior de provincia.
En esta poesía, hay una resistencia expresa o solapada, escarceos, juegos frasescos y forcejeo con la palabra misma para lograrse, sin perder el péndulo indicador de la actitud de deseo de trascendencia – punto indiscutible de todo arte.
Y porque es una poesía surgida de síntomas, no de sentires, surgida de sobrevivencias y subsistencias, de zozobras colectivas y soledad en multitudes, la poética urbana, es dolorida (y dolorosa), antagónica, rivalizadora de la romántica, por eso, digo, es tensa, parca, expectante, está en vilo y en suspenso ante ella misma, porque el dolor es exigencia, resistencia, no entrega como la ternura, no obstante conlleva la esperanza de la penumbra y la belleza del alba (que vuelve cada día para preanunciar el sol).






impuestos

                                        a Mirtha


saliste temprano

seguí durmiendo

al despertar recordé
la intimación municipal
por un año
de impuestos atrasados

de esa casa
que te dejó
tu padre

cuando no volvió
de la clínica aquella.


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Alrededor

noche de calor

en el departamento
de enfrente
la viuda
en su radio escucha
a Paul Anka

alrededor
duermen vecinos
en los patios

lejos,
autos policiales
taladran el silencio
               con sirenas
     yendo
quién sabe dónde.


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está

uno de los hombres
de Senegal
toma sol
apoyada la espalda
en la vidriera
de un negocio que cerró.

a ratos mueve
un poco
la cabeza

toda la luz
se le acomoda en la cara
parece un buda impasible
que con la memoria viaja
hacia la sabana
            o
una hebra de té
impresa en
papel sepia
        para envolver.


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ex

apoyado
en la bicicleta
lee la Biblia en voz alta
con atención
convencido
de lo escrito

fue jugador de fútbol
fotógrafo
ahora un ser solo
que habla mano a mano
         con Dios
                o
es su confidente.


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entonces

en las tardes
de no hacer
iba a su departamento

era porteña
vivía con la madre
que nunca estaba

hablábamos mucho
a veces era triste
tomábamos café
escuchábamos “Trafalgar”
de los Bee Gees

una vez fuimos al cine
a ver “Melody”
un viernes
a la noche

a veces nos reuníamos
en “Cristal”, fumábamos,
hablábamos del futuro
de qué íbamos a ser
cómo sería el Tercer Mundo
años delante

después

se fue a Córdoba

en los ’90 un amigo contó
que había desaparecido

amaba los Bee Gees
tenía ojos verdes
era linda
                    militaba en Montoneros.


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habita
sábado
de mesas vacías
oscuros barcos
en
tablero de ajedrez



excepto un viejo
que lee el diario,
la empleada
y yo

nadie en Le Magot

sensanción rara
tanto silencio

imágenes pobres
de un interior
que la voz de Arjona
desde la radio
                           habita.





(*) Publicado en El Corredor Mediterráneo de diario Puntal
Miércoles 28 de noviembre de 2012
Villa María, Córdoba, Argentina.

domingo, 28 de octubre de 2012

Hasta Luego. A manera de despedida de El Diario Cultura. Darío Falconi

HASTA LUEGO
A manera de despedida de
EL DIARIO CULTURA



Muchas veces cuesta despedirse. Dejar una palabra en la que uno pueda sentirse cómodo, sentir que ha dicho todo lo que tiene que decir y que ha podido condensar en unas páginas, todas las sensaciones experimentadas durante varios años de trabajo. Esta vez no será diferente y seguramente, no habré podido enunciar acabadamente estos sentimientos. Quien suscribe estas líneas deja, a partir de hoy, la coordinación de este espacio dominical que se ha llamado EL DIARIO Cultura.

