domingo, 18 de diciembre de 2005

Rocambole

LAS FORMAS DEL ENSUEÑO
Diálogo con el artista platense Rocambole



José Ricardo “Mono” Cohen, más conocido en el ambiente artístico como Rocambole estuvo en una fugaz visita por Villa María. Fue convocado desde la UNVM para conformar un tribunal de concurso en el espacio curricular Animación Computada de la Lic. en Diseño y Producción de Imagen.
Tal vez usted se pregunte quien es Rocambole, si bien sus obras no son conocidas en nuestro interior, es posible que tenga alguna imagen de su autoría muy cerca, quizás de su vecino o hasta en su misma casa. Revise bien, en algún rincón de su inmueble es probable que encuentre algún disco de LOS REDONDITOS DE RICOTA, banda que generalmente ha sido tildada de manera injusta como generadora de disturbios. ¿Qué tiene que ver Rocambole allí? Él fue el responsable del arte de tapa de todos sus discos y escenografía. Pero su obra no comienza ni termina allí, desde muy pequeño tuvo la inclinación por trabajar “con todo aquello que pueda dejar una señal sobre la superficie”. Rocambole es actualmente el vicedecano de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Nacional de La Plata, tarea que ejerce junto a la docencia, el dibujo y la plástica en general.
EL DIARIO CULTURA mantuvo un breve pero sustancioso diálogo donde se rozaron temas de su trabajo, sus estudios, su relación con la mítica banda de rock, y hasta quedó flotando la idea de una futura exposición en esta Ciudad que es muy factible se concrete a mediados de 2006. Con ustedes Rocambole.




- Sabemos que es docente, artista, directivo, ¿de qué manera se autodefine?
- Lo de artista entre comillas. Una de las cosas que siempre tengo conflicto es con la palabra artista, más bien me considero como una especie de realizador o trabajador con respecto a las imágenes. Me gusta definirme más bien como dibujante, tengo un especial cariño con esa palabra, porque recuerdo que antiguamente tanto en los medios gráficos como en otro orden existía el dibujante, en un diario antes no existía el diseñador gráfico, había un dibujante, en una imprenta había un dibujante, en una gran tienda tenían un dibujante vidrierita que pintaba los carteles.

- ¿Cómo puede describirnos su trabajo?
- Fundamentalmente trabajo con imágenes porque desde chico, como casi todas las personas, tuve una inclinación por expresarme a través de las imágenes. Siempre digo que hay una especie de divorcio en la educación con respecto a la capacidad del hombre, de la gente, de los niños en cuanto a expresarse por imágenes y la otra expresión que es la verbal. Siempre se prioriza y estimula la verbal, pero nada, o casi nada con respecto a lo que es la expresión de la inteligencia visual; que para mí, es una cualidad innata del hombre que aparece desde muy temprana edad y que probablemente en el curso de la educación formal pareciera que esas capacidades se aquietan porque se desarrollan otras.

- ¿Qué tipo de materiales emplea?
- Trabajo con todo aquello que pueda dejar una señal sobre la superficie. Como ilustrador soy una especie de devorador de técnicas, cuando aparece una nueva técnica o desconocida para mí, inmediatamente quiero aprenderla. He trabajado en acuarela, grabado, pintura al óleo, acrílica, he hecho experimentos con volumen, he trabajado con arcilla, también con serigrafía, otro tanto cuando descubrí por ejemplo el aerógrafo (un pequeño soplete que produce efectos muy interesantes) y por último con las nuevas tecnologías. Empecé a practicarlas al principio tímidamente, hoy día a pesar que soy bastante viejo y me cuesta aprender este tipo de tecnologías algunos programas sencillos puedo usarlos como expresión también.

- ¿Cómo influye esta tecnología en la tarea que usted realiza?
- Al principio como todo el mundo sentí una especie de pequeño temblor pensando que habían inventado la maquina de pensar o de crear, pero todavía falta mucho para eso. Todavía siguen siendo una herramienta en el mismo sentido que lo es una paleta de colores. Son paletas muy eficaces en algún aspecto pero que tienen límites en otro, fundamentalmente lo mejor que tienen es la posibilidad de ver el trabajo en sus infinitas variantes de una manera rápida. Eso con otra técnica como la manual resultaría bastante difícil, por otro lado dan una cantidad de opciones tan gigantescas y tan infinitas que puede perturbar un poco la idea que pueda tener un realizador; más bien hay que entrar a una computadora teniendo ya previamente las ideas bastante clarificadas.

- En ese caso, ¿cuál es su fuente de inspiración?

- Mi fuente de inspiración casi siempre fue el tipo de imagen que da la historieta y la inspiración proviene de los temas naturales del hombre; han dicho algunos escritores que los temas fundamentales son el amor, la locura, la muerte, la justicia, la injusticia; casi todos esos son temas que he tocado.

- Conocemos también que se ha graduado tardíamente, ¿a qué se debió?
- Es que yo fui de ganarme la vida desde muy chico y elegí ganármela con el pincel y el lápiz. Me costó llegar a los estudios superiores, porque toda persona que en un país como éste tenga que estudiar y trabajar le es bastante costoso. Tampoco estaba muy definido en cuanto a lo que quería estudiar, suponía que si yo en algún aspecto podría expresarme en imágenes no necesitaba aprender, pero finalmente terminé recalando en una facultad de una universidad donde tradujeran aquellas formas que yo utilizaba para aprender un poco de vocabulario como si pudiera de alguna manera adquirir criterios conceptuales; o sea, si ya lo práctico lo manejaba la universidad le daba a uno la capacidad de por lo menos conceptualizar.

- En el imaginario social tenemos a Rocambole como el creador de las tapas de LOS REDONDITOS DE RICOTA, ¿No le molesta o incomoda que lo cataloguen por una parte de su obra?
- No, en un aspecto estoy agradecido al hecho de haberme vinculado a estos amigos míos que se convirtieron en un fenómeno social de masas, esto permitió que mis trabajos se difundieran de una manera que yo jamás hubiera pensado y eso me parece fantástico. Por otro lado, lo negativo de ese asunto es que muchas de estas imágenes se transformaron en íconos, en una especie de estampitas que los chicos idealizaron y yo soy bastante enemigo de todo aquello que tenga que ver con al idolatría. No me gusta el ídolo, no me gusta la estrella de rock and roll que se transforma en ídolo. A mí me gusta un buen músico que hace una buena música y me gusta ver un buen artista que hace una buena imagen; pero muy lejos del concepto de idolatría. El concepto de idolatría no tiene un criterio crítico y a mi me interesa los criterios críticos. Además, lo que yo hice con PATRICIO REY Y SUS REDONDITOS DE RICOTA es prácticamente la última parte de mi vida, yo siempre dibujé y pinté durante muchísimos años, mis imágenes eran bastantes parecidas siempre. Pienso que mucho más importante para mí y mi formación fueron aquellos trabajos que hice con grupos de rock anteriores como por ejemplo LA COFRADÍA DE LA FLOR SOLAR que fue una especie de salto hacia al futuro.

- ¿Se considera un redondo más?
- (Dubita unos segundos y responde) LOS REDONDITOS DE RICOTA ya no existen, existían en cuanto estaban unidos, ahora no hay nadie que sea redondito de ricota, sólo existen cuando están todos. Los que están ahora hacen covers de LOS REDONDOS.

- ¿Con qué otros grupos ha trabajado?

- He tenido muchos amigos vinculados al rock nacional sobre todo de los primeros tiempos, MIGUEL CANTILO, CLAUDIO GABIS; últimamente trabé relaciones con los chicos de ATAQUE 77 que me propusieron hacer una tapa. Hay muchos otros grupos más que no han accedido a la fama con los cuales yo he trabajado. También hice una tapa para un compilado que se lanzó luego de la muerte de FRANK ZAPPA.

- ¿Qué tiene más valor para usted, una exposición en el MALBA o ver a algún fanático vistiendo una remera con algún dibujo suyo?
- Indudablemente la exposición que me permite el hecho de que mis imágenes se difundan sobre cualquier soporte de ese tipo, como remeras, mochilas, calcomanías, me satisface más por el hecho de que tienen mayor penetración, llegan más lejos, se reproducen en mayor cantidad. Una exposición en el MALBA la van a ver personas vinculadas específicamente a las artes plásticas y no todas, solamente las que pueden acceder a Buenos Aires y pagar la entrada que es bastante cara. Prefiero aparecer en la tapa de una revista de historietas que una exposición en el MALBA, porque este último tiene una permanencia a nivel socialmente artístico, pero a mí los pasillos del arte oficial nunca me interesaron, tampoco esa parte del arte se han interesado en mí, yo jamás gané ningún premio; soy invitado a exposiciones por la fama lograda a través del arte popular de la ilustración.

- Además de la pintura y la música, ¿qué otra manifestación artística le interesa o le gustaría incursionar?
- A mí me interesa todo, yo siempre dije que nunca tuve una vocación particular, últimamente me está interesando muchísimo la animación, el cine, la música... de toda la vida; si yo tuviera cuatro o cinco vidas creo que recién ahí comenzaría a alcanzar a hacer las cosas que me gustan.

- ¿Qué música escucha?
- Yo soy bastante ecléctico, me gusta la música buena, me gusta un tango de los buenos como una manifestación étnica de Asia o un folklore argentino; cuando yo digo bueno, digo bueno para mí, no soy quien para juzgar la música de un punto de vista muy excelso; pero me gusta aquella música que tiene buena factura, que expresa emociones, aquella donde el músico realmente pone gran parte o casi todo lo suyo. Particularmente en cuanto a género lo que más escucho obviamente es rock y blues, sobretodo rock nacional de los primeros tiempos, no es como un viejo tanguero que recuerda la música que lo hizo emocionarse en su juventud y siempre la tiene escuchando.

- ¿Tendremos alguna vez el placer de ver a Rocambole exponiendo en Villa María?

- Y sí, si me invitan yo vengo. Yo he expuesto en lugares ignotos, últimamente me invitó una escuela de una localidad que yo jamás había escuchado nombrar, se llama Piedritas, que queda en el límite de la provincia de Buenos Aires con La Pampa, y allá fueron las obras. Yo voy a donde me invitan, es más, me interesa bastante las exposiciones en el interior porque es allí donde hago nuevos amigos, conozco gente que a lo mejor me sería muy difícil conocer sino fuera por esas circunstancias; en cambio, el hecho de exponer en lugares centrales como Buenos Aires, es como que el contacto con la gente es mucho más frío y no se llega a ese nivel de amistad que a veces uno puede lograr en el interior.
(*) Publicado en EL DIARIO DEL CENTRO DEL PAÍS, el domingo 18 de diciembre de 2005.-

domingo, 13 de noviembre de 2005

Melisa Merkusa Scheuermann

SENDEROS DE MAGIA
Diálogo con la escritora y dibujante tucumana Melisa Merkusa Scheuermann




Nació en Tucumán el 14 de enero de 1986 y con tan solo 19 años ya posee dos libros éditos, EL MUNDO DE LOS SUEÑOS (MAGNA, 2002) y UNICORNIOS Y DRAGONES (DE LOS CUATRO VIENTOS, 2005). Ambos recrean mundos fantásticos donde conviven (y en algunos casos sobreviven) dragones, unicornios, duendes, hadas y otros personajes mágicos que se describen con una prosa perfeccionista. Acompañan a los textos gran cantidad de dibujos realizados por la autora que ilustran de una manera más acabada estos compendios de magia. A continuación y sin más preámbulos parte de la extensa charla que EL DIARIO CULTURA mantuvo con la joven escritora.


-¿Cómo fue la experiencia de querer publicar con tan corta edad?
-Siempre fue un inconveniente para mí la edad, me dedico a las producciones de literatura fantástica desde los ocho años y mi primera novela la escribí a los once. Inicié mis contactos con editoriales de todos lados del mundo intentando publicar la obra a los trece años, como mis contactos eran principalmente por mail pensaban que era una persona mayor, ya que siempre tuve la particularidad de hablar como si fuese adulta; pero cuando pedían mis datos biográficos chachan... ahí se terminaba el contacto.

-¿Podrías contarnos como finalmente pudiste publicar?
-Tenía muchos contactos, aparte participaba siempre en concursos; hasta que logré dar con la editorial MAGNA de mi provincia y ellos publicaron la obra. Obviamente no tuvo mucha publicidad y fue una tirada chica de tan solo 400 ejemplares, pero logró venderse todo. Muchos lectores a raíz de que leyeron la reciente obra desean conseguir la primera. En estos momentos estoy con el tema del nuevo libro, pero tengo en mente una reedición del primero para más adelante.

-¿En relación al nuevo trabajo, en qué etapa se encuentra?
-Con respecto a la nueva saga de UNICORNIO Y DRAGONES, aún no tengo bien definida la cantidad de libros que serán, principalmente la temática es de literatura fantástica, que es a lo que me dedico; pero más inclinada al suspenso y la aventura, obviamente aunada a las típicas luchas de dragones y la dualidad que caracterizan esta historia. La modalidad en que estoy trabajando están divididos en cuentos los cuales al leerlos independientemente se les da una interpretación y el lector que desee puede considerarlo como una novela y le puede otorgar otra diferente. Allí se descubren personajes a veces que a simple vista no poseían relevancia. Estamos preparando con la editorial una reedición, ahora más que nada estoy avocada a la misma, que calculo estará cerca de fin de año. DE LOS CUATRO VIENTOS es una editorial seria y responsable, y lo más importante es que confían en el proyecto.

-Antes de iniciar la entrevista nos comentaste que tenías que irte a la facultad ¿qué estés estudiando?
-Aunque parezca extraño, "Licenciatura en Comercialización" y te respondo la razón antes que preguntes, para mi esta carrera es una vocación, una característica mía es que siempre me gusta aprehender e instruirme en todos los campos y ámbitos posibles; la literatura como el dibujo es una pasión que la llevo incorporada, la que me acompañará toda la vida. La parte artística es innata, jamás fui a aprender dibujo ni letras, desde pequeña me dedico a estas actividades.

-¿Con cuál de ellas te sentís mejor?
-Podría decirte que me apasionan las dos, pero poseo una fuerte inclinación por la literatura; me encanta, a veces puedo pasar horas leyendo o escribiendo y no me doy cuenta del tiempo. A veces me canso un poco con el dibujo, porque como soy demasiado perfeccionista demoro días hasta que veo la obra perfecta.

-¿Siempre escribís desde lo fantástico, mítico y lo mágico? ¿No has intentado otra literatura?
-Sí, me incliné a otras ramas, como la poesía, pero eso era cuando era más pequeña. Luego me dediqué un poco al terror, al suspenso; con el tiempo me di cuenta que dentro de lo fantástico puedes aunar todo y lograr una armonía en los escritos, que es lo que me apasiona y hace a la riqueza de las obras. Eso sí, corrijo cada texto por lo menos cinco veces, creo que los mismos son como diamantes en brutos a los cuales debes pulirlos una y otra vez hasta lograr su máximo brillo.

-El amor juega un papel fundamental en tu obra ¿Qué significa para Doncella (narradora)?
-El amor para Doncella es la máxima expresión de pureza, elegancia, perfección y está representado por los unicornios, es algo sublime que inmortaliza el alma de los seres.

-¿Y para Melisa (escritora)?
Melisa coincide con Doncella en el sentido de que es lo sublime que inmortaliza el alma de los seres, y una frase de EL MUNDO DE LOS SUEÑOS "El Amor es el sentimiento más bello del Universo, el que salva las Almas y regocija los Corazones..."

-Sos joven, hermosa, tenés dos libros éditos, ¿Qué te falta para ser felíz?
-Muchas gracias por tus apreciaciones, me hacen sentir bien, pero creo que la felicidad no sólo radica en la juventud, la belleza y tener dos libros editados Con respecto a la felicidad no podría decirte qué es lo que me falta para ser feliz, pues no lo sé. Lo que sí puedo reconocer son las situaciones que me dan momentos de alegría, mis seres queridos, la naturaleza, la música, hacer lo que me gusta y llegar a la perfección de mis actos, son algunas de las cosas que me dan alegría, tal vez la suma de todos aquellos momentos algún día me conduzcan a la felicidad... La perfección de mis actos creo que es una de las características que adquirí de mi padre y de mi abuelo, personas a quienes amo con toda mi alma al igual que a mi madre, que es mi incuestionable amiga y compañera.

(*) Publicado en EL DIARIO DEL CENTRO DEL PAÍS, el 13 de noviembre de 2005.-

domingo, 6 de noviembre de 2005

10º Aniversario Explosiones Fábrica Militar Río Tercero

FOTOGRAMAS DEL HORROR
Relato de una experiencia


-¡Qué bueno, no tenemos más clases!
Recuerdo haber expresado algo así. Minutos después de las nueve de la mañana estaba en el patio del Colegio Nacional José Hernández y decidí reingresar al edificio. Subí las escaleras y entré al aula que se encontraba con la puerta arrancada, los bancos por el suelo, los útiles desparramados y cubiertos por una importante capa de polvillo. Luego de segundos logré dar con mi carpeta de tres ganchos y mi cartuchera; los levanté y salí con cierto temor interno, pero demostrando indiferencia en lo externo. Este segundo viaje hacia afuera fue más sereno, ya que no quedaba nadie en el inmueble. Mientras descendía pude percibir la desaparición completa de la preceptoría, algunos boquetes en las paredes y capté el crujir de los cristales a mi paso. Nadie entendía nada. Ya afuera, caminé contento por ser un día viernes y porque de seguro, luego de ver los destrozos, nos tocarían unas mini vacaciones.

Mi casa se encontraba a 700 metros del establecimiento educativo y a escasos 300 metros del tejido perimetral de la Fábrica Militar Río Tercero. Son casas que conforman un complejo habitacional, diseñado con ciertas normas de seguridad para eventuales desastres naturales... pero no humanos.
Vi gente que corría despavorida, mujeres que gritaban y niños que lloraban. Absolutamente todos circulaban en sentido contrario al mío, y yo, con mis dieciséis años creía realizar la mayor hazaña de mi vida al dirigirme (inconscientemente) como una flecha al centro del peligro.

Inmediatamente, desde el fondo de la calle, una furiosa llamarada de aproximadamente trescientos metros se disparó hacia el cielo y me petrificó. A los pocos segundos escuché un profundo silencio y seguidamente, la explosión más fuerte que mis oídos escucharían jamás. La detonación fue tan potente que cortó un cable de alta tensión que cayó sobre mi hombro y me devolvió la razón; afortunadamente pude atravesar la calle e iniciar la carrera más larga de mi vida para la cual no había entrenado. El hilo negro, gruesísimo, viboreaba en las baldosas ajedrezadas produciendo un espectáculo que pocos habrán tenido la oportunidad de registrar.

Todos integrábamos una gran estampida humana que buscaba escapar de lo que venía del cielo: bombas, esquirlas, tubos de gas que caían retorcidos, maderas encendidas y otros objetos; aunque yo no vi nada de eso, sólo semanas después a través de los medios de prensa que priorizaron la noticia (y el espectáculo).
El sol golpeaba poderosamente nuestros rostros que comenzaron a sudar, y como por arte de magia comenzó a llover. ¿Llover?, sí, pero no era el líquido fresco, tan preciado que tanto hacía falta; sino arena. Se usaba para resguardar los laterales de los polvorines. Esquivando gente, automóviles y todo obstáculo que se presentase, llegué finalmente a la terminación de la calle, pero me di cuenta de ello por un alambrado de púas que me informaba sobre el inicio de la zona rural. Atravesé ese escollo y continué, ya caminando, por la tierra seca y arada, que tragaba mis calzados dificultando mi avance. Estaba exhausto, mi lengua estaba reseca y me dolía el vientre por el gran esfuerzo y la mala respiración.

Continué así y finalmente me interné por las arterías céntricas que desembocaban a la salida de esa localidad, nuestro Río Tercero. Caravanas de autos, camiones recargados de personas, motos, gente en bicicleta y a pie desfilaban a paso de tortuga configurando un cuadro de tristísimo éxodo hacia Villa Ascasubi y las demás localidades que nos albergaron en esas funestas horas.

En ese lugar, a un costado de la calle vi una figura que me parecía conocida. Encontré a mi padre como a las seis de la tarde, y una hora después, al resto de mi familia. Habían pasado muchas horas, no había celulares, los teléfonos no funcionaban y era muy difícil comunicarse con alguien en medio de todo el desastre. mi padre me llevaría con mi familia que estaba en un casa de familia en uno de los extremos de la ciudad. En ese momento dejé sobre una mesa la carpeta y mi cartuchera que tenía aferrada desde hacía diez horas sin darme cuenta, abracé a mi mamá que lloraba desconsolada.

Mi familia, se había quedado toda en casa, a pocos metros de las incesantes explosiones. Se habían refugiado debajo de una escalera, no podían salir bajo la lluvia de objetos que caían incandescentes y que dibujaban siluetas en el asfalto, que aún perduran, como recordatorios indelebles de ese horror. Mi abuelo sufrió varios infartos y pudo ser atendido varias horas después cuando bomberos y otros voluntarios pudieron ingresar a la denominada “zona roja”. Los eternos árboles que custodiaban el predio de la fábrica se redujeron a troncos desnudos que de cierta distancia daban la impresión de ser fósforos quemados.

Un mes más tarde, la celebración de Navidad y Año Nuevo tuvo cierto toque de originalidad, de manera unánime y sin meditarlos en toda la ciudad, se trocaron los estruendos de la pirotécnica por los cálidos abrazos, los suaves besos e inaudibles llantos.

Río Tercero se dio a conocer al mundo por su desgracia, recuerdo todavía haber visto soldados de casi todos los continentes, robots que se empleaban para inutilizar explosivos, y no faltaron los que venían desde tierras remotas con el fin de observar más de cerca este “fenómeno turístico”.

El año lectivo culminó con anterioridad, aunque debo reconocer que en menos de una semana aprendí más vocabulario del que podría internalizar en casi toda la secundaria. Palabras, “malas palabras” engrosaron mi diccionario personal: allí están las esquirlas, onda expansiva, trotyl, polvorín, espoleta, tráfico de armas, Menem...

No deja de asombrarnos que para una ciudad con 43.000 habitantes, sólo siete personas murieran y unos 300 resultaran heridos. Pero quizás lo grave sea adicionarle a estos números situaciones cotidianas en donde los niños se aterrorizan en cada noche de tormenta o con un simple golpe de puerta... El daño psicológico se instaló en muchos y se agudizó en las criaturas.

Los integrantes del gobierno sostuvieron desde ese mismo 3-N 1995 que todo era un accidente y hasta reprobaron fuertemente la idea de atentado. La frase de nuestro presidente obligando a los periodistas a difundir la idea de un "accidente" quedó grabada en diferentes videos y en nuestras memorias. Hace dos años, ¡dos años! se demostró que las explosiones fueron programadas por expertos y manipuladas para dirigir las ondas expansivas. El gobierno “se portó bien” con las indemnizaciones, ya que la gran mayoría de la gente cobró dos o tres veces más de lo que debía recibir por el daño en sus bienes muebles e inmuebles. Pero, usted y yo sabemos bien que no existe valor monetario que destierre de nuestra cabeza el miedo que se instaló ese 3 de noviembre y que terminó de enraizarse el 24 con otra explosión incontenida.

Asombro me causó la lectura de un artículo reciente que informaba sobre el intento de anular dicho peritaje; noticias como ésta reabren las heridas que aún continúan sangrando. Una onda expansiva que alcanzó a muchos y desperdigó esquirlas que se incrustaron en lo más profundo de los habitantes de Río Tercero, de mi ciudad.

Estas palabras están dedicadas a Aldo, Elena, Hoder, José, Laura, Leonardo y Romina; pero también para todos aquellos que se quedaron a resistir y pelear, desde los distintos ámbitos, contra este absurdo acontecimiento que [re]torció el rumbo de nuestras vidas y las de los que vendrán.



(*) Publicado en EL DIARIO DEL CENTRO DEL PAÍS, el domingo 06 de noviembre de 2005.-

domingo, 30 de octubre de 2005

Cristina Loza

EL JUEGO DE LAS LÁGRIMAS
Diálogo con la narradora cordobesa Cristina Loza


Introducción Carlos Gazzera
Entrevista de Darío Falconi
Foto gentileza de La Voz del Interior

El jueves próximo pasado, la escritora Cristina Loza presentó en la Biblioteca Municipal y Popular de Villa María su libro EL REVÉS DE LAS LÁGRIMAS. El evento, que congregó a un nutrido público de nuestra ciudad, contó con el auspicio de EL DIARIO DEL CENTRO DEL PAÍS. Cristina Loza nació en Córdoba, ciudad en la que reside. Es fisioterapeuta egresada de la UNC y en el año 2002 comenzó a publicar literatura, dando paso así a una de sus pasiones más profundas.
Su primera novela, MALASANGRE que será relanzada en breve en una segunda edición por Ediciones del Boulevard, tiene como protagonista a Pilar, una joven adolescente que en los años ´50 descubre el erotismo y sus pasiones. Claro, esto que parece de lo más normal, puede resultar antitético a las rígidas enseñanzas religiosas y los prejuicios morales de una clase social que se siente iluminada y destinada a mandar.
Destaquemos por último, que Cristina Loza fue finalista el año pasado del Concurso Planeta de Novela con EL REVÉS DE LAS LÁGRIMAS. Lo que sigue es parte del largo e interesante diálogo que EL DIARIO CULTURA mantuvo con la autora momentos antes de su presentación en nuestra ciudad.


- ¿Cómo surge la idea de presentar su libro en Villa María?
- Este libro siempre tiene toques de magia; es decir, había una amiga de mi hija que estaba yendo a la presentación del libro en Córdoba en la Universidad Católica y se encuentra con una señora de acá que le dice “me voy a la presentación de Cristina Loza”, a lo que le respondió “yo también voy”. Esa señora tiene contacto con la Biblioteca Mariano Moreno, vino muy interesada, le había gustado lo original de la presentación porque tenía una parte muy visual. Allí había descendientes de la comunidad ranquel que hicieron una rogativa, que es una especie de pedido de oración para que todo estuviera bien. Realmente fue muy mágico, se vio como una energía en la sala después de invocar al gran padre. De ahí se pone en contacto con la gente de la Biblioteca, ella empieza a interesarlos acá, leen el libro, un librero local también lo había empezado a vender muy bien, entonces allí aparece la invitación para que yo esté presente hoy.

· EL GÉNERO PREDILECTO
- ¿En qué géneros ha incursionado y con cuál se siente más a gusto?

- Cuentos, poesías, pero me siento más cómodo con la novela; es donde uno puede mentir más a gusto (risas).

- Además de esta presentación se está preparando un relanzamiento de su primera novela, MALASANGRE ¿qué nos puede decir al respecto?
- MALASANGRE es una novela muy intimista, está narrada desde la voz de una niña que está por entrar a la adolescencia y que pasa todo un verano en la casa de un abuelo al norte de Córdoba. Está ambientada en 1953, un año después de la muerte de Eva Perón. Allí se rescata el mundo de los adultos y tiene además un trasfondo político; porque el dueño de la estancia es un caudillo conservador y la niña ve todo ese mundo en el que obtenía siempre la misma respuesta a sus interrogantes: “cuando seas grande”. Yo amo mucho esa zona, están rescatados el paisaje, el brillo del molino, las catas; hay una frase particularmente que dice “ella mira hacía el monte, los algarrobos y sus ramas retorcidas caidas por el viento y aún tirando hojas, por el cielo el relámpago verde pasan las catas discutiendo sus cosas y el sol estalla furioso en la aleta del molino”. Me gusta mucho lo visual, yo quiero que el lector vea lo que le estoy contando.

- ¿Qué diferencias hay y que puntos de contactos se pueden establecer entre su primera novela y la que hoy que se presenta aquí?
- MALASANGRE es visceral, se fue formando en cincuenta años de vida, tiene infancia, tiene paisaje... No es autobiográfica, tiene algunos lugares y personas; justamente por creerla autobiográfica me costó el cariño de dos tías.
EL REVÉS DE LAS LÁGRIMAS es muy distinta porque tiene investigación; te doy una frase de mi papá que dice que aún para mentir hay que tener rumbo. El lector cordobés es muy detallista, es muy puntilloso; es decir, está buscando. Había que pasar ese tamiz porque fundamentalmente a este lector le gusta leer mucha novela histórica. Era todo un desafío, ya que yo nunca escribí ese tipo de obra.

- ¿Coincide en que en la actualidad hay una especie de boom de dichas novelas?
- Sí, lo cual no significa que yo me quede en este género, la próxima creo que va a tratar sobre los inmigrantes que vienen a una Argentina con la crisis del año ’30. No me gusta encasillarme, es un desafío, hubo una escritora en Córdoba que me dijo que nadie podía meterse en la piel de los personajes de doscientos años atrás y a mí me picó. Yo creo que una mujer puede entender lo que siente otra mujer cuando es violentada su cuerpo, cuando es sacada de su hábitat, cuando pierde su referente; yo lo comparo con una persona que está desempleada, pierde amigos, pierde un referente, pierde una brújula. O alguien que tiene una enfermedad terminal, toda su vida empieza a cambiar, entonces todo lo que nos provoca un cambio muy grande y radical en esta vida es lo que le pasa a la protagonista de EL REVÉS...

· LA EXPERIENCIA DE LA ALFOMBRA ROJA
- Consideramos que existen ciertas buenas novelas que pasan desapercibidas; por indiferencia o por falta de prensa no terminan de darse a conocer. El ser una de las finalistas de un premio literario muy importante le da un cierto aval a la obra. ¿Qué opina al respecto y cómo vivió esa experiencia personal?

- Es un espaldarazo, yo no puedo negar que hubiera sido distinto si estuviera remando, buscando editorial, que cuando ya viene con eso; eso es innegable. Eran alrededor de 270 novelas de cinco países y estar dentro de las diez finalistas me puso muy contenta. Me pasó algo muy gracioso porque yo creo en mi novela y cuando la iba mandar a Planeta la gente de Córdoba del círculo literario me decía “no... el premio está arreglado”, y yo dije “bueno, estará arreglado el primero, los finalistas no. Que le den el primero a quien quieran, yo quiero ser finalista”. Jorge Londero que me presentó la novela con Sergio Carreras en Córdoba, me decía y lo manifestó en la presentación que yo repetía “voy a ser finalista”, a lo que me contestaban “qué optimista”. Es que yo creo en eso de que cuando uno desea algo con tanta fuerza, el universo conspira para que eso se logre; funciona así, tiene que ver con las ganas, con el entusiasmo, es de mucho trabajo, disciplina. Gracias a Dios tengo una correctora de lujo a la cual le daba el texto así en crudo (mientras dice esto realiza un ademán simulando la entrega de un mamotreto a su interlocutor).
El premio se daba a conocer en noviembre del año pasado, yo le pregunto a Reyna Carranza que había sido finalista y ella me decía “no, a mí me han avisado tres días antes”, yo contestaba “no, es mañana”. Ya estaba en estado catatónico, ese día no me había pintado que eso ya era gravísimo. La llamé a mi amiga Graciela y a mi papá, él me decía que los caminos del señor son misteriosos, luego termino de colgar con ellos dos que me daban ánimo, pero ya no pasaba nada. Eran las seis de la tarde y se me ocurre levantar lo mensajes del teléfono: “hola este es un mensaje para Cristina Loza, usted es finalista del Premio Planeta, por favor comunicarse...” Yo tenía un esplendoroso ataque de hipo, no podía parar. Llamé y lo primero que dije fue, (a ver esa pregunta femenina), ¿qué me pongo para ir? Conseguí pasaje inmediatamente. En el Hotel Alvear pensaba que durante la primera media hora iba a escuchar “¡Seguridad! ¡¿Dónde se metió esa mujer de pelo colorado?!”, no me lo creía y empecé a ver que nadie me corría, me dije que estaba en el patio de mi casa; si estoy acá es porque me han invitado, porque me lo merezco, porque soy cordobesa y de pronto me sentía que estaba representando a mi provincia. En un determinado momento estaba rodeada de gente como Bayer, estaba García Hamilton, Pacho O’ Donell. Cuando me terminan de presentar a todos dije “tengo un empacho de Canal à” porque la única manera de conocer a todos juntos era por el cable. Era la primera vez que presentaba una novela en un concurso.

· PUENTES Y LLAVES HACIA LA LIBERTAD
- ¿Qué expectativas posee para la presentación de esta noche?

- A mí estos últimos años me han pasado cosas muy feas y entonces cuando la vida me está dando esto, invitaciones, la venta del libro que está por su quinta edición en cuatro meses, entonces yo tengo abiertas las manos, los ojos, la boca al universo. Esto es esplendoroso, a mí me gusta mucho el contacto con la gente, no le huyo, me gusta mucho ese puente que uno tiende entre uno y el que me lee. No creo que nadie escriba para sí mismo, el que escribe busca que lo lean.

- Para finalizar ¿le gustaría compartir algún mensaje con los lectores de EL DIARIO CULTURA?
- Yo creo en la palabra escrita. El otro día arme un mail que se los mandé a las libreros de las bibliotecas de la Argentina diciendo que el libro te da La posibilidad de la libertad de pensamiento, en tanto tengamos esa llave y mantengamos ese don no todo está perdido.-
(*) Publicado en EL DIARIO DEL CENTRO DEL PAÍS, el domingo 30 de octubre de 2005.-

"El Resentimiento" de Iván Ferreyra

UNA CÓRDOBA CON POBREZA, HABITADA POR GENTE PERDEDORA
Submundo oscuro y degradante, con percepciones y vivencias que pocos escritores tienen el valor de decir.
(Sobre "El resentimiento" de Iván Ferreyra, Ediciones Recovecos, Córdoba, 2005, 122 páginas)



En uno de los tantos prólogos que le fueron encomendados a Borges se lee: “es grave tarea juzgar un libro, intuir por el examen de su lectura las particularidades méritos o fallas, pero más delicado y más arduo es comprender el alma personal que sus páginas manifiestan”. Vomitados por un tubo que nos transporta desde las primeras páginas a nuestra Córdoba capital actual, nos encontramos con una ciudad donde se respira la pobreza, donde sus habitantes son una serie de personajes que emplean un lenguaje callejero, ácido y hasta muchas veces desopilante. Son perdedores que se conforman con ser lo que son, o, lo que es peor, con asir una botella de vino y creer que “es lo único que tienen para sobrevivir”.

Las relaciones interpersonales están fracturadas, al igual que muchos valores: “realmente, aparte del vino, son pocas cosas las que nos unen”. En El resentimiento el lector deberá hurguetear las cinco vísceras que conforman los capítulos para seguirle los pasos a Iván, personaje central que intenta escribir una novela cuyo personaje es Polo. No es casual aquí que escribir rime con sobrevivir, porque Iván plasma sus ideas en papel como un medio para retrasar la muerte. Sin lugar a dudas es este personaje el alter ego del escritor quien utiliza este recurso, que opera como una especie de caja china o cuadros dentro del cuadro. Este es el submundo oscuro y degradante que no da respiros. Ni siquiera al lector, donde la prosa ligera inyecta el oxígeno necesario para no parar, para digerirla de una sola sentada. La originalidad del texto radica en que Ferreyra talló distintas percepciones y vivencias que no son ajenas a las nuestras, pero pocos escritores tienen valor para decirlas. Será posible reconocer en espacios físicos de Córdoba o reconocernos en las acciones comunes donde la hipocresía social será herida por la pluma de este cordobés de La Carlota: “Prendo la tele, es verano, la gente en los festivales se sienta a evaluar a los artistas con aplauso complaciente (...) Abrigados, con termos y recipientes llenos de comida, y con su boca llena, aplauden hasta las llagas, son un jurado de incompetentes. Sólo pagan para mostrar sus carteles y que los vean en la tele”.

El resentimiento se configura como un espejo y por lo tanto un reflejo (inmundo en este caso) de las relaciones humanas, donde el malestar, la violencia, la pobreza y las drogas son los principales ingredientes de un alimento en constante descomposición; sin embargo es un recorte en mutación, ya que hay esperanzas aunque parezcan utópicas. De todas formas no es en esta novela donde se resolverá la cuestión; para dilucidarla habrá que esperar las próximas apariciones de esta singular trilogía cordobesa. (c) LA GACETA


(*) Publicado en LA GACETA de Tucumán, domingo 30 de octubre de 2005.-

domingo, 16 de octubre de 2005

Sujetos en Oliva

SUJETOS
Una mirada social sobre el Hospital Emilio Vidal Abal de Oliva


Entrevista de Darío Falconi
Fotos de Claudia Daniele, Sabrina Giomi y Darío Falconi

Tan solo cincuenta kilómetros separan Villa María de la ciudad de Oliva. Ésta última es reconocida por poseer el hospital neuropsiquiátrico más grande Sudamérica; allí, un grupo de jóvenes realizan con desmesurado esfuerzo un emprendimiento socio-cultural de singular importancia.
SUJETOS es una publicación mensual de unas veinte páginas, en la que se tratan temas inherentes a los internos de Hospital Dr. Emilio Vidal Abal (HEVA) de una manera amena apuntando a un lector estándar. Entrevistas, notas, espacios dedicados a la poesía, a la expresión de pequeños y grandes, con dibujos e impactantes fotografías serán algunos de los contenidos de este instrumento que intenta derribar muros entre los que están “adentro” y los que están “afuera”. Paradójicamente los que están adentro en realidad están afuera, una gran parte de la sociedad los margina y los excluye; por ello está SUJETOS intentando una integración posible.
José Ingenieros, en su libro LA LOCURA EN ARGENTINA (1919) decía que el HEVA consta de 33 pabellones aislados; rodeados por una superficie de 600 hectáreas. Sus instalaciones son inmejorables.” Lejos está esa aseveración de lo que ese establecimiento es en la actualidad; de ese óptimo estado que relucía a principios del 1900 ha decantado (por un montón de factores que no es el momento de analizar) en un lugar donde “se hace lo que se puede con los recursos que se tiene”, según arguyó el director Daniel Cavallo a la gente que hace SUJETOS.
Actualmente existe una población de internos de 555 varones y 364 mujeres, 51 provienen de Villa María, 3 de Villa Nueva y sólo 19 de Oliva; el resto procede de distintas provincias del país y hasta de Brasil.
La locura es uno de los grandes temas que se han tratado a través de la historia (la piedra en la cabeza, cuerpos poseídos, etc.), pero como expresa Sabrina Giomi “no es una mala palabra ni un insulto porque existe, simplemente que se le tiene miedo por los errados conceptos instalados en la sociedad. Son personas que tienen una enfermedad mental pero están ahí para ser controlados y para recuperarse. Comprendí que hay que temerles a los de afuera… en la sociedad que los juzga por “locos” están los peores peligros.”
-Darío Rossa: Para mí la locura es un estado de excitación que la ciencia por momento no puede curar o se les escapa de las manos, y es justamente por ello, que este estado de excitación se encierra, se aísla. Paradójicamente la locura cambia a través de los tiempos, como la política de un país, sin ir más lejos anteriormente el HEVA se llamaba en sus primeros años (1914) “Colonia Regional Mixto de Alienados” y hoy se lo denomina como “Hospital”. Justamente nuestro Proyecto de comunicación alternativa pretende esa mirada de cambio. Así como los pacientes se lo dejó de llamar alienados para pasar a ser enfermos mentales, así como esta institución dejo de ser llamada Colonia para ser llamada Hospital, así como los Pabellones pasaron a ser llamados Unidades Asistenciales; nosotros pretendemos que la gente que no conoce este tema se acerque por lo menos de esta manera a través de un medio, sin pretender ser sensacionalista.

-¿Cómo surgió la iniciativa?
-S.G.: La idea de este proyecto surge hace meses atrás cuando junto a otra compañera de la universidad, Alejandra Aparicio, ingresamos a estas instalaciones a realizar una revista para la materia de “Redacción Periodística I” de la Lic. de Ciencias de la Información. Justamente ingresamos a este lugar por curiosidad y porque teníamos que elegir un sitio que no fuera común para investigar. Claudia Daniele, que en ese momento sólo era una conocida mía de la ciudad me preguntó si podía participar para sacar unas fotos en el lugar. Así fue nos ayudó en las fotografías y también Darío Rossa, quien vive en el lugar, colaboró en la búsqueda de material. Una vez finalizada la revista la entregamos y con Alejandra mi compañera recibimos grandes felicitaciones de la Cátedra de la UNC y nos calificaron con diez. La abundancia de información por depurar que no se pudo dar a conocer en un solo ejemplar, las vivencias personales con los pacientes y el entusiasmo por seguir haciendo cosas por estas personas, hizo que se formara este grupo de trabajo integrado por Claudia, Darío y Sabrina, además de tener distintos colaboradores.

-Además de ustedes ¿quiénes colaboran en SUJETOS y quienes pueden integrarse?
-S.G.: De manera fija colabora mi compañera de Facultad Alejandra Aparicio que además es la diseñadora de las viñetas. ¡Porque hasta eso hacemos contamos chistes y los hacemos viñetas! Graciela Suárez, la mamá de Darío, vive y trabajó más de 30 años ahí, entonces colabora continuamente con la información y nos presta su casa. Después, cualquier persona que lo desee colabora, ya que continuamente necesitamos el apoyo de trabajadores en salud mental, asistentes sociales y otros profesionales de afuera y de adentro. Necesitamos que se sepa que cualquier persona que lo desee puede colaborar, ese es uno de los objetivos de este proyecto.
-D.R.: La colaboración es total, comerciantes, personal hospitalario, profesionales de la institución y fuera de ella, pacientes del HEVA e incluso en el próximo número aparecerá una poesía de un paciente de un psiquiátrico de Neuquén. La gente puede acercar datos o sugerencias a nuestro correo electrónico sujetosheva@yahoo.com.ar o bien comunicarse al 03532- 428933-34 interno 177, en cualquier horario pedir hablar conmigo. Estamos abiertos a recibir cualquier tipo de colaboración textos, poesías, dibujos, donaciones para los pacientes, campañas, auspiciantes para nuestros medios. Todo sirve, queremos ser el nexo de los de adentro con los de afuera.

¿Cómo se mantiene una publicación de estas características?
-S.G.: Es difícil, es difícil cuando el trabajo más duro lo hacemos tres personas. Y cuando digo trabajo hablo de entrevistar, escribir, fotografiar, buscar auspiciantes, hablar con los medios, trabajar con los pacientes, diseñar, ir a imprimir y venderla. Y luego volver a la misma labor para el segundo número. En el primer número, mientras uno estaba con el diseñador los otros dos salíamos en bicicleta a buscar auspicios. Es difícil como te dije pero los pacientes lo agradecen y lo disfrutan y eso nos lleva a seguir. Es impresionante lo que provoca para mí, particularmente, ver la cara de un paciente cuando se ve en la revista. Eso no se cambia por nada.
-D.R.: Fundamentalmente a pulmón, la revista tiene un costo de $1.50, pero estamos buscando auspiciantes para que nos ayuden a juntar el dinero para mantener una tirada suficiente como para que cada familiar de los pacientes sepa que pasa aquí dentro, como se trabaja y demás.
Es muy costoso, no queremos bajar la calidad porque nos parece excelente, creó que es una cuestión de tiempo somos pocas personas que realizamos todo, armado de notas, diseño, fotografía, canillitas y demás lo que impide ir a buscar auspiciantes por eso aprovecho este medio para pedir que nos llamen a nuestras líneas y nosotros los visitaremos. Sin ir más lejos el HEVA tiene gran cantidad de pacientes de esta ciudad y Villa Nueva es nuestro deseo visitar a los municipio para que colaboren con nosotros y a cambio les entregamos revistas así lo entregan a familiares de pacientes psiquiátricos. Tenemos mucha fe que el auge que va a tomar es enorme y que sabemos de personas que se van a sumar.

-¿Cuál es el área de influencia de SUJETOS y que respuesta obtuvieron del público e internos?
-S.G.: La intención de esta revista es que llegue a la sociedad en general, que todos los sectores de la sociedad puedan leerla. Por esto está escrita en un lenguaje coloquial, aunque si posee los aportes de profesionales como corresponde. Estamos intentando que este producto llegue a la mayoría de las familias de los pacientes, pero para esto es necesario el compromiso por parte de cada municipio de procedencia de los internos. Esto se está desarrollando pero no es fácil porque es una tarea que también está en nuestras manos.
El público respondió muy bien, el producto gustó. Recibimos muchas felicitaciones por parte de la gente y eso nos pareció bárbaro, pero es importante que se entienda el mensaje que queremos dar… “hay que integrar a estas personas en la sociedad, no excluirlos”. En los medios tuvo su buena repercusión y se aceptó bien. Los pacientes están felices y ya preguntan por la revista, al igual que ya reparten sus tareas de locutores para participar en la radio que próximamente se inaugurará.
-D.R.: Área de influencia es indeterminada, hace poco más de un mes recibimos un llamado de Mendoza recibiendo felicitaciones por la revista, no medimos la magia de la grafica, va dirigido a un target bastante amplio, incluso sumamos viñetas para que los chicos se prendan a la lectura. Partamos del tema que la locura se la mire por donde se la mire despierta curiosidad e intriga. La respuesta del público fue excelente más de lo esperaba, te vuelvo a citar el llamado de Mendoza, un destacado que hizo el señor Miguel Claria en su programa radial, suplemento del diario la Mañana de Córdoba, Ustedes presentes hoy aquí. Es muy fuerte y agradecemos por todo a todos, pero principalmente a los pacientes que a diferencia de primer número con el que ya va a salir quieren participar más, lo necesitan.

-De la lectura del número inicial sale a flote la carencia de amor que los pacientes poseen, esta temática justamente es el núcleo del segundo número ¿Qué piensan sobre esto y en que etapa está el nuevo número?
-S.G.: El faltante de amor en el lugar es un hecho, porque se refleja en esas caritas que ellos te brindan cuando nos ven aparecer a nosotros o a cualquier persona de afuera. Una vez le llevamos caramelos porque habíamos conseguido una caja enorme donada y salimos a las villas a repartirlas y se desesperaban de alegría. El hecho no eran los caramelos era la presencia de personas que le estaban brindando amor y eso es lo importante de esta tarea. No se trata sólo de escribir una revista y hacer radio, se trata de ocupar sus tiempos, de hacerlos sentir útiles, de hacerlos un poquito más felices. Pero esto no significa que todos estén abandonados, hay pacientes que están muy contenidos familiarmente y esto me gustaría que se sepa. No nos olvidemos que estén o no abandonadas son personas que están lejos de sus afectos y eso a cualquier ser de este mundo le afecta. Es más, en el segundo número (que ya está prácticamente hecho) las historias se basan en pacientes que encontraron su familia. Historias, hechos y declaraciones que tienen al amor como componente principal. La nota central realmente nos deja muchas enseñanzas como personas.
-D.R.: La carencia de amor no se si falta, si te puedo decir la falta de comunicación, el ser escuchados es un tema letal. El poder expresar sus ideas, defenderse de una sociedad que condena sin saber, en definitiva los temas son muchos. El amor lo suplantan de alguna manera u otra, en un animal un enfermero, que obvio eso no es lo ideal. Hay demandas de todo tipo, desde lo material, lo humano. Justamente el próximo número es el amor en el hospital, el beso, el abrazo, el “hola”. Ahí te vas a encontrar con historias de todo tipo, buenas entrevistas que seguramente van a reflejar, desde una óptica más profesional lo que pasa en este tipo de instituciones.

Particularmente en ésta, las inmensas instalaciones, una densidad poblacional de casi mil internos y otra cantidad de empleados hicieron desde hace ya mucho tiempo que el HEVA sea una ciudad dentro de otra; un mundo dentro de otro; aunque –hay que destacarlo- los internos no son números, allí están Juan, Catalina, Ángela, Roque… esperando el calor de nuestra mano tendida.


Integran SUJETOS:
Sabrina GIOMI, tiene 21 años y es de la ciudad de Oncativo. Actualmente cursa 4º año de Ciencias de la Información en la especialidad de Comunicación Gráfica en la UNC.
Darío ROSSA, tiene 25 años y es de la ciudad de Oliva. Estudió Comunicación Social en el INESCER de Villa María. Vive en las instalaciones del hospital debido a que él y su familia trabajan en el lugar.
Claudia DANIELE, tiene 30 años y es de la ciudad de Oncativo. Estudió Fotografía en la Escuela Argentina de Fotografía de la ciudad de Córdoba.

(*) Publicado en EL DIARIO DEL CENTRO DEL PAÍS, el domingo 16 de octubre de 2005.-

domingo, 2 de octubre de 2005

Ricardo Moyano

Letras que se fueron, letras que volvieron...
Entrevista a Ricardo Moyano, hijo del escritor Daniel Moyano


Entrevista de Darío Falconi
Foto de Daniel y Ricardo Moyano gentileza de Pepe Lamarca

Ricardo Moyano nació en La Rioja y se inició musicalmente con sus progenitores. Los ecos de la dictadura militar obligaron a su padre a trasladarse a España luego de ser excarcelado. Ricardo vivió allí, luego en Francia hasta “hartarse del primer mundo”; conoció a su esposa (turca) en Estambul y terminó por asentarse en esa ciudad que denomina “lariojambul”, una especie de mixtura entre su ciudad natal y la de residencia. Su padre, Daniel Moyano (DM), uno de nuestros grandes escritores del siglo pasado, nació en Bs. As., pero transitó su infancia y se formó intelectualmente en Córdoba. Publicó alrededor de veinte libros y dejó “montañas de inéditos”.
Este año la editorial DE LOS CUATRO VIENTOS rescató la novela DÓNDE ESTÁS CON LOS OJOS CELESTES, la que no tuvo desgraciadamente (y por qué no felizmente para los estudiosos) la oportunidad de corregirse y/o reescribirse. La misma fue escrita en los últimos meses de su vida en Madrid y Oviedo allá por marzo de 1992 y permaneció inédita durante 13 años. En ella se narra la historia de un músico argentino que decide salir en búsqueda de un amor perdido en el tiempo y el espacio. El personaje viajará a España conociendo solamente el nombre de su amada, el color de sus ojos y la sensación que le quedó en las yemas de sus dedos una siesta de su niñez. Indagará en las calles madrileñas, en su imaginación, en sus recuerdos y hasta en su música; pero el camino se le obstaculizará principalmente por la intervención del recuerdo macabro de su padre.
Casi siempre los textos de Moyano fueron figurita difícil; esto se debió “fundamentalmente a la desidia de quien fue su representante durante mucho tiempo -incluidos doce años después de su muerte-, la agencia catalana de Carmen Balcells; no debería dar su nombre pero como me embola lo digo, ellos prefieren vender best sellers y jamás movieron un dedo por los libros de mi padre. Anulé este contrato y gracias a Amalia Gieschen a los seis meses se publico DÓNDE ESTÁS CON TUS OJOS CELESTES.”

-Recientemente se reeditaron libros por varias editoriales; ¿por qué razón se está dando este reflote?
-Es toda iniciativa de amigos o lectores apasionados; Marcelo Casarín de la Universidad Nacional de Córdoba para EL TRINO DEL DIABLO (RUBÉN LIBROS) y Juan José Hernández para la antología de cuentos (se refiere a EL RESCATE Y OTROS CUENTOS de INTERZONA). El plástico Marcelo Carpita organizó una exposición con magníficos dibujos inspirados en TRES GOLPES DE TIMBAL, allí conocí a Amalia Gieschen y ella se ofreció a editar la novela inédita. Mi padre siempre trabajó con SUDAMERICANA hasta que cerraron, y en España (a raíz de su malhadado contrato con la Balcells) no tuvo un buen editor, siempre pequeños que no distribuían ni allá, ni en Argentina; es una vergüenza que novelas como EL VUELO DEL TIGRE no existan en las librerías de nuestro país.

The Flight of the Tiger
-Los textos de su padre han sido traducido a varios idiomas ¿Qué respuesta obtuvieron en los lugares donde se publicaron en contraste con la Argentina?

-Mi padre tuvo siempre éxito de critica y pocas ventas, entre otras cosas porque una vez editado el libro, se agotaba relativamente rápida la primera edición y nunca se hacía una segunda (excepto para EL TRINO... que hubo dos). Su amigo Herbert Francis tradujo muchos cuentos al inglés (y el capítulo sexto de EL OSCURO); sus publicaciones en revistas de literatura no pasaron nunca del pequeño ámbito universitario. En Francia reiteradas veces las universidades pidieron a los editores una reedición (en castellano) del LIBRO DE NAVIOS Y BORRASCAS ya que había sido elegido de lectura obligatoria, pero ningún editor lo hizo. Los estudiantes tuvieron al menos el consuelo de leer la traducción francesa... Las traducciones al ruso y al polonés fueron un éxito, por lo visto. Es excelente la traducción inglesa de EL VUELO DEL TIGRE. Al aparecer la traducción italiana de EL TRINO... regalé un ejemplar a un amigo compositor, Carlo Domeniconi, que la “tradujo” para quince músicos, incluidos claro está violín y guitarra. Fue estrenada y grabada en Berlín, me encantaría que se pudiera hacer alguna vez en Argentina. La traducción al turco tampoco esta mal, lleva dos años terminada y es siempre de “inminente” aparición.

-¿Quedan textos aún sin editar? ¿Existe algún plan para editar sus obras completas?
-Como te decía, no hay libros de él en ningún lado, yo también veo que como jamás adhirió a ningún partido político, fue un defensor del gobierno sandinista y cubano, atacó todas las dictaduras sudamericanas, esto tampoco fue una ayuda para conseguir editor en Europa. Tal vez el fallo fue habernos instalado en España; en Francia o Alemania sin duda hubiera ido mejor para la divulgación de su obra. En cuanto a reeditar sus libros, no existe ningún plan, es sólo un deseo que me gustaría ver cumplido. Ahora saldrán tres textos breves inéditos. Al no vivir en Argentina no puedo ocuparme de esto, tengo mis esperanzas puestas en Amalia. En principio hay varias posibles reediciones para los próximos meses, ojalá se concreten. Hay montañas de inéditos, pero la prioridad corresponde a mí entender a los libros ya editados e inhallables.

Lágrimas en el Viejo Mundo
-¿Cómo repercutió en la vida de DM y por ende en sus escritos la dictadura y el exilio? ¿Cómo recordaba a la Argentina y especialmente Córdoba y su interior?

-Mucho se ha escrito sobre esto, y muy bien. Hay excelentes trabajos de Sara Bonardell, Virginia Gil Amate, Carlos Mamonde, Marcelo Casarín, Sergio Collauti, Gabriel Gatica, por dar apenas algunos nombres. Como hijo suyo, puedo decir que esos años coincidieron con mi adolescencia, yo sufría mucho de verlo tan mal, tan solo, y él se sentía culpable de hacernos vivir en otro país, lejos de Argentina, los familiares, los amigos; como si la culpa hubiera sido suya. Todo lo que escribió en esos años lo guardó pero nunca lo publicó. Pudo recobrar su voz con TÍA LILA, obviamente cuento casi desconocido en Argentina, y de lectura obligatoria (traducido por supuesto) en las escuelas secundarias de Alemania. Mantuvo contacto y amistad con exiliados argentinos, y también tuvo muchos amigos españoles. No tuvo contacto alguno con la cultura oficial española, y con pocos y honrosas excepciones fue visto más bien con recelo por parte de sus colegas intelectuales españoles. A la Argentina la recordaba con cariño por sus viejos amigos de allá, y sobre todo su hermana, mi tía Blanca, que vivió siempre en Cosquín, ambos se querían mucho. Jamás perdió la tonada cordobesa.

-Algo que te haya quedado en el tintero y que quieras compartir con los lectores de EL DIARIO CULTURA ?
-La relación con mi madre a veces fue muy difícil en los primeros años en Madrid, pero -a su manera- ella siempre estuvo a su lado y lo apoyó. Yo tuve una relación privilegiada con él, más de amigos y compinches que de padre-hijo. Venirme a vivir a Oriente, sin hablar la lengua ni tener amigos argentinos para hacer nuestra música fue tal vez una reacción inconsciente, relacionada con la enorme sensación de pérdida, de injusticia más bien que sentí cuando se murió. Mi esposa hubiera deseado (entonces, no ahora) vivir en Europa. Pero me encanta estar acá, donde además me siento útil, hay ya una generación de guitarristas turcos que hacen música latina, viajo muy a menudo a Europa así que no extraño “el primer mundo”.

(*) Publicado en EL DIARIO DEL CENTRO DEL PAÍS, el domingo 02 de octubre de 2005.-

domingo, 25 de septiembre de 2005

Emanuel Falconi

PINCELADAS CON TONO REGIONAL
Diálogo con el dibujante y pintor de Oliva Emanuel Falconi




Emanuel Falconi nació en Río Tercero el 8 de Octubre de 1982. El dibujo y la pintura lo apasionaron desde niño, actividades que intercala en sus tiempos libres y que intenta perfeccionar de manera autodidacta. Recientemente recibió el cuarto puesto en un concurso artístico realizado por la EDITORIAL NOVELARTE de Córdoba en el que participaron pintores de todo el mundo y cuyas obras se publicaron en la antología COLORES EN TIEMPOS LITERARIOS. Meses después de las explosiones en la Fábrica Militar de Río Tercero (1995) se radicó con su familia en la ciudad de Oliva, la que dejó momentáneamente en la actualidad para residir en un campo en las cercanías de Capilla Garzón.

Es Domingo y en el firmamento se desplazan raudamente las masas gaseosas. Un sol brillante y vidrioso comienza a levantar la temperatura, pero el aire corre casi imperceptible alojándose en nuestros huesos; más aún en el descampado de la zona rural en Capilla Garzón. Allí nos espera un joven de campera de jeans, ojos saltones y rulos acerados. Momentos posteriores al saludo inicial, nuestros oídos percibieron sus primeras palabras “no me gustan las entrevistas, no es porque me crea importante, sucede que me cuesta comunicarme con la gente; soy un tipo solitario”. Nos invita a un cuarto donde divisamos pