domingo, 29 de agosto de 2010

EL embrujo de mi tierra. Película documental

PELÍCULA DOCUMENTAL
EL EMBRUJO DE MI TIERRA
FOLCLORE E IDENTIDAD CULTURAL


Ana Karen Grünig es estudiante de la Licenciatura en Diseño y Producción Audiovisual. Está cursando las últimas materias y para el año que se avecina se encontrará abocada en lo que será su Trabajo Final de Grado. Sin embargo esta condición, la de alumna, no ha encorsetado sus sueños de producir audiovisuales y conjugarlo con la música folclórica de nuestro país.
El viernes pasado, en el Auditorio del Rectorado de la UNVM, tuvimos la oportunidad de disfrutar con el estreno del documental “El embrujo de mi tierra”. Un trabajo audiovisual, dirigido por Karen y producido por DyG Realizaciones, que rescata la tradición de la música folclórica y evidencia la desaparición o el encubrimiento de la misma en las grandes urbes.



“Que cultivemos la música de algún lejano país, seguro que no es pecado si conozco la de aquí. Pero si ando musiqueando el canto de otro lugar, sin conocer un estilo, una baguala, un valseado, guacho de nuestra cultura, extranjero en su lugar.”
Esta estrofa de “Pilchas gauchas” de Orlando Vera Cruz, fue uno de los disparadores que motivó a Karen a adentrarse en lo que es su primer largometraje. Motivada por esta impotencia de ver que la música folclórica argentina es dejada de lado para difundir, escuchar, bailar otras que provienen de afuera, es que se propuso realizar este aporte “para revalorizar nuestra identidad cultural, que a pesar de ser tan rica y maravillosa, parece perderse en un país dominado no sólo en términos económicos sino también culturales”.
“El embrujo de mi tierra” título que hace referencia a una canción de Peteco Carabajal es una producción de “corte antropológica”. Toma como referente a la gran familia Carabajal y muestra la tradición folclórica en Santiago del Estero. En ese lugar la música se vive y se siente todos los días, en contraste con las ciudades, donde otros productos culturales más vanos y superfluos inundan los medios e idiotizan a la gente.
Será Peteco el encargado de llevar el hilo conductor del documental haciendo un racconto de los momentos en los que pasó nuestro folclore argentino. Las escenas se filmaron en varias oportunidades que el equipo viajo a Santiago del Estero, y tuvo como punto de encuentro la casa de la Doña María Luisa Paz de Carabajal, quien es la madre de los grandes músicos que portan el renombrado apellido. Allí en La Banda, los miembros de la familia dieron sus testimonios y pareceres sobre varios aspectos que rondan a la música folclórica. No faltaron a la cita Cuti, Roxana, Demi, Roberto, Kali, entre otros. Cada relato está matizado con imágenes de nuestra historia argentina, donde apreciaremos a los grandes folcloristas en plena juventud, momentos donde la dictadura militar marcó a los artistas, donde los nuevos actores mediáticos promocionan la falta de respeto y la liviandad en todos los sentidos…
La película se urde con las palabras de estos singulares artistas, que como tantos otros han luchado por reforzar nuestra música, pero también deja traslucir a la gente, gente de bien, transparente, con otra forma de vida que prioriza la amistad, defendiendo y honrando día a día su sangre y su tierra.
En el patio de una casa, cualquier casa, siempre hay música, hay guitarra y chacarera. Allí las gallinas esquivan a los bailarines y toda la familia y amigos se juntan para disfrutar de un domingo. Es una tradición que no necesita de planificaciones, es algo natural, la música y el baile ahí están, siempre.
Señor lector, lo invitamos a ver este documental, déjese llevar, déjese embrujar.


ENTREVISTA
ANA KAREN GRÜNIG
DIRECTORA Y GUIONISTA

Los rayos de sol se cuelan por los cristales del balcón de un departamento céntrico. Los pájaros que revolotean por los alrededores dejan su canto colgado en cada rama de árbol en el que se posan. Es un hermoso día de invierno, de esos que nos hacen dudar en que estación estamos. No corre el viento, la siesta detiene el tiempo y el bramido de los escapes se silencia, las bocinas no se oyen y se divisan pocos transeúntes.
Subimos las escaleras y pasamos a un amplio living que es la estación de trabajo de Karen. Las computadoras encendidas, trabajando, faltan horas para el estreno de su primer largometraje. Está ansiosa, con el cansancio del trajín sobre sus hombros, con la emoción de la presentación y los nervios que nunca faltan.
Sobre la pared hermosas fotos en blanco y negro de su novio Lautaro adornan el ambiente, libros, discos, artesanías aborígenes y otros objetos que denotan su amor por la tradición y las raíces de nuestro pueblo argentino.
Nos sentamos al sol, encendemos el grabador y comenzamos a charlar sobre su trabajo y el origen del mismo. “Siempre me gustó mucho el folclore” nos dice, “siempre sentí, sobre todo en mi época de secundario, que a mis compañeros les daba vergüenza, pensaban que el folclore era aburrido, de viejos; pero en realidad no es así, yo que lo he vivido de chica sé que no es así.”

─¿Cuándo decidiste realizar este proyecto?
─Cuando mi novio Lautaro tenía que hacer un trabajo para la Universidad, salió el tema y nos dimos cuenta que en realidad daba para mucho más que para un trabajo práctico. Ahí fuimos y le contamos a Robinson (de DyG Realizaciones) y se prendió y así surgió. Si bien la mayoría del Staff son compañeros de la carrera, esta producción es independiente, la UNVM nos auspició y nos dio una gran mano para hacerlo.
La idea nació en setiembre de 2008 y empezamos a trabajar en noviembre o diciembre de ese año, más o menos un año y medio de trabajo. La Fati (Fátima Infante) estudia acá, es santiagueña y le pedimos que nos orientara. A Santiago fuimos varios, llegamos con una mano atrás y una adelante, caímos, contamos lo que queríamos hacer y la familia Carabajal y todos los santiagueños nos trataron muy bien, nadie nos miró con desconfianza, esto posibilitó que pudiéramos seguir con esto. Fuimos dos veces más a rodar.

─¿Por qué los Carabajal y no otros artistas? Digo esto y pienso en gente de Córdoba, por ejemplo.
─Como conozco bien al público que va dirigido, sé que por ahí algún folclorista de la zona de Córdoba, no atrapa demasiado; sé también que en Santiago del Estero hay muchos buenos folcloristas, pero la familia Carabajal son conocidos a nivel nacional, son representantes claves y son tantas generaciones que han permanecido en la música folclórica. Este documental se focaliza en lo que es la música, sabemos que el folclore es algo muy amplio. Me pareció que por ahí podría atrapar al público; hay muchas familias en Argentina que han transpirado la camiseta por luchar por esta música. Ellos, como tantos otros, la han peleado mucho para que no se pierda nuestro folklore. No fue fácil, ni hoy ni en etapas anteriores de nuestro país difundir la música, siempre se le dio prioridad a lo que viene de afuera, o lo vacío, lo romántico o melódico simple; a nuestro folklore le costó mucho difundirse. Entonces, la idea de esta película es mostrar como el folclore en la ciudad, en las zonas más desarrolladas va desapareciendo; queremos dar a conocer también aquellos lugares donde las tradiciones folklóricas están vivas, mostrar que es re-divertido, que un joven puede entretenerse en una peña lo mismo que en un boliche, que se pueden hacer las mismas cosas escuchando folclore, o que un chico puede sacar a bailar a una chica que le gusta, puede seducirla, esto existe, es así, es muy rico y muy mágico.

─Este es el segundo estreno, el primero fue en Santiago hace poquito, ¿Cómo les fue allá?
─Nos fue bien, se dio en el marco de una muestra de cine organizada por el INCAA, en la semana Carabajal. Los primeros días eran muestras de cine, el objetivo era llevar el cine a lugares donde el cine no existe, entonces, en ese marco entró nuestra película y se presentó al finalizar esa semana. Había mucha expectativa porque de todas las películas la nuestra era la única que tenía temática local, de allá, ellos se iban a ver y superó mi expectativa, no me imaginé que fueran a reaccionar tan bien. Es difícil que alguien venga y haga una película con tus vivencias, pero la gente reaccionó muy bien.

─¿Y qué esperás del estreno en Villa María?
─Acá en Villa María el público es más difícil, estoy nerviosa, porque la película está dirigida para un público de ciudad, donde las tradiciones se están perdiendo, el mensaje es para ellos, especialmente para la juventud. Hoy se va a ver la verdadera recepción, que te guste o no va a haber siempre, pero lo que yo espero y deseo es que se entienda el mensaje y que no aburra (risas).

─Es tu primer largometraje documental. ¿Es una impresión personal o los alumnos de la UNVM se inclinan más por el documental que por otros géneros?
─Es mi primer largo, dirigí un corto hace un tiempo, he actuado y he realizado varios roles; pero siempre estuve parando las antenas en cada cosa que se hace. Creo que hay de todo, los pibes de mi generación, se inclinan mucho por la televisión; hoy es más variado, hay quienes les interesa el ficcional, el documental, muchos en la animación, otros en la televisión y demás. Es muy lindo hacer un documental, es mucho trabajo y hay mucho para aprender, lo que más rescato de esto es la experiencia, te abre mucho la cabeza y te ubica en el lugar donde vos estás. Trabajando conocí mucha gente muy grosa en documentales, y todo eso va marcando un poco el camino.

─En una ciudad donde el cine no está desarrollado, es muy costoso realizar una producción así, ¿no?
─Para poder realizar este documental la UNVM nos dio mucho apoyo, también lo hizo la UNSE (Santiago del Estero) que nos han cubierto mucho el presupuesto, que es alto y algunas empresas privadas. Creo que sin el apoyo de las universidades sobre todo, no podríamos haber trabajado con el nivel que trabajamos (calidad de imagen muy buena, nos brindaron traslado para muchas personas que redunda en trabajo más eficiente, llamados telefónicos, las impresiones, las copias en DVD y tantas cosas más).

─¿Cuál será el camino que seguirá “El embrujo de mi tierra”?
─La idea es difundirla lo más que se pueda, no hay fechas concretas pero lo próximo es Río IV, Córdoba, ver en San Francisco, Cruz Alta, Vicuña Mackenna, en Buenos Aires, Rosario; pero todo lo vamos haciendo a pulmón y a medida que vamos avanzando. La UNVM nos ofreció de difundirlo en Canal Encuentro, aunque aún está en tratativa y por supuesto queremos mandarlo a muchos festivales a concursar. Esta película no tiene fines de lucro, sólo fines culturales, la idea es que se pueda proyectar en muchos lados y las escuelas también; queremos que los niños y adolescentes los vean, no queremos que sean fanáticos del folclore, ni que dejen de escuchar cuarteto o música extranjera; pero queremos que conozcan lo que es el folclore, para que no se pierda lo nuestro.

Y con el mejor de los deseos para esta joven directora y todo su equipo nos vamos despidiendo. Descendemos los peldaños, abrimos la puerta y el calorcito del sol nos abraza de nuevo. Los pájaros siguen ahí, vuelan, danzan alegres, dibujan firuletes en el aire y nos obsequian su canto; ese canto, que como el folclore, siempre está para ser apreciado y valorado. Sólo hay que abrir los sentidos.