Motivaciones personales son las que han convergido para tomar esta decisión… y cuesta. Cuesta porque desde que comenzamos allá en 2004, ha pasado mucha agua bajo el puente; muchas personas, muchas vivencias, muchos testimonios recogidos y muchos amigos nuevos. El primer domingo de mayo de 2004 Carlos Gazzera tomaba el timón de un espacio que durante los ’80 y ’90 Bernardino S. Calvo creó y desarrolló de manera magnífica. Con su sapiencia y agudeza el profesor Calvo marcó una época con el recordado El Diario Cultural. “Dino” nos acostumbró a leer un producto cultural de alta calidad con notas e investigaciones sobre la ciudad y sus personajes. Con una rigurosidad y seriedad desplegó en ocho páginas los distintos temas que atañen a la cultura teniendo como centro insoslayable la ciudad en la que vivimos. Lamentablemente, su muerte dejó trunco un espacio que durante un tiempo dejó a este medio sin ese material importantísimo.

Como dije, en 2004 Gazzera reinauguraba este importante espacio, continuando, de alguna manera, el espíritu de Calvo. Sin embargo eran otros tiempos, otras realidades las que nos tocaba vivir como argentinos y villamarienses. El nuevo coordinador me invitó a participar a manera de colaborador, reseñando algunos libros que fueron apareciendo intercaladamente, entre notas sobre distintas artes; luego fueron notas diversas y varias entrevistas.

Para comienzos de 2006 mis colaboraciones se hicieron permanentes y heredé este lugar que pasé a coordinar hasta el día de la fecha. Durante todo este tiempo ininterrumpido hemos tratado de llevarle a los lectores de Villa María y la región textos culturales que alimenten las almas ávidas de conocimiento, de regocijo literario y de contemplación artística.

Hemos tratado de llevarles diferentes propuestas culturales, priorizando la entrevista, para acercarles de la manera más directa posible a los artistas y personajes. La literatura local y regional ha tenido un destacado lugar en estas páginas, no solo por cuestiones afectivas cercanas a nuestros gustos personales, sino porque en la ciudad existe un desarrollo de estas artes que se manifiesta en grupos literarios, libros editados, editoriales, entre otros. La música ha sido otro de nuestras temáticas recurrentes, es notable el desarrollo de los músicos de la ciudad, ayudado seguramente por las escuelas de música, el Conservatorio Felipe Boero y sobre todo la instalación de la Universidad Nacional de Villa María. Esta Casa de Altos Estudios potenció todas las artes en general y le dio a la ciudad un impulso innegable en diferentes direcciones. El arte audiovisual también tuvo su momento preponderante, pero también hubo notas sobre coleccionistas, pintores, locutores, historiadores, teatro, inventores, bares, libreros, fotógrafos, danzas, performers y algunos personajes que le han dado color a esta villa. Tampoco descuidamos la región, ya que hemos dado lugar a diferentes localidades a las que llega este matutino. Se buscó de alguna manera, contener a todos y a cada una de las voces que desde su trabajo y esfuerzo aportaban a la cultura de esta región de la cuenca láctea en la que estamos enclavados.

Quiero destacar que nuestro espacio desarrolló una política participativa estimulada por la línea editorial de EL DIARIO, y esto es que cada lector tenía y tiene la posibilidad de colaborar con sus opiniones y escritos. De esta manera muchos lectores intervinieron con sus notas, pensamientos, textos literarios, entrevistas y demás propuestas a lo largo de estos años. Esta actitud es digna de destacar y acorta las distancias entre el medio periodístico y la gente. Villa María siente a EL DIARIO como propio, “el diario de la gente” dice por ahí, este sentimiento es fomentado por actitudes como ésta, más aún, si recordamos su crisis y su volver a resurgir en calidad de cooperativa de trabajo. Este hecho sin igual, el de recuperar una empresa en manos de sus trabajadores, hizo que este medio sea tomado como ejemplo en el país y un modelo a seguir, del cual nos sentimos orgullosos.

Volviendo a EL DIARIO Cultura y después de estos ocho años de acompañarlos, llega el momento de inhalar profundo y que este proyecto renueve su aire, que vengan nuevas miradas y que se realicen otras lecturas. Se hace necesario un cambio, con más participación y que se abra aún más el abanico de temáticas y posibilidades culturales que esta ciudad posee. Villa María ha crecido exponencialmente en la última década, y cuando uno dice esto no solo se refiere a la cuestión edilicia, sino a cuestiones académicas, expresiones artísticas, musicales, culturales en suma.

Es por ello que quien escribe estas líneas deja este espacio dominical, para que otros mejoren más lo que uno ha podido sembrar y cosechar en estos años. Creo que con más aciertos que errores hemos comenzado cada semana aportando todo lo que desde nuestro lugar pudimos poner. El tiempo, el gran juez, dirá si nuestro aporte ha sido tan valioso como creemos que fue. De todas maneras, mi despedida no será un hasta siempre, esporádicamente podrán leerse algunas de mis notas, pero ya no será con la periodicidad con la que venían apareciendo.

Quiero agradecer públicamente a todo el personal de EL DIARIO del Centro del País por esta oportunidad que me han brindado durante todos estos años. Especialmente a Raúl Olcelli y Mercedes Dagna con quienes hemos compartido y llevado adelante este espacio cultural y quienes han sabido resolver todos los obstáculos que nos han tocado sortear. Ellos saben todo lo que ha significado llevar cada semana EL DIARIO Cultura a cada casa. En un momento donde muchos medios periodísticos recortan sus páginas de cultura, EL DIARIO, el diario de la gente, nuestro diario, sigue apostando por esta palabrita que abarca todo el quehacer de nuestra sociedad.

Un gran saludo a los lectores y los mejores augurios para que este espacio vuelva a convertirse en un suplemento (en el sentido literal del término). Hay que seguir apostando a la cultura; desde mi lugar lo hice hasta hoy como coordinador de este espacio, a partir de ahora seré un lector más y desde allí apoyaré esta iniciativa. Muchas gracias y hasta luego.



Darío Falconi



(*) Publicado en EL DIARIO del Centro del País
Domingo 28 de Octubre de 2012
Villa María, Córdoba, Argentina.

domingo, 21 de octubre de 2012

Iván Ferreyra. Un tipo RARO



IVÁN FERREYRA
Un tipo RARO
Nuevo poemario del escritor cordobés


Hablar de Iván Ferreyra es hablar de un tipo raro. Es alguien que sale fuera de lo común, alguien que dice y hace lo que piensa, alguien que sale desnudo a la calle a mostrarse como es. Auténtico. A la hora de presentarse Ferreyra deja de lado todas las poses eufemísticas y paquetas, para esgrimir su ecléctico vitae: “Sodero. Mecánico. Carnicero. Portero de edificio. Jugador de Fútbol. Escritor de horóscopos. Periodista. Gerente de whiskería. Vendedor de parcelas de cementerio parque. Vendedor de destornilladores de precisión a ciegos y gitanos. Manager de hinchas de fútbol. Editor. Divulgador de Discurso. Llenador de mariposas en la panza. Enfermero alpinista. Animador de feriados. Activista de internet. Performer. Blogger. Escritor.” En esta enumeración está la esencia que nutren sus escritos, quizás por ello las coloca a todas en el mismo nivel, porque todos han sido importantes y porque allí está la vida, la verdadera vida.
Acaba de publicar RARO, su quinto libro y segundo poemario. En esta oportunidad y a lo largo de 83 poemas Ferreyra habla de todo; al decir del poeta local Marcelo Dughetti este volumen “estalla como una bomba y vuelan miles de fragmentos”. Dentro de una cubierta negra y con letras en mayúscula sostenida, RARO nos genera intriga y curiosidad. Quien se tope con este libro está tentado a tomarlo. Podrá girarlo y leer en la contraportada “¿Dónde está Jorge Julio López?”, que es una de las tantas maneras que Ferreyra ha encontrado para seguir bregando por el paradero del albañil y militante peronista, desde su lugar, para que esta búsqueda no sea devorada por el olvido.
RARO es un libro de poemas, Ferreyra contradice todas las modas, un poemario de casi 100 piezas no es algo común. Quienes han leído sus anteriores novelas, seguramente ingresarán a la lectura con cierto prejuicio de encontrarse un Ferreyra oscuro, embrollado o revulsivo; sin embargo la oscuridad que ofrece las tapas de este libro, no alcanza para opacar la luz que se encuentra en su interior. Nos encontramos con un escritor sensible y hasta tierno que asevera que “publicar un libro es tatuarse una palabra hermosa”.
Dejamos así el espacio para que una poetisa, un fotógrafo y un periodista nos digan qué significa RARO para ellos. Cerramos con un poema del libro.



