domingo, 27 de diciembre de 2009

EL DIARIO Cultura - Resumen 2009

EL DIARIO CULTURA
RESUMEN 2009


Cuando llegan estas fechas a uno siempre lo llaman a la reflexión. Lo llaman a ponerse a pensar qué estaba haciendo cuando inició todo esto, qué hacía hace un año atrás y qué está haciendo ahora.
Desde aquel 2 de mayo de 2004 en que EL DIARIO Cultura volvió a aparecer han pasado casi seis años.
Hemos publicado casi 300 ediciones de nuestro suplemento, en el que hemos tratado de mostrar parte de la basta riqueza cultural que hay en nuestras ciudades. Con ese fin, nuestros artículos, entrevistas y notas diversas han apuntado a reconocer y rescatar del olvido a personas que hicieron y hacen cosas por el engrandecimiento artístico-cultural personal con impacto en la comunidad toda.
Siempre intentamos dar el mayor margen para la pluralidad y la participación; ofreciendo nuestro espacio tanto a las personas que han dedicado su vida a sus propósitos, como así también a los que están haciendo las primeras armas.
En estas 50 ediciones (correspondientes al año en curso) de EL DIARIO Cultura, hemos intentado dejarles nuestro trabajo que, gracias al apoyo, la compañía y los disentimientos por parte de ustedes, hoy seguimos aquí. Y queremos seguir estando.
Lo que sigue más abajo, son pequeñas pinceladas rememorativas que nuestro espacio a dado cuenta.
Levantamos la copa con usted y brindamos por otro año de trabajo.
Un fuerte abrazo.


LITERATURA
Ha sido un año próspero, en el que pudimos desplegar un amplio abanico de notas de todos los colores.
Iniciamos nuestro año con las (ya clásicas) Lecturas de Verano; en ellas los escritores de Villa María y Villa Nueva nos refrescaron los días con sus nuevas producciones literarias. Hemos incorporado también este año a otros poetas que no siendo locales, son lectores de nuestro diario, gente de Río Cuarto, Ballesteros, Las Varillas, Córdoba y Buenos Aires.
La literatura es una de las artes que más espacio ocupa en las revistas y suplementos culturales, nuestro espacio no es ajeno a ello; por ello hemos entrevistado y mostrado los escritos de Olga Fernández Núñez, quien en dos ediciones consecutivas nos contó sobre la publicación de su segunda novela “La escritora” que publicó este año y la reedición de “Linón” (1939). En esas cuatro páginas pudimos ofrecerles los primeros capítulos de cada una, para que el lector avezado logre conectarlas, ya que entre ellas hay nada más y nada menos que 70 años de distancia.
Otras entrevistas fueron las que tuvimos con Adriana Claudeville, una interesante poetisa que no frecuenta círculos literarios y que sin tapujos nos ofreció su parecer sobre la literatura y algunos detalles de los momentos finales de Edith Vera.
Iván Wielikosielek, es uno de los periodistas locales que mejor se defiende, en una mañana previa a la navidad pasada, nos encontramos en un café céntrico de la ciudad y allí me entregó algunos de sus libros y hablamos de su vida, sus pasiones y el camino que lo arrastró hacia la literatura.
Registramos también una charla con el Dr. Daniel Teobaldi, quien es docente del Profesorado en Lengua Castellana (UNVM) y que además publica libros con textos téoricos y literarios.
Villa Nueva también se reflejó en los escritos, Gustavo Borga habló con nosotros en su casa y nos anticipó poemas de su próximo libro.
El ambiente literario es tan rico y variado que hay para todos los gustos; desde hace unos años un joven tenista llamado Fabián Clementi está entre nosotros y ya nos ha regalado dos libros de interesante poesía. Lo entrevistamos y plasmamos las opiniones de una voz nueva en la ciudad.
Susana Giraudo y Alejandro Schmidt son nombres de los que siempre se leen en los medios. Ambos publicaron textos de poesía este año y fue la excusa principal para consultarles detalles de los mismos y del oficio que llevan hace tantos años.
En una visita relámpago desde la ciudad de Buenos Aires, llegó Emma Segovia, un jovial mujer que vivió desde niña en la ciudad, pero que las circunstancias de la vida la llevaron a vivir en otra provincia. Con toda amabilidad y buena onda nos contó emocionada de sus proyectos y el gran amor que siente por Villa María.
Pero además de Buenos Aires, recibimos la visita de la poeta chilena Juany Rojas, quien viajó a la ciudad para participar de un encuentro literario privado, al que fuimos invitados y no pudimos dejarla ir sin pedirle algunas palabras.
Continuaron los escritores, Silvina Mercadal que presentó su libro; Américo Tissera que funde en una sola expresión la historia y la literatura del por acá.
Tuvimos la oportunidad de entrevistar también, al editor de la revista cultural más influyente de la Argentina; hablamos de Juan Bedoian y la revista “Ñ”.