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EL EMBRUJO DE MI TIERRA
EQUIPO REALIZATIVO

Ana Karen Grünig: Guión y dirección - Edición
Robinson Ríos: Productor ejecutivo - Post- producción de imagen
Gloria Gonella: Producción ejecutiva
Lautaro Aguirre: Director de fotografía - Cámara - Edición
Federico Menis: Director de sonido
Samuel Figueroa: Asistente de dirección
Fátima Infante: Foto fija
Esteban Monteleone: Asistente de producción
Mauro Pérez: Cámara
Actriz y cantante: Andrea Martínez
Bailarines: Facundo Gómez Orieta y Andrea Gramajo.
Música Original: Federico Menis (dirección musical) Gerardo Gonella (letra) Andrea Martínez (voz)


El Staff agradece el apoyo de:
Universidad Nacional de Villa María
Universidad Nacional de Santiago del Estero
Inagro S.R.L. (Río IV)
Bertone y Cia. S.A. (Villa María)
Balestrini y Cia. S.A. (Villa Nueva)
Bon Quim (Río IV)
Bunker Motel (Villa María - Río IV - Río III)
La Estación / Nueve43 Resto-Bar (Río IV)
Thunder Calzados (Río IV)
José Pesttuggia (Río IV)
y del Gobierno de la Provincia de Córdoba.
(*) Publicado en EL DIARIO del Centro del País, domingo 29 de agosto de 2010.-

domingo, 15 de agosto de 2010

Entrevista a Jorge Luis Borges por Sergio Vaudagnotto

ENTREVISTA A
JORGE LUIS BORGES
RETRATO DE UN JOVEN PERIODISTA


Si Borges viviese, en pocos días más (el 24) cumpliría sus 111 años. Un escritor universal inigualable que ha marcado la literatura del mundo para siempre. Pocos como él han rejuvenecido el lenguaje y la poética toda. Sus trabajos han sido objeto de minuciosos y diversos análisis por los más grandes especialistas literarios. Dueño de una sabiduría envidiable y de una postura política que le generó más de un inconveniente, el autor de “El Aleph” y de tantos libros y textos, está presente en las páginas de EL DIARIO Cultura de hoy.
Estamos orgullos en rescatar una de las entrevistas que nos tocó, no sólo por las palabras del astro literario sino porque el entrevistador es un periodista y escritor muy cercano a nosotros. Hablamos de Sergio Vaudagnotto, villanovense, nuestro Coordinador periodístico, quien parece tener un buen año en cuanto a publicación se refiere. Sergio tiene editos cuatro libros, “Pero tengo mi jaula” (Buenos Aires, 1984); Los héroes viajan en colectivo”, (Buenos Aires, 1986); “Tercero arriba” (Huesca, España, 1994) y “Sacachispas. El fútbol y sus anécdotas más divertidas” (Villa María, 2010). Los dos primeros libros resguardan cuentos y poemas de su juventud y han sido recientemente reeditados en marzo del presente año. El último de los títulos se presentó meses pasados en sociedad, y el tercero contiene artículos periodísticos en el estilo que nos acostumbrara Roberto Arlt.
De ese volumen, reproducimos la entrevista que Sergio le hiciese a Borges cuatro años antes de su muerte. Lo que sigue son dos textos, por un lado el intercambio dialógico entre ambos y por el otro el relato de las circunstancias que envolvieron ese encuentro.
Un encuentro mágico que nos eriza la piel, como seguramente le pasó a Sergio, en esos años de juventud y aprendizaje.



Texto: Darío Falconi
Ilustración: Raúl Olcelli



BORGES:
"YO ESCRIBO CON LA SERIEDAD DE UN NIÑO QUE JUEGA
"

No hay luces encendidas. Todas las formas dependen de la ventana que da a la calle Maipú. Vargas Llosa escribió con razón aquello de que "no hay demasiados libros para ser la casa de él". Borges y su bastón pisan el cuarto y uno acaba por entender que un monumento puede erigirse en un instante, en los segundos que se tarda en dar un paso. Avanza hacia el sofá de tres cuerpos que uno abandona para darle la mano. Todo muy lento "¡Qué cosa!, parece que a este sillón no lo vaya alcanzar en el resto de mi vida". Hace años que repite que no tiene apuros, que ya tiene la vida cerrada, que a su edad el tiempo no tiene valor; pero lo primero que le interesa saber es: "¿Cuánto va a durar esto?" "Y por favor, no me pida un saludo a la juventud, un mensaje al país, en fin prefiero que me haga preguntas concretas".



Por Sergio Vaudagnotto
Publicado por primera vez en
Nuevo País, Agosto de 1983


─¿Qué es lo que le molesta de la realidad?
─Me debería preguntar qué es lo que no me molesta de la realidad, ya que son tantas las molestias. Tal vez esas molestias no me hayan permitido ser un hombre ético aunque lo haya intentado muchas veces. Creo que la realidad es la que me molesta.

─¿Hubiera preferido vivir en la ficción?
─Creo que sí. Yo viví en la ficción hasta que los franceses me inventaron. Ellos me hicieron visible, me pusieron en el mundo cuando yo tenía cincuenta años. En mi país nadie se había dado cuenta de mi existencia hasta que los franceses me premiaron. Hasta ese momento viví nada más que en algunos personajes que había creado.

─¿Cómo le llega la realidad? ¿Por qué medios?
─Yo no leo diarios. Además, me parece una desgracia que la información haya reemplazado a la cultura. A las cosas que pasan las vivo. La gente me para, me cuenta cosas y entonces sé lo que pasa. No hay nada más viejo que un diario de ayer.

─¿Conoce a los escritores argentinos de hoy?
─A esta altura de mi vida yo prefiero releer a leer. Prefiero volver una y otra vez a los clásicos. Imagínese, hace un tiempo vino a verme un señor que quería leerme su libro, que se llamaba... ah sí, "Memorias de un cocinero muerto". Parece cualquier cosa, una irresponsabilidad.

─Creen que es soplar y hacer botellas...
─Uy, soplar y hacer botellas... cuánto hacía que no escuchaba eso. Me lo decía mi madre, todos los días me lo decía si yo creía que algo era sencillo.
Los ojos están buscando a esa mujer. Una mano mueve el bastón, la otra busca el brazo de quien le está preguntando. La ola de ternura lo ha aplastado. Tarda en reponerse...
Sí, hay mucha gente que cree que lo del escritor es soplar y hacer botellas. Me gusta mucho que me haya recordado esto de soplar y... Por mi madre y porque me va a ser muy útil en estos días. Para retribuirle le voy a contar algo que casi nadie sabe. Usted no se lo vaya a decir a nadie, pero yo me llamo Isidoro. Mi padre fue Isidro y yo salí Isidoro. Bueno, parece que esto de los nombres también es soplar y hacer botellas.

─¿Cómo influye la ideología en la obra de un escritor?
─En el caso de Pablo Neruda es indudable que el comunismo lo llevó a ser un excelente poeta. En el caso de Walt Whitman la democracia lo llevó a ser un gran poeta. En el caso de Kippling los deberes del imperio británico lo llevaron a ser un excelente poeta. Aunque las ideologías pueden llevar a resultados igualmente buenos o igualmente malos.

─Y usted, ¿qué ideología inserta en sus escritos?
─Yo no sé si tengo ideología. Soy anarquista en el sentido de que quiero, como decía Macedonio Fernández, un mínimo de gobierno y un máximo de individuo. Lo que sé es que todo arte es inconcebible sin la pasión. El lector debe sentir que el autor está emocionado.

─¿Elige los argumentos de acuerdo con esto o aquello que lo apasiona?
─Yo no lo elijo un argumento. El argumento me elige a mí. De pronto yo siento que algo está por suceder y ese algo será después de un poema, por eso me llega.
Los antiguos hablaban de la musa, ahora suele hablarse de la subconciencia, pero es lo mismo. Son distintas metáforas del hecho de que algo está por sucederle al autor y de que ese algo se convierte después en un texto.

─¿Fue un trabajo escribir?
─No, yo no lo entiendo así. Al contrario, creo que el hecho de soñar y escribir es agradable. Yo escribo con la seriedad de un niño que juega. Creo que si se nota el esfuerzo de un escritor, el escritor ha fallado. El defecto de Lugones y el de Quevedo es dejar que se sienta el esfuerzo.

─Usted ha hablado de “publicar para no pasarse la vida corrigiendo originales”. ¿Esto ayuda a conservar la frescura del trabajo?
─Es que si uno trabaja demasiado se nota que hay algo sobreescrito y, entonces, se nota el esfuerzo.

─¿Cometió algún error como escritor?
─Sí, el ultraísmo fue un error. Fue inspirado en el prólogo de la Novela Sentimental de Lugones. Lugones afirma en ese prólogo que la metáfora es un elemento esencial en el verso y los ultraístas pensábamos lo mismo. Ahora creo que hay versos hermosos sin metáfora.
Además, creo que las metáforas esenciales ya han sido. Una de esas metáforas sería el tiempo y el río, que sin dudas ha sido usada por todos los poetas en todos los idiomas y cada vez con un sentido distinto. Otra metáfora esencial sería la que compara las estrellas con los ojos. Hay una novela de un escritor americano que dice "...desde arriba nos miran las estrellas"; pero también hay una de Chesterton que dice "una nube mayor que el mundo y un monstruo hecho de ojos".
Otra puede ser el hecho de comparar el hecho de morir. Cuando la Biblia dice "...duerme con tus mayores", como los mayores están muertos, se refiere a la muerte. Lo que uno puede inventar son metáforas sorpresivas, pero las esenciales ya están. De manera que yo creo que los ultraístas estábamos equivocados. Además, por lo poco que sé de poesía japonesa ─sólo he leído algunas traducciones─, se prescinde de metáforas. Un poema japonés sería: "Se ha posado una mariposa sobre la gran campana de cobre". No hay metáfora, pero se ha contrastado lo frágil o fugaz de la mariposa con lo duro y centenario de la campana.

─¿ Todo lo escribió por necesidad?
─Todo lo que me salió bien lo hice así.

─¿Necesidad de comunicarse con la gente?
─No sé. Puedo decide que no acostumbro leer lo que se escribe sobre mis obras.

─¿No le importa cómo las recibe la gente?
─Si, es bueno que sean bien acogidas, yo agradezco eso, pero cuando finalizo un libro ya estoy pensando en lo que escribiré. Es lo que me sucede.

─¿Es un buen mercado la Argentina?
─ La gente sigue leyendo aquí a pesar de lo mal que estamos económicamente. Si, afortunadamente la gente sigue leyendo.

─¿Ni una sola reflexión sobre la actualidad nacional?
─Parece un cuento fantástico lo que ha pasado aquí. Hubo una dictadura digamos... irresponsable, que ha matado de muchas formas... La plata que se ha gastado en el fútbol, las autopistas y, mientras tanto, en un hospital de aquí, de la Capital, todos los días se presentaban casos de niños hambrientos.
Como los militares han demostrado su enciclopédica incompetencia y de los otros partidos mejor ni hablar, me alegra que hayan ganado los radicales. De modo que yo creo que nuestro deber de argentinos es sostener a este gobierno, que por lo pronto es un gobierno de caballeros.
Quizá la esperanza sea un deber, una necesidad...
Le repito que lo que pasó aquí parece un cuento fantástico.
En un país que lo tenía todo: una fuerte inmigración, una fuerte clase media, no había problemas raciales ya que los indios los matamos y los negros se murieron (se ríe). Bueno, y somos más europeos que los europeos. Porque un europeo es un italiano, un inglés, un alemán... en cambio nosotros vamos tomando cosas de todos ellos.