Por Darío Falconi
Fotos de Gabriel Magnesio, Verónica Meloni
y Secretaría de Cultura Municipalidad de Córdoba
eldiariocultura@gmail.com






LECTORES RAROS
POR: CECILIA DE LUCIO (POETA)

Raro es la abuela que nos duele.
Es el choripanero al que se le fueron las palabras
el día en que la tristeza se vistió de país.
Raro dice No puedo elegir el dolor de los demás
mientras guarda la luna entre sus ruedas.
Tiene el olor de la mujer que te atravesó
bordando
y de las que se quedaron a mirar tus cicatrices.
Es una conversación de día nublado. De perros y vecinas.
Raro está lleno de preguntas que rompen.
¿Dónde está Jorge Julio López?

Raro es el lugar de los que perdieron todo,
menos la ternura.








LECTORES RAROS
POR: RODRIGO DEL CANTO (FOTOGRÁFO)


Hoy estoy RARO o la rebelión de las palabras.

En la ruta del fracaso desmenuce verso a verso la poesía que desgarra.
Uno pronuncia esas palabras y no hay vuelta atrás.
Siente el cosquilleo de la cariñosa.
Destila destellos luminosos focalizados en una dirección.
Provocación.
Un punk rocker a lo Espinosa.
Duro por fuera, blando por dentro.
Nunca tengas un hijo con una persona que no entiende de sueños, ni que repite la palabra plata en su discurso infinitas veces.
Cuando terminé de leer RARO, corrí a comprar un vino tinto para aguantar la melancolía.
Porque todos somos raros.




LECTORES RAROS
Por Santiago Pfleiderer, diario Alfil, martes 25/09/12


Presagios del extrañamiento.

Raro (del latín rarus): (Adj.) Que se comporta de un modo inhabitual. Extraordinario, poco común o frecuente. Escaso en su clase o especie. Así es el nuevo libro de Iván Ferreyra.
Él es un escriba tatuado por la tinta de los muertos, de los desaparecidos, de los desengañados; tatuado por albinos, ciegos y mordido por perros callejeros. Iván Ferreyra recrea mitos desde las bocacalles, desde el Mercado Norte, desde Alberdi, desde Canals y La Carlota. El escritor que junto al dramaturgo Jorge Villegas y al poeta Omar Hefling llegó en un Ford K a La Higuera y a Vallegrande, los lugares donde asesinaron e inmortalizaron al Che Guevara.
Iván Ferreyra es un mensajero de cemento y graffiti. Oriundo de Canals (provincia de Córdoba), Iván –el N2- es el gestor cultural de los que no entran en las agendas. Ex boxeador y gerente de una whiskería, inventor de horóscopos, periodista y autor de los libros El Resentimiento, El hombre Que Ganaba Por Cansancio, Llueve y Bambi. También es el buscador incansable de Jorge Julio López, el editor de la revista Polosecki Magazine, de la editorial Antiplán y el creador de miles de blogs y de eventos para-kulturales como Otoño Sucio/Hermosa Tristeza, La Furia del Libro y los Jueves Malditos. Y acaba de presentar Raro, un nuevo libro de poemas.
Agitador cultural por excelencia, El N2 –como se denomina el escritor- es un activista en diferentes flancos. Desde Facebook provoca incansablemente. Y me refiero al activismo no como algo snob y puramente virtual, sino como una actividad constante de agitación desde la red social que se ve en hechos que se registran día a día en diferentes ámbitos de la ciudad: intervenciones artísticas y políticas, performances estéticas contra el aburrimiento de una ciudad donde comer choripanes de día es un delito.
En su prosa o en sus versos, Ferreyra le hace el aguante a Libros Son, a las editoriales independientes, a los músicos independientes, a los fotógrafos hermosos de esta ciudad como Tomás Barceló Cuesta, a Flay Belzagui y a los Músicos en la Calle. El Under es como un baño de hipermercado: montones de números haciendo cola al final de la noche para ir a mear. La tinta vibra en las noches donde un escritor le confiesa cosas a la mesa de un bar que cierra. Sonará feo para los pulcros oídos de algunos, pero la realidad tiene gusto a tinta y a vino en caja. Sino, váyanse al bar que está enfrente del colegio Monserrat y hablen quince minutos con el Cabezón Sotelo. Tiene boina roja y su compañía es una botella de Brahma.
Raro, el último libro de Iván Ferreyra (El Mensú Ediciones, 2012), contiene ochenta y tres poemas que se dibujan en una laguna oscura, en un terreno pantanoso como el delirio febril o experimentaciones oníricas donde el olor de una almohada, la oscuridad de una habitación cerrada, los besos y el perfume del sexo se mezclan con el olor a aceite quemado de las motitos de la rotisería y con las frutas podridas del Mercado Norte.
Al mejor estilo del poema “Sea (sounds of the Pacific Ocean at Big Sur)”, de Jack Kerouac, o a “Howl”, de Allen Ginsberg, Ferreyra escribe odas a realidades desvencijadas pero con cierto aire de exabrupto, de sorpresa y de una ingenuidad generada por el cansancio.
Los poemas son raros. Raro es que no aparezca Jorge Julio López. Raro es salir de joda un domingo, como los mozos y los peluqueros. Raro es ver un perro con brackets. Raro es que el Teatro Comedia no esté funcionando. Raro es tener sexo con una prima. Raro es el perdón, y raro es el resentimiento.
Uno va en la constante búsqueda de aquello que perdió, un camino hacia la redención. La vida es eso que te ocurre mientras la Mole Moli baila por un sueño. La vida es una sucesión de asados, dicen.