MÚSICA
El rock de la ciudad, tan prolífico y creciente no podía faltar, tal es así que “Sopló el fantasma”, la banda de los hermanos Darío y Gustavo Vasconi, más Pablo Fassi, ocuparon la página 13 y 14 de nuestra edición del 1 de marzo. Estaban próximos a presentar “Tierra eléctrica” el segundo trabajo discográfico.
“Adonde” también nos alegró nuestro domingo con una entrevista previa a la presentación de su primer material en la Auditorio Antonio Sobral.
Un artículo sobre el tango en Villa María mostró algunos aspectos interesantes en el rescate de este género tan popular.
Por otra parte el canto lírico estuvo representado por una charla que tuvimos con María Gabriela Ferrero, una joven vocalista local para quien esta práctica la acerca fuertemente a los sentimientos.
Por segunda vez, se realizó en la UNVM el 2° Congreso Latinoamericano de Formación Académica en Música Popular y desde EL DIARIO Cultura pudimos hacer un repaso a esos días gracias a la nota de Carla Avendaño.
Entrevistamos a Rubén Darío “Cuini” Chiappero, quien lleva la enorme tarea de registrar diversos eventos (musicales sobre todo) para la posteridad. Sin que nadie se lo pida, como un hobby que el tiempo los cargará de valor y los transformará en elementos indispensables para analizarlos y rememorarlos.
Germán Galdeano nos trajo muchas alegrías, con su nota “Hacedor de canciones”. Un creciente músico y gestor cultural que además de sobrevalorar el desarrollo artístico de la ciudad aportó nuevas ideas para mejorar el ambiente local.


IMAGEN
La fotografía estuvo representada de la mano de Walter Carrera, un joven que busca perfeccionarse paso a paso y trata de encontrar nuevas formas a la fotografía social.
Un aspecto que consideramos positivo es la gran actividad de los jóvenes de hoy para generar sus proyectos, ese es el caso de la Cooperativa Audiovisual Ayllu, quienes lograron unir las fuerzas y gustos de los estudiantes de Diseño con el trabajo cooperativo.
La Medioteca de la ciudad es el espacio por excelencia, para los distintos acontecimientos culturales. Uno de ellos, fue la muestra “Leer es lo +” que la gente de la Editorial Comunicarte desplegó en octubre pasado y en el que participaron una gran cantidad de ilustradores de renombre.
El arte de tatuar la piel con dibujos de colores es una vieja práctica milenaria, en la ciudad tenemos a varios tatuadores que reciben a diario a muchos interesados de la ciudad y región. Le realizamos una entrevista a Gonzalo “Pichi” Ramirez para que nos contara algunos detalles de su pasión, mientras lo veíamos y sentíamos trabajar.