─Usted acaba de mencionar el tema de la matanza del indio. Cuando Roca hace la campaña, ¿no comete el error de matarlo en lugar de incorporarlo a la vida en sociedad?
─Cuando Roca hace la campaña al desierto ya estaba todo hecho. Fue un verso militar. Mi abuelo participó en esa campaña y quedó en mi casa un libro titulado "La estupenda conquista". Si observamos que de un lado había rifles y del otro lanzas, la conquista sería menos estupenda de lo que pensamos.
Los indios no sabían lo que era un aljibe, una casa, pero se los hubiera podido integrar.

─¿Le gusta que lo premien?
─Necesito el dinero de los premios para vivir, pero también me gusta recibirlos.

─¿Cómo recibiría el premio Nobel?
─Con mucho asombro y con mucha gratitud. Parece que se ha agregado un rito más a tantos otros hoy en el mundo; ese rito escandinavo de prometerme cada año el premio y dárselo después a otro, prometérmelo al año siguiente... Una ceremonia casi exacta, que se repite año tras año como la Navidad o el Día de Reyes. Está incluida en el calendario y no creo que se atrevan a romper esa tradición. Ahora ya soy el candidato número uno para el año que viene, siempre para el año que viene, lo cual hace que todo dure más y se vaya dilatando la esperanza.

Jorge Luis Borges, Isidoro Borges. Borges.



EL VIEJO DIARIO DE HOY


Por Sergio Vaudagnotto
Publicado por primera vez en
Navarra Hoy, Setiembre de 1992




En 1982 era yo un estudiante de periodismo que había conseguido filtrarse en la redacción de la agencia noticiosa Saporiti, en Buenos Aires.
Gonzalo (y no recuerdo su apellido) era un español que nos enseñaba literatura en la facultad, y que nos hizo conocer Latinoamérica a través de García Márquez, Vargas Llosa, Donoso, Amado, Benedetti, Cortázar, Fuentes...
Cierto día, Gonzálo subió las escalinatas lentamente, con mucho cuidado. Un ciego, Borges, iba cogido de su brazo.
El anciano hablaba ante futuros periodistas y decía estar triste "porque la información ha reemplazado a la cultura". Al cabo de unas horas se tenía que ir y, entonces, aplaudimos. Estábamos tensos, sorprendidos, congelados como pájaros de cristal. Buena parte de esa noche la pasé saltando por páginas suyas. A la mañana siguiente, cuando llegué a la agencia, busqué su número. Esperé que se hicieran las 11 y (81.74.18) le llamé: Atendió una mujer a la que le dije: "De parte de un periodista de la agencia Saporiti". Luego ya escuché su voz: "¿Vendría usted a las cuatro de la tarde?". No lo podía creer. Mi compañero de estudios Luis Freitas fue un testigo disfrazado de reportero gráfico. Testigo de dos de las más valiosas horas de mi vida. Salí de ese apartamento, en la calle Maipú, a metros de la plaza San Martín, y fui a ordenar mis poemas y luego a una imprenta. Fue mi primer libro. "Uno no puede pasarse la vida corrigiendo originales", había dicho Borges.
Pero fue tanto lo que dijo, tantas las palabras que guardó en las dos cintas que hoy he vuelto a escuchar, que en aquel momento estuve dando vueltas y más vueltas para titular la entrevista. Finalmente escogí dos frases: "Nada es más viejo en este mundo que el diario de ayer” y “Escribo con la seriedad de un niño que juega”.
Me quedé con la segunda. Pero la primera acompañó el nuevo y pujante periodista que fui.
Ahora, a la vuelta de diez años, muerto Borges, desaparecida Saporiti, aniquilados mis sueños jóvenes, siento una relativa indiferencia hacia las noticias. Siempre invaden los mismos, siempre mueren los mismos, siempre roban los mismos, siempre pagan los mismos... Nada es más viejo en este mundo que el diario de hoy.


(*) Publicado en EL DIARIO del Centro del País, domingo 15 de agosto de 2010.-

domingo, 8 de agosto de 2010

Carcajada Bochinchera.com - Cuando la música desborda las aulas

CUANDO LA MÚSICA
CARCAJADA BOCHINCHERA.COM
DESBORDA LAS AULAS


Siesta a mitad de semana.
Los árboles raquíticos, el viento que se hace sentir, la calle que costea el río. Las máquinas trabajan en el cauce del Ctalamochita intentando restituir su curso.
Los tonos marrones y sus degradados van marcando el camino. Acordamos encontrarnos en la casa de una profesora de Conservatorio para hablar de un proyecto conjunto de alumnos, docentes e institución. Una actividad que lleva cuatro años de realización y que ha dado sus frutos.
Llegamos al lugar, entramos y nos reciben con mate caliente. El frío de afuera queda en la puerta, porque acá dentro el calor del hogar nos envuelve y armoniza el encuentro.
Están con nosotros las docentes Claudia Cerutti y Silvia Espíndola, y los alumnos Daiana Cativelli, Juan Gudiño Pagola y Valentina Gaitán.




INICIOS DEL CONCERTARTE
Claudia Cerutti y Silvia Espíndola son docentes del Conservatorio Provincial de Música Felipe Boero, específicamente de las unidades curriculares “Práctica Docente” y Práctica Coral”.
Ellas sintieron un llamado, como el sonido de esa flauta que recorre la casa mientras escuchamos de su proyecto. “Los alumnos tenían una necesidad de hacer música, de actuar, de poder volcar lo que aprenden a un público real”, que no fueran siempre sus compañeros o profesores quienes oficiaran de auditorio. Fue así como en 2006 las docentes mencionadas se propusieron y lanzaron el primer “ConcertArte”. A través de una temática común (cantar y tocar), pudieron integrar a todos los alumnos a esa actividad. Pero no lo hicieron solos, pudieron compartir estas ideas e inquietudes con los alumnos de la Escuela de Bellas Artes Emilio Gómez Clara, en una puesta en escena que trabajó género y estilo desde lo musical y luz-color desde lo visual.
La propuesta fue un éxito y fue la inyección de motivación para que los años siguientes se continuara perfeccionando el proyecto. Luego cambiaría la temática y la modalidad de integración haciéndose más compleja y por lo tanto más rica por la cantidad de elementos y saberes conjugados. Fueron nuevos alumnos los que se sumaron a “poner las manos en la masa” y generar variaciones sobre el repertorio aprendido.
Claudia nos cuenta que “en la organización estaban los chicos de cuarto año, ellos eran los que convocaban, los que proponían los temas, los que organizaban y los que distribuían tareas a los demás”. Las docentes tenían el desafío de integrar a la mayor cantidad de gente, y reconocen que desde ciertos espacios curriculares eran muy permeables a la adaptación, mientras que otros no tanto; de todas maneras buscaron la forma e involucraron hasta gente que no es de la institución.
Mientra el mate circula en esta ronda, los entrevistados resumen el crecimiento que tuvieron desde que comenzaron con esta inquietud, nos dicen, “un año tuvimos teatro, plástica, sonido, iluminación… se fue haciendo cada vez más grande. Hasta que llegamos al año pasado, con un grupo de chicos que no tenían las mismas inquietudes que cuando comenzaron con el proyecto; ellos tenían solucionado el tema de tocar, porque son músicos, pero una de las cosas que no les era natural, son las prácticas con chicos de jardín de infantes. Entonces nos propusimos trabajar con su niñez, y arrancamos yéndonos de viaje.”


COSA DE CHICOS
Esa es la punta del ovillo del último “ConcertArte”. Los alumnos necesitaban regresar a su infancia para poder entender a los más pequeños y poder ubicarse entre ellos. Silvia nos cuenta “fuimos de viaje al museo Barrilete, para conectarnos con la niñez y con la obra de arte, personalmente. Había muchas cosas de física, de plástica y notamos que había poco de música o eran muy precarias.”
Habían viajado alrededor de 15 alumnos de los últimos años a Córdoba y al regresar llegaron con muchas ideas en la cabeza. El desafío esta vez era hacer algo similar a lo que vieron y en grupo de tres alumnos debían diseñar dos espacios donde los infantes tuvieran el acceso a poder tocar y cantar con algún parámetro musical concreto y, en otro momento, una instancia más lúdica relacionada con lo musical.
Daiana Cativelli, es una de las alumnas que participó activamente del proyecto, nos cuenta que tenían muchas ideas, pero que se autolimitaban porque creían que no podían realizarlas “En varios talleres hubo que recurrir a gente que supiera cuestiones de electrónica, de electricidad, de cables y cosas así”, expresa Juan Gudiño Pagola, y remata “me llamó la atención, que no nos permitíamos soñar, nos reprimíamos el deseo, cosas que estaban alejadas de nosotros y al final se logro lo que queríamos”. Por su parte Valentina Gaitán, hizo hincapié en la insistencia de las profesoras, de que era posible hacerlo y de que fue muy bueno armarlo y que los chicos se interesaran en el mismo.


ESPEJO INFINITO
La actividad del presente año, podría definirse como la más completa; ya que venían de tres años de experiencia y sobre todo porque la participación en el mismo fue libre y voluntaria.
Como si toda la actividad fuese poca, incluyeron el proyecto como material de análisis de un curso de capacitación docente, desarrollado desde el Conservatorio. Fueron convocadas las maestras de música de la región, que en cuatro encuentros pudieron conocer y ser parte del mismo; ya que la evaluación versaba en un diseño de un espacio más al recorrido que venían proponiendo el grupo organizador de los “ConcertArte”. “Fue como un espejo infinito lo que quisimos hacer, lo que hicimos con ellos, lo hicimos con las docente, y después se volvió a repetir en la evaluación del curso se puso en concreto en el recorrido y después ya vinieron con sus alumnos.”
Participaron de ese curso, profesionales que desde otras disciplinas nutrieron las miradas; así la Lic. Mariana Aimino aportó su conocimiento desde la psicología y Soledad Cabezas desde el teatro.
Claudia reflexiona “fue muy bueno, esto de reconocernos niños en algún momento, ver que cosas nos impactaron en aquellas instancias, ver que nos movilizaba y ver qué es la infancia hoy, que cosas las atraviesan, que es lo que los afecta, que es lo que los mueve, que no y por qué. De todo eso versó el curso”.
A toda la tarea adicional que representó movilizar el emprendimiento, le sumaron el hecho de proponerlo como Proyecto de Mejoras Institucional que bajó el INFOD (Instituto Nacional de Formación Docente) y así recibieron apoyo económico que le ayudó a solventar los gastos. Claro está que cada actividad que se sumaba era tiempo extracurricular que había que invertir, pero nada los detuvo. Reconoce Juan, “estamos cansados, pero muy felices”.
Mientras el calorcito del hall nos abraza y el mate no merma su marcha, Silvia hace hincapié en que la música debe pasar por el ser humano, “debe pasar por el niño, para que él después pueda proyectarse, porque si eso no ocurre, es en vano todo lo lindo que se pueda hacer por fuera. Entonces eso es lo que proponemos en la cátedra y la base de este curso.” Mientras que Claudia completa el enunciado con sus palabras que expresan que si la música “no pasa por el docente, tampoco puede hacérsela sentir a los chicos”.


DARSE CUENTA
Las expectativas fueron colmadas de sobremanera, tanto para las docentes como para los educandos. Así lo manifiesta Daiana, “lo sentí como actualizarse. Los docentes han recibido una educación de una manera y los chicos cambian, cambian las formas de dar clase y las formas de aprender también. Hay que renovar esas formas de enseñanza”.
Claudia nos cuenta que previamente realizaron un trabajo con las escuelas y lo recogieron en un material audiovisual que también formó parte del curso. Trabajaron sobre distintas corrientes en la educación y recalcó una de ellas de Vigotsky, que sostiene que “hay que partir de lo que el chico trae y desde ahí evolucionar o proyectarse; pero muchas veces se desecha lo que el niño trae, porque no es lo que nosotros quisiéramos que trajeran”.
Más que satisfecha está Silvia, porque “dieron resultado todas las teorías que habían visto, al ver que eso ocurre te deja tranquila. Es muy positivo que los alumnos se vayan dando cuenta que las teorías se pudieron aplicar y así estar más tranquilo con algunas cosas.” Por su parte Claudia enfatiza el hecho de ver la conexión entre teoría y práctica y dice “es bueno ver que la teoría y la práctica son una sola cosa y los alumnos se dieron cuenta”.
Y entre elogios, anécdotas y detalles de ese arduo trabajo van construyendo esta charla, que es también un balance positivo del trabajo conjunto de alumnos y docentes orientados a un mismo fin. Juan aporta su impresión y enumera rápidamente algunas de las actividades que hicieron: “está bueno entrar al aula y que ésta no sea el aula tradicional, fría, como son las aulas… era otra cosa, en un aula había tambores, una especie del juego imbatible, otra oscura con pantalla gigante, un laberinto, había computadores… es importante saber que también se puede trabajar fuera del aula y del cuaderno”.


CARCAJADA BOCHINCHERA.COM
Cuando interrogamos por el nombre que identificó el proyecto, nos cuentan de cómo a partir de un torbellino de ideas y de la participación de todos nació esta expresión que los identifica. Cuando uno lo lee inmediatamente le remite a la alegría, a la diversión de los chicos que vivieron la música y emplearon la tecnología que tenían a su alcance para desarrollar semejante actividad.
La tecnología no fue un factor menor, ya que el Conservatorio, además de recibir edificio nuevo, estrenaba elementos enviados por el Gobierno de la Provincia, como lo son micrófonos, computadoras, proyectores, instrumentos varios, un auditorio… “usamos todo lo que nos había llegado”, aportan con amplia sonrisa. “Estamos convencidos de que la escuela pública no es de la escuela, sino de la comunidad y debe estar al servicio de ella; todo lo que podemos hacer hay que volcarlo nuevamente a la comunidad”. En ese momento de balances, no quieren dejar de agradecer a la institución que le facilitó todo lo que estuvo a su alcance para desarrollar “La Carcajada”.
Esto es una muestra de cómo cuando alumnos y docentes comparten un mismo objetivo, el de aprender y el de aprenderse, todo es posible. Felicitaciones.





CONCERTARTE
Alumnos participantes

Silvio Mansilla
Leandro Ramírez
Virginia Coccioli
Daiana Cativelli
Alan Salas
Angélica Camandone
Juan Gudiño Pagola
Melina Davini
Natalia Reynoso
Karin Camandona
Valentina Gaitán
Emilia Caram
Gonzalo Beletti
Jonathan Castro
Matías Sánchez
Marcos Barreras
y los que se sumaron…

Docentes a cargo
Claudia Cerutti
Silvia Espíndola


(*) Publicado en EL DIARIO del Centro del País, domingo 08 de agosto de 2010.-

domingo, 1 de agosto de 2010

Pablo Costantino Felipe. Fotografía, la búsqueda interminable

ENTREVISTA A
PABLO COSTANTINO FELIPE
FOTOGRAFÍA – LA BÚSQUEDA INTERMINABLE


Busca una posición y dispara. La toma es buena, pero intenta otras con diversos ángulos.
Busca mejorarse y realiza cursos en la ciudad y la provincia. Aprende cosas nuevas e interesantes, pero no se detiene.
Busca en blanco y negro, en color y con diversos efectos. Le gusta pero quiere más.
Busca refrescar la cabeza haciendo fotografías en diversos destinos. Se contenta con nuevas miradas, pero no se conforma.
Busca representar la realidad en revistas, en los diarios, en las muestras; pero siempre con un toque artístico que lo caracteriza. En el arte no hay límites, sólo los que nosotros deseemos crear. Él lo sabe, y con su corta edad reconoce no alcanzarle el tiempo para aprender y experimentar en este mundo tan amplio de la fotografía.
Pablo Costantino Felipe es un joven de la ciudad que comenzó la búsqueda de su camino, una actividad que lo desafía todos los días y que lo convertirá, con el tiempo, en un testigo de un momento, de una realidad… de una época.



EL ENCUENTRO
Nos detenemos frente a su casa, que se encuentra pintada de un color rojo intenso, con esculturas de hierro en el frente, macetas hechas de cactus y otros adornos que la individualizan del resto.
Nos saludamos como si lo conociéramos de toda la vida. Nos hace pasar a un living-comedor embellecido con muchos objetos artísticos, pinturas y esculturas hechas con sus manos, fotos adheridas a la pared, pilas de revistas Rolling Stone en un rincón, muebles rústicos, buena música y una mesa que nos aguarda con mate, galletitas y carpetas con sus trabajos.
Pablo culminó sus estudios secundarios en el colegio Bernardino Rivadavia y en sus últimos años optó la especialidad en arte, motivado por influencias de la familia, principalmente por su abuelo.
Sus incursiones en espacios de formación registran algunos cursos en la ciudad, como el de fotografía de viaje con Juan José Oddino. El año pasado cursó estudios en un instituto privado de la Capital, pero no convencido, lo abandonó a la mitad del año; sin embargo, y a pesar de decirnos entre risas que “nunca termino nada”, mientras cursaba estos estudios realizó dos talleres de fotoperiodismo con el fotógrafo cubano Tomás Barceló Cuesta y Sebastián Salguero de La Voz del Interior. En la actualidad está estudiando en la Escuela de Bellas Artes, aunque mucho de lo que ha aprendido se lo debe a su curiosidad.


EL TRABAJO
Uno de los sueños que Pablo desea cumplir es poder trabajar en el fotoperiodismo, por ese motivo se sorprendió que lo llamasen de un medio gráfico, luego de presentarse una de sus muestras. Nos confiesa sorprendido, “era como cumplir muy rápido lo que quería”.
Su iniciática incursión en el fotoperiodismo de manera profesional lo llevó a cubrir actos políticos, partidos de fútbol, carreras de motos, juicios y otras actividades que no son a las que estaba acostumbrado. En esta actividad en la que hay mucha tensión, por las situaciones irrepetibles a las que se expone el fotógrafo; Pablo se siente bien, “me gusta jugarme”, nos dice.
El deporte no ha sido una actividad en la que nuestro entrevistado haya seguido a través de sus años, pero reconoce que salir a cubrir las diversas competencias es lo que más le gusta hacer, le fascina resaltar a la persona y su despliegue en ese campo.
Entre sus próximos pasos está seguir trabajando en el fotoperiodismo, en una flamante revista de interés general, realizada en colaboración con algunos redactores de este medio.
La ciudad de Villa María ha visto incrementada sumamente el número de gente dedicada a la fotografía, tanto aficionados, como aquellos que han podido realizar cursos y carreras universitarias en los últimos años. Por ese motivo le consultamos, en cuánto dificulta la tarea profesional el hecho de que sean muchos quienes cultivan esta actividad. Pablo, reconoce un desarrollo importante, pero nos contesta que no le interesa la competencia, le gusta abrirse y tratar desarrollar de la mejor manera su trabajo.
Reconoce en esta ciudad a los “viejos” fotógrafos y resalta a los nuevos valores como Luciano Menardo y Javier López. Considera que hay muy buenos fotógrafos en Villa María, y destaca la diversidad de miradas de cada uno.


LA TECNOLOGÍA
Cuando apreciamos las fotografías de Pablo, además de cierto goce estético, notamos poca intervención en lo que a retoque digital se refiere. Es que nuestro entrevistado, a diferencia de la mayoría de los que se dedican a este actividad, le da muy poco espacio a las herramientas gráficas como el popular Photoshop. “Le esquivo un poco a la tecnología”, quiere dar la imagen más natural y fresca posible.
El viejo dicho popular de que la imagen vale más que mil palabras es una de las posiciones a las que Pablo suscribe. En ese recorte de la realidad que pasa por la cámara y termina impreso en el papel, no todo es arte. El joven nos dice que para que así sea debe haber una crítica, más allá de los fundamentos que su autor pueda aportarnos.
Entre sus gustos puede reconocer el expresionismo alemán, le gusta mostrar los contrastes, lo muy blanco y lo muy negro; esas fotografías en esos tonos son las que más nos dicen, la que nos permite apreciar cada uno de los elementos que se nos están mostrando y que muchas veces no podemos apreciar porque el color nos distrae.


BÚSQUEDA HUMANA
En una era donde es posible realizar una cantidad infinita de disparos para luego revelar lo que denominamos fotografías, Pablo reconoce clickear muchas veces el botón de su cámara Olympus E520, como así también borrar mucha cantidad y luego arrepentirse, ya que en ese vertiginoso sacar y borrar, se pierden, a veces, algunas fotos interesantes.
No posee estudio fotográfico y esto quizás se deba porque está desarrollándose como fotógrafo; pero también porque a Pablo le gusta trabajar in situ. Se moviliza hasta el lugar donde está la acción, las personas y la historia.
Para Pablo la mejor fotografía es la que muestra de manera más acaba lo que pasa en el momento, aquella que se puede convertir en un documento de la realidad. Pero para llegar a ello, cree que debe haber cierto respeto por el otro; no le gusta mostrar la foto más llamativa o impresionante de algún hecho sin pensar, antes, en las consecuencias que para el otro pueda traerle.
En su filosofía esta el continuo encuentro con el otro, una manera de conectarnos con las demás personas a través de la fotografía; así este arte se transforma en un nexo, en un vehículo en que pueden establecerse relaciones.
Pablo Costantino Felipe es un fotógrafo en crecimiento. Está recorriendo el camino, aprendiendo de las formas más diversas, pero siempre con esa constante búsqueda de lo estético y artístico embebido en la realidad que le da marco a la vida.
En varias oportunidades de la charla declaró aún no encontrarse, seguir probando y desarrollándose en un camino en que se exige cada vez más. La búsqueda trae conocimiento y éste el crecimiento personal y profesional de una persona.
Pablo, seguí tu búsqueda, ojalá, no te encuentres nunca.


(*) Publicado en EL DIARIO del Centro del País, 01 de agosto de 2010.-