Nº02. MADE IN TAIWAN
Iván Ferreyra
de RARO


En la ciudad sin mar,
el amor es agua.

Mario cerraba el evento,
tiene cáncer en el cerebro me dicen,
hace un año que no toca.
Perdió un ojo y media boca,
pero no el corazón,
y Mario lo menciona mientras pide disculpas
por el fallo que nadie oyó,
nos ofrece Titanic y su Saxo,
el barco de su vuelta a la lucha.
Mario mira el mar,
a nosotros las lágrimas nos congelan la cara.
Ya en mi cabeza no suena otra cosa que un Cello
y una lluvia que no moja.
Una forma de debilidad me crece en la piel,
no se avanza arrodillado ante la tristeza,
el silencio de los que no cuidan
lastima más que un bisturí.
Me acostumbré a no joder,
como si en eso creara un manual
de instrucciones de supervivencia.
La poesía me abandonó,
me dejó en la calle,
hace días que no se banca mi dolor en el pecho,
mi tos histérica,
esa flema que reemplazó la sangre,
no tolera mi debilidad.
Me abandonó como quién lo hace
con lo que percude, resisto,
me rescato construyendo barcos
de papel glacé,
y solo soy un caballo con miedo en un salto ornamental.
La poesía me abandonó en una esquina,
está sentada al lado de la travestí
más linda del Mercado.
Mis dedos no sirven ni para señalar.



(*) Publicado en El Diario del Centro del País
Domingo 21 de octubre de 2012
Villa María, Córdoba, ARGENTINA.




martes, 16 de octubre de 2012

Sobre el cierre de bar Mundo


En este post, publicaré otras repercusiones sobre el cierre de Mundo Bar, pero que no aparecieron en las tres entregas que hicimos en EL DIARIO Cultura.

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EL DIARIO del Centro del País
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16 de Octubre de 2012

Opinión
Sobre el cierre de bar Mundo



An­tes que to­do o que na­da me gus­ta­ría de­cir que pa­ra mí, co­mo ma­má tra­di­cio­nal y con­ser­va­do­ra, fue muy du­ro oír de mi hi­jo Ro­ber­ti­no que só­lo que­ría de­di­car­se a la mú­si­ca y que por na­da del mun­do es­tu­dia­ría al­gu­na ca­rre­ra tra­di­cio­nal que lo res­pal­de en la vi­da. 
Só­lo le in­te­re­sa­ba la mú­si­ca y cuan­do al fin de­ci­dió ir­se pa­ra es­tu­diar eli­gió So­ni­do, de mo­do que de­bí acep­tar que  eso se­ría: mú­si­co o so­ni­dis­ta. Pues bien, otro gol­pe re­ci­bí años des­pués cuan­do nos pi­dió apo­yo eco­nó­mi­co pa­ra ayu­dar a su ama­do bar Mun­do por­que su ami­go Pa­blo se fun­día y el bar se ce­rra­ría y ya no ten­drían dón­de to­car con su ban­da o es­cu­char a otros gru­pos que no se en­cuen­tran en la ra­dio ni en los bo­li­ches. Y así, sin pen­sar, se con­vir­tió en un em­pre­sa­rio de la no­che.
Mun­do nun­ca tu­vo ni ne­ce­si­tó em­plea­dos. To­do ti­po de jóve­nes y no tan jóve­nes ar­tis­tas, plás­ti­cos, he­rre­ros, mú­si­cos y es­tu­dian­tes em­be­lle­cie­ron ese vie­jo y de­te­rio­ra­do es­pa­cio con pin­tu­ras do­na­das por una ge­ne­ro­sa fá­bri­ca lo­cal o com­pra­das por ellos mis­mos, de­jan­do su hue­lla, su im­pronta y dán­do­le un ca­rác­ter tan par­ti­cu­lar y úni­co que re­sul­ta­ba di­fe­ren­te y don­de la cul­tu­ra y el ar­te se ex­pre­sa­ban sin com­ple­jos ni con­di­cio­nes.
Mun­do no tie­ne ca­sas ve­ci­nas ni que­jas por rui­dos mo­les­tos y es­tá en el cen­tro, de mo­do que ar­tis­tas y fans lle­ga­ban ca­mi­nan­do, en bi­ci o en ska­te y pa­ga­ban una mí­ni­ma en­tra­da, que era el úni­co ca­chet de los ar­tis­tas, pa­ra ver un show en vi­vo que no era mul­ti­tu­di­na­rio, de mo­do que no ha­bía va­lla­do de con­ten­ción ni na­da pa­re­ci­do y, por en­de, los ar­tis­tas cir­cu­la­ban en­tre el pú­bli­co.
Hoy Vi­lla Ma­ría se ha que­da­do sin ese lu­gar, que tal vez mi­les de vi­lla­ma­rien­ses des­co­no­cían su exis­ten­cia, pe­ro sí era muy re­co­no­ci­do en to­do el país y aun fue­ra de él, de don­de han lle­ga­do, vía re­des so­cia­les, men­sa­jes de alien­to,  de sor­pre­sa y de es­tu­por, cla­ro es­tá, en­tre un gru­po no mul­ti­tu­di­na­rio, pe­ro que  no se sien­te a gus­to en nin­gún otro es­pa­cio de di­ver­sión por­que ese era el lu­gar que sen­tía co­mo pro­pio o que lo iden­ti­fi­ca­ba. 
El mo­ti­vo de la pre­sen­te es agra­de­cer to­da esa so­li­da­ri­dad y apo­yo que mi hi­jo ha re­ci­bi­do siem­pre y que por es­tos días se han ma­ni­fes­ta­do de for­ma cla­ra y amo­ro­sa no sólo pa­ra apo­yar­lo en su ac­ti­vi­dad, si­no pa­ra ha­cer ver que ya no ten­drán ese lu­gar de ex­pre­sión de ar­te y cul­tu­ra y que lo­grar ar­mar otro no se­rá tan fácil. 
Tal ­vez el pro­ble­ma sea que no con­vo­can mul­ti­tu­des, son es­pa­cios pa­ra pe­que­ños gru­pos de per­so­nas y las au­to­ri­da­des no re­pa­ran en ellos por­que de­ben ocu­par su tiem­po en te­mas más im­por­tan­tes y ma­si­vos.
 
Marilyn Beatriz Sanczuk
DNI 14.511.397