Y MÁS…
Obviamente que nuestras notas no se acabaron allí.
Fueron muchos más los temas que abordamos en nuestras salidas semanales de EL DIARIO Cultura.
De la mano de Mauro Guzmán, entrevistamos a Diego Diez un artesano de la chatarra; un personaje que crea figuras a partir de los desperdicios metálicos.
Recorrimos brevemente la vida y obra de Rafael Barrett y Roberto Arlt.
Se realizaron comentarios al libro de Adrián Demasi, Alicia Peressutti (con la reproducción de sus prólogos y primeros capítulos) y se comentaron los libros de autores locales que se presentaron en la Feria del libro local…
Recordamos también nuestra nota de “El Estilóbato” y las discusiones que trajo aparejada el hecho de hacer arte de manera independiente o no.
Si sólo lo llamáramos como artesano, quizás nos quedaríamos cortos; Matías Atencio, joven villamariense que se dedica a vender artesanías y tocar música en la calle, nos habló de sus ideas y proyectos como “comunicador alternativo de culturas”.
Recibimos algunas colaboraciones más por la muerte de Mario Benedetti, también publicamos el texto “Historia, idea y vigencia de ‘la comunidad organizada’” por Eduardo Vicondo, entre otros.
Hicimos un relevamiento, en cinco entregas sobre las publicaciones literarias de la ciudad, mostrando los títulos publicados últimamente por las distintas editoriales e imprentas de la ciudad.
Entrevistamos al artista Miguel “Cachoito” de Lorenzi, quien es uno de los ilustradores, diseñadores y artistas plásticos más reconocidos de la provincia. Cachoito expuso en Villa María, lo entrevistamos y recordamos la ayuda que nos ofreció a nuestro EL DIARIO.
Para el 142° aniversario de la ciudad, decidimos homenajearla rescatando de los baúles viejas poesías sobre Villa María y sus particulares lugares que nos identifican.
A pocas semanas de culminar el año, reconocimos a María Celia Charras, la “Puqui”, por los 50 años ayudando a difundir las diversas actividades que se hacen en la ciudad.
Cerramos la edición de nuestro domingo pasado, contándoles como un grupo de niñas de12 y 13 años se fascinan por la literatura y buscan construirla en cada sábado con la tallerista Susana Zazzetti.

PARA TERMINAR
A grandes rasgos, estos han sido las notas, las personas y los personajes que han pasado por nuestras páginas.
Nos pone muy contentos saber que han sido tantos. Verlos en retrospectiva nos permite apreciar el camino que venimos trazando, ese que usted nos acompaña gustoso o que a veces nos tira de la mano para que enderecemos un poco nuestro rumbo.
Sinceramente estamos muy contentos. Esperamos contarlos como lectores el próximo año, donde seguiremos en esta tesitura de dar a conocer y reconocer a quienes aportan su esfuerzo en la construcción cultural de un pueblo como el nuestro.
Gracias por todo y hasta la semana que viene.


(*) Publicado en EL DIARIO del Centro del País, domingo 27 de octubre de 2009.-

lunes, 21 de diciembre de 2009

Susana Zazzetti y alumnas

ENTREVISTA A
SUSANA ZAZZETTI Y ALUMNAS
CRECIENDO CON POESÍA



Pareciera una selección de fotos tomadas del Facebook o de algún Metroflog.
Cuatro niñas: sentadas en el pasto posando entre las flores, apoyando sus espaldas y sonriéndole a la cámara, o bien, tomando impulso para quedar inmortalizadas en un salto conjunto, cuan si fueran modelos de alguna publicidad de algún magazine actual.
El uniforme escolar y estas actitudes las delata, son niñas; pero en ellas hay una pasión que las une y que está muy lejos de vincularse con cuestiones de imagen y de apariencias: ellas aman la literatura.
Con sus 12 y 13 años, llegaron un día (25 de abril, recuerdan ellas con exactitud) a la casa de Susana Zazzetti y sin más preámbulo le dijeron “queremos escribir poesía”.
Asombrada con ese pedido la poeta y coordinadora de talleres para adultos, intercambió palabras y pudo descubrir que no era una pose de las chicas, sino que “sentían la necesidad de expresar distintas emociones, distintos sentimientos y que no tenían como canalizar esas expresiones.”
Allí se inicia esta travesía. Travesía tanto para quien ofreció en cada sábado sus conocimientos y experiencias; como para las pequeñas que los absorbieron con asombrosa avidez y responsabilidad.
Los protagonistas de este domingo son Julieta Funes, Victoria Oliva, Macarena Pereyra Depetris y Milagros Moreno. Pequeñas poetizas para la gran proeza literaria.



FRESCAS POESÍAS DE SÁBADO
A partir de ese 25 de abril hasta hace poquitos días, “las chicas de Susana” llevaron en sus mochilas al menos un poema por sábado, tal como la autora de “Un vuelo de gaviota” y “Cuando todo el silencio era mío” les prometió a sus madres.
Es que estas cuatro pequeñas tienen todas las ganas, el impulso renovador, una imaginación que se potencia y están incontaminadas de todo bullicio literario. Dice la coordinadora del taller: “lo que tengo que destacar, es el entusiasmo, por lo general nunca faltan los sábados; hay que tener en cuenta que el sábado es una día importante, ya que, por lo general, los chicos de su edad los viernes se acuestan tarde con los encuentros de amistad que tienen. No tenía mucha confianza como para que vinieran a las 10 de la mañana, pero te puedo asegurar que diez menos veinte están acá y es escasísima las veces que han faltado, es un placer que estén las cuatro juntas, porque más allá de la algarabía de la edad, se comunican mucho a través de la poesía y se comentan lo que cada una escribe. Hay una devolución no sólo de parte mía, sino de parte de ellas.”
En un clima de mucha libertad, donde las consignas son sugerencias y los aportes bienvenidos, así se desarrolla la actividad. Con palabras disparadoras que avivan la imaginación y estimulan la creación se inició el taller. Recuerdan que “grieta” fue una de ellas, también “gaviota”, durazno”, son algunas de las otras que las pequeñas rememoran como si hubiese sido ayer.
Estamos en la casa de Susana con sus cuatro alumnas. En una pesada tarde, donde el cielo, de nubes barrigonas, nos advierte que en cualquier momento el agua tan ansiada caerá.
En su quincho charlamos sobre esta grata experiencia de la palabra y algunos aspectos de su puesta en marcha. Un detalle que nos llamó la atención es que además de enseñarles los recursos literarios más utilizados para la poesía, las jornadas se amenizan con la lectura de poetas de la ciudad. Fabiana León, Alicia Perrig, María Elena Tolosa, Susana Giraudo, Fernando de Zárate, son algunos de los nombres que arrojan sobre la mesa. Zazzetti cree que hay una gran riqueza en la poesía de Villa María y es bueno que las niñas vayan conociéndola paulatinamente. Claro está, que los clásicos poetas universales no faltaran a la reunión, nombres como Antonio Machado, Pablo Neruda, Federico García Lorca, de quien extrajo una parte de su teatro para ayudarlas a mejorar su expresión y tonalidad. “Ellas saben que la poesía está muy ligada al tono de la persona que lee y por lo general, el sentimiento de quien la escribe se transmite a través de la voz de la persona y los distintos matices que le pone esa persona en su expresión”, asevera Zazzetti con tono más elevado para que las gotas que empiezan a zapatear en el techo no opaquen su voz.


CHICAS CON LETRA GRANDE
Nos sorprende ver que siendo personas tan jóvenes, y en un mundo tan informatizado y mediado por la virtualidad y la imagen, demuestren esta pasión por la literatura. Pareciera raro, de otro planeta.
La poeta se muestra asombrada y cuenta como la paralizó esa actitud de las niñas. “En esta época (dice) donde los valores para los chicos y los púberes son anti—valores, el hecho de que ellas tuvieran deseos de escribir, que fueran lectoras, que se interesaran por comprar libros de poesía a mí me sonaba como fuera de tiempo, y en realidad no era ni postura ni pose, sino que lo sienten así, de esta manera. Y las escucho cuando guardan algún dinero y compran, como días anteriores, el libro de Fabiana León por ejemplo; eso me produjo un gran placer. Además lo leyeron, lo analizaron y le hicieron una devolución a la propia autora. Para mí es un enorme honor que esto me suceda.”
Les preguntamos a ellas que opinaban del desinterés de sus pares ante la literatura y ante la cuestiones de la vida en general. Con total tranquilidad nos respondieron que “no les interesa, están pensando en otras cosas”. Sin embargo ellas están contentas con la elección que han hecho, porque es “la mejor forma de expresarse libremente”. La literatura para ellas es eso, es también un instrumento “con la que se cuenta lo que nos pasa y les pasa a los otros”. Y entre los aportes de todas van construyendo esa significación que sirve además “para contar lo que no nos animamos a contarle a nadie”… Como si estuviéramos trabajando en taller todos vamos poniendo una pieza más a eso que llamamos literatura y que Zazzetti cierra, imaginándola como “un puente, un medio donde el encuentro con el otro se da con la palabra.”


LOS PRIMEROS FRUTOS
En un año de trabajo el grupo ha crecido de una manera notable. Además de los poemas que podrán disfrutar hoy, las chicas están experimentando un crecimiento paulatino y escalonado en el que la profesora las guía de su mano.
Han publicado una bella plaqueta que han dado en llamar “Cuando suenan las doce” en alusión a la edad de las poetizas. Aparecieron además en la revista cultural “Compartiendo” y fueron entrevistadas en el programa de interés cultural “En voz alta” que conduce Javier Arenas.
Para el año que se viene está prevista la publicación en tapas duras de lo que sería su primer libro, llevará por nombre “Antología adolescente”, y de concretarse, se convertiría en una obra inédita en la ciudad.
Un poco más adelante, podrían aparecer en la revista literaria digital de Israel “Artesanías literarias”, en la que Zazzetti es la corresponsal por Argentina. Y a partir de allí seguirán este camino que no tiene techo, más el que ellas puedan ir poniéndose.
Para la coordinadora de este taller, la literatura es subjetiva, dado que la historia se ha encargado de ir dejando de lado a grandes escritores que con el tiempo pudieron ser reconocidos como tales; también están los mediocres que el entorno vuelve populares pero que también en algún momento dejarán de serlo. A ella no le interesa lo que puedan decir de las producciones escriturarias de sus chicas, sino que ellas, estén completamente segura de sí mismas.
“Lo que sí les enseño mucho (asevera), es que tienen que elaborar, reelaborar, volver a leer, corregirlo, y tratar de usar de la manera más fácil posible todos los recursos que han estado aprendiendo hasta ahora. ¿Que cuáles son?” Pregunta, mientras gira la cabeza… Le responden: “anáfora, metonimia, sinalefa, perífrasis, encabalgamiento, las imágenes visuales, auditivas…”
“Tampoco es la idea de que la utilicen en exceso, tienen que tener una forma realista de observar lo que nos pasa a nosotros y a los otros. El taller es un puente, para llegar al otro, para decirle al otro a través de la poesía lo que por ahí no me atrevo o porque es desconocido. A menudo la literatura tiene lectores anónimos que recrean lo que uno escribe, yo les digo que sean directas, que ya no es más tiempo del surrealismo ni el tiempo metafórico; pero sí que busquen la estética del poema sin que sea abusivo el estilo de ellas. Por otro lado, cada una debe ir buscando su estilo particular, su forma propia.”


UN LARGO CAMINO
Consultadas por las lecturas de interés de las poetizas, recibimos como respuesta que leen textos como “Harry Potter”, “Crepúsculo” y sagas similares, además de las lecturas obligatorias del colegio.
Los temas en que recurren son el amor, la tristeza, la pobreza, no faltan los temas universales y las vivencias personales también.
“Tienen idea de la realidad que estamos pasando, porque nos hemos detenidos en poemas de corte social, aquellos poemas donde los personajes son niños desamparados, el deterioro de la conceptualización de la infancia. Allí estallan estos anti-valores, que a veces nosotros damos en llamarlos los ‘hijos de la intemperie’ o ‘hijos del espanto’ como digo en un poema mío”, explica la tallerista.
A veces les da un poco de vergüenza mostrar lo que escribieron, porque los chicos de su misma edad ven con otros ojos esta rara predilección. En ese momento, la dueña de casa sentencia, un poco como coordinadora de taller, otro como una madre ante sus hijas: “ellas saben que han iniciado un camino largo, difícil, con infinita cantidad de piedras; donde va a haber críticas, descréditos, burlas, ironías, pero ahora están dispuestas a seguirlo. Ojalá la vida les brinde la menor cantidad de estas cosas que enumero, porque tienen un pureza espiritual muy importante.”


Pero Susana Zazzetti sabe que en este camino de la literatura, muchas veces el cielo se oscurecerá como hoy, y que es necesario seguir adelante. Porque detrás de la tormenta y la lluvia, las espera un horizonte de felicidad, y un arco iris inmenso las cubrirá, como el que ahora enmarca el cielo en esta tarde de primavera.

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ESE NIÑO
Por Julieta Funes

Pasa a mi lado
con su infancia a cuesta.
En sus ojos se refleja
lo vivido.
Sus manos sucias
rozan el viento
que ignora sus pequeños dedos.
Al alejarse,
me deja la sensación
de una ternura
no parida.


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SENTIR
Por Julieta Funes

Cae esta lluvia
sobre mi piel
sedienta de tu sed.
El agua
lava mis penas
estruje
esta necesidad de vos
que nace
a cada instante.


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HOY
Por Victoria Oliva

Bajo el puente
hay un hombre
que sueña
diluvios de esperanza.
La tristeza
hace círculos
que llevan al cielo
súplicas
de todas las voces de la tierra.


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ÉL
Por Victoria Oliva

No tiene en su mirada
la alegría de los años.
Lleva
entre sus manos
miles de preguntas
sin respuestas.
Yo lo veo pasar
con su desgano
sin sus ganas de vivir
y tiemblo.

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ESPEJISMO
Por Macarena Pereyra Depetris

Los lirios
resplandecen
detrás de la máscara
del día.
La voz de los ángeles,
acompasada
por el sonido del arpa
ilumina el día.
Redes de acuarelas
arrinconan el temor.
Tu sobra no es más que
un espejismo
yéndose con el atardecer.


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CORAZÓN
Por Macarena Pereyra Depetris

Su corazón, ahí,
en su pecho.
Cuando dejó salir el latido
un látigo de dolor
lo esperaba.
Su vida, sola,
se desgajaba
por dentro.
Ocultó sus sentimientos
en una caja
de porcelana.

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AHORA
Por Milagros Moreno

Baja tu nombre
por la corriente del río.
El agua
arremolina sus letras.
Un mundo de amapolas
derrama semillas
por el aire.
Tomo una
para que crezca
sobre las ramas.


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ABUELO
Por Milagros Moreno

En su silla de plástico
come las tostadas de pan.
Su mirada de largos años vividos.
Y el bastón
colgado
en la pared.
Sus ojos
se quedan
en el crepúsculo asentado.
En el blanco-amarillo de las calas,
el patio recoge
sus escondidas lágrimas.

(*) Publicado en EL DIARIO del Centro del País, domingo 20 de diciembre de 2009.-

domingo, 13 de diciembre de 2009

Entrevista a "Puqui" Charras

ENTREVISTA A
“PUQUI” CHARRAS
50 AÑOS CANALIZANDO CULTURA



Envidia.
Podría decir que le tengo envidia, pero una envidia sana.
Le admiro su capacidad de trabajo, siempre con las mejores ganas y con una amabilidad y humildad de las que ya no se encuentra fácilmente.
Tiene 73 y desde hace 50 años sigue apareciendo en los diarios, en las presentaciones, en los actos, en las obras de teatro, dictando charlas y demás acontecimientos referidos a la cultura. Incansable trabajadora va de aquí para allá aportando su esfuerzo a los lugares que la invitan. Hizo cine, títeres, organizo eventos, fue delegada del Fondo Nacional de las Artes (FNA) por Córdoba, viajó a Canadá, Uruguay, Paraguay y Brasil representando a Argentores y es profesora de arte escénico que estudio en la Facultad de Filosofía y Humanidades de Buenos Aires. Este párrafo podría ser un liviano esbozo de su prolífica actividad.
Ella es María Celia Charras, pero muy pocos la conocen por su nombre real, sino que la reconocen por “Puqui”. Un apodo que utiliza desde niña y que se lo pusiese su madre, quien la llamaba para escuchar un programa radial de un matrimonio de personajes antagónicos: “Puqui”, una romántica y “Pequi”, un hombre práctico. Ella le gustaba escuchar esa emisión y se identificaba con ese personaje femenino que le dejara de legado ese sobrenombre con el que todos la conocemos.
Siempre dispuesta a prestar apoyo, sus materiales, su tiempo, su esfuerzo y sus conocimientos a quienes lo pidan.
Estamos en el living de su casa que está rodeado de cuadros, todos regalados por pintores a los que ella les tendió su mano cálida. Tiene en ese espacio pequeñas bibliotecas en los costados de las paredes; pero también en la cocina, en las habitaciones y por toda la casa… está rodeada te textos.
A pocos minutos de comenzada la charla, sentencia: “no me destaco en nada”, como arguyendo una estrategia psicológica para sentirse más tranquila. Ella, aunque no lo quiera reconocer, ha hecho mucho por las artes de esta ciudad que ama y por ello la vinimos a visitar.



—Contanos sobre esta tarea que llevás haciendo hace mucho tiempo.
—No me destaco en nada, pero lo que más me gusta es que se sepa de la gente que hace cosas buenas. Reconocer… Desde el año 1959 me ocupo de eso, o sea, voy a un acto y me parece lindo que lo publiquen en EL DIARIO. Vinieron unos chicos de Buenos Aires y pintaron el comedor de la Escuela Juana Manzo, gratuitamente, me dije que eso tiene que saberse. Cosas así, que no trascienden mucho, pero que son valiosas. Siempre me dediqué a eso, es lo que me gusta o lo que mejor me sale.

—¿Cómo fueron tus inicios en ese sentido?
—En 1966 gané un premio en un concurso monográfico sobre la historia del Banco de la Nación Argentina y ahí me incorporan a la SADE (Sociedad Argentina de Escritores) como socia activa. A partir de ahí dejo un poco la teatralización, por un tiempo y comencé a trabajar con Dolly Pagani. Entonces, venía un escritor a hacer una charla y yo iba al diario a hacer un comentario del momento.
Después estudié muchos años de teatro en Buenos Aires, con Alberto Rodríguez Muñoz, Marcelo Lavalle, entre otros… me perfeccioné en el teatro.
Más adelante me hice amiga de la familia Melano y Pérez y empecé a investigar el tango. Di charlas en el PEUAM (Programa de Extensión Universitaria para Adultos Mayores de la Universidad Nacional de Villa María), en la biblioteca, en la escuela de arte que dirige Marta Manzutti y lo lindo es cuando pude ir a Punta del Este, a una reunión de la Iglesia Cristiana y ahí pude dar una charla, eso me llenó de alegría. Otra experiencia linda fue mi participación en el Fondo Nacional de las Artes, estuve de 1980 a 1990 como delegada de la Provincia de Córdoba. Esto me dio la oportunidad de hacer eso que me gusta, o sea, ayudar a la gente que trabaja por el teatro, la pintura, la música, las letras… y lograba muchas cosas para la gente de Villa María y toda la provincia.

—¿Cuáles fueron algunos de esos logros?
—El libro “Villa María y sus jóvenes poetas” lo conseguí por un subsidio del FNA, que lo publicó la SADE, la Dirección de Cultura y lo pagó el FNA. Intervinieron Mario Moral, Alejandro Schmidt, Sergio Stocchero, que siguen con esa cosa linda de escribir bien. Después “Villa María. Cuentos ilustrados” estuvieron Marta Parodi, Dolly Pagani… y siguió, se nota que estuvo bien elegido porque son gente que siguieron trabajando.
Me pasó algo lindo con Miguel Iriarte, es un director de teatro de Córdoba. Yo trabajaba llevando la contabilidad en el Hospital Ferroviario, tenía gratis mis pasajes en tren, me iba, siempre que podía, aprovechaba para buscar cosas para el policlínico y conectarme allá con el FNA. Una vez digieren que algún delegado iba a buscar un representante de la provincia que sea importante, y me tocó a mí y lo elegí a Miguel Iriarte. Cuando le aviso, no tenía ni para el pasaje, pero lo ayudaron.
Después la beca de Juan José Massafra con Felipe Noé, tan importante pintor, la consiguió por sus antecedentes, y yo el orgullo como delegada porque se lo dieron. Después había un escritor, Tessie Ricci, que fue como delegada representando la provincia y estuvo con Borges, con todos los escritores importantes… esas cosas me llenan de alegría. Dolly dio conferencias de Juan Ramón Jiménez, de Federico García Lorca… todas esas cosas con el FNA que pagaba y yo mediaba.

—Puqui, ¿sos docente?
—No, terminé el bachillerato en el Colegio Nacional, después como el bachiller no me sirvió para trabajar, estudié contabilidad en la Academia Alberdi, ahí me hago amiga de don Horacio Roqué y él me incorpora a la SADE. Luego voy al Nacional y rindo las equivalencias y termino como Perito Mercantil. Después me sale una beca en La Plata para estudiar en Estadística… o sea nada de literatura… todo con números (risas). Trabajé en la Dante Alighieri, cuando me jubilé, me llamaron para llevar la prensa de la Dante, estuve ahí. Luego en 2007 estuve enseñando narración oral en el PEUAM, murió Marta Parodi y Dolly me recomendó para hacerlo. Ahora está Alicia Perrig.

—¿Y escribís?
—En los diarios nada más. No sé crear, yo tengo que tener vivencia para poder escribir. Cuando dejé la casa de mis abuelos, esa fue una cosa triste y allí me salió un tema. Ver a mis nietos sentados en la mesa, también me ayudó.

—¿De qué manera te inclinaste por el teatro?
—Me inicio en el Colegio Nacional haciendo una obra de Alejandro Casona; en el ´60 hice “El oso”; hice “Mancebo que casó con mujer brava”, después “La boda”; “Sobre las ruinas”. Con “El zoo de cristal” ganamos un premio en Río Tercero; luego me dedico a la SADE, pero en el ’71 vuelve ese deseo de indagar en el teatro y ahí es como consigo una beca para trabajar con Marcelo Lavalle en Buenos Aires y me voy especializando. En Buenos Aires, hice “El deseo bajo los olmos”, trabajé como extras en algunas películas (y se da vuelta y me muestra unas fotos con Alfredo Alcón cuando hicieron “Boquitas pintadas”, fotos con María Rosa Gallo, Alejandra Da Passano, Perla Santalla, Torre Nilsson…).
También me piden que haga algunos homenajes como Rosa Tejada Vázquez de Theaux, el otro día me pidieron que leyera sobre Pizzorno…

—Actividades muy diversas; ¿podríamos decir que tus grandes pasiones son el teatro, la literatura y el tango?
—Ver una función de teatro, actuar es lo que más me gusta. También la poesía del tango y me gusta alguna orquesta, me gusta D’arienzo, Piazzola, que se yo… todo, aquella música que no tenía letra, la vieja guardia. Voy al taller de Dolly y cuando pide que aportemos algo, leo alguna letra de tango.
El cine también me gusta, ahora estoy desinformada, pero de chica me encantaba ir y seguir las historias semanales que se pasaban, juntábamos un peso de donde fuera para no perder la historia.

—¿Qué objetivo te hubiese gustado cumplir?
—Me hubiera gustado seguir en el teatro en Buenos Aires, y que se abra el telón en el Teatro San Martín de Buenos Aires y actuar, ese sería un deseo.

—Ya que mencionás el teatro, ¿cómo ves lo que se hace en la ciudad, en cuanto a este arte?
—Creo que lo que está haciendo Marta Manzutti con esa escuela está muy bien, Cristina Soave también hace cosas de mucho valor, Walter Stauble se defiende también, Antonio Giacardi ha hecho “La casa de Bernarda Alba”, Raúl Zuin un gran actor, Pilar Monesterolo que está haciendo teatro en Pasco, Javier González hace cosas como de trapecista, es como más moderno que los otros…

—En cuanto a lo literario, otra predilección es la literatura para niños, ¿no?
—Me gusta y me siento cómoda con los niños. Hice mucho teatro para niños y estaba mirando las carpetas para acordarme. He dado títeres también en distintos colegios. Yo no me ofrezco pero me vienen a pedir y digo “bueno, si la gente necesita, yo voy”.

—¡¿Pero te gusta mucho?!
—Sí, porque si me mandaran a hacer papas fritas, seguro que no voy (risas).

—Insistís con ser poco meritoria para una nota, pero has participado de la vida cultural por más de cincuenta años, ¿cómo te podrías definir?
—Como una obrera que quiere reconocer a la gente buena de Villa María, para quienes hacen cosas… sería un estímulo para la gente que hace cosas lindas para la ciudad referente a la cultura. Cuando veo algo lindo, o no tan lindo, pero veo el esfuerzo, entonces trato de decir lo bueno que me pareció. No regalar elogios, pero extraer nada más que lo bueno y comentar eso.

—Sos como una mediadora, vos estás en el medio entre lo que se hace y la gente que recepta eso. Un eslabón en el medio.
—Podría ser, me gusta la palabra mediadora, ser como un puentecito, me encanta.


Ella es la “Puqui”, una mujer cuya felicidad la encuentra en los logros de los demás. Una persona que quiere a su ciudad y a la gente que trabaja en pos del engrandecimiento de la cultura.
Se conforma y contenta oficiando de nexo para dar a conocer a la gente las propuestas culturales que se ven generando. No le gusta mucho que la nombren, su trabajo es casi subterráneo, pero constante y fecundo. No pretende retribuciones, tal es así, que ni considera ser merecedora del espacio utilizado para la presente nota.
Sí “Puqui”, merecés mucho más que este pequeño gesto. Muchas gracias.



(*) Publicado en EL DIARIO del Centro del País, domingo 13 de diciembre de 2009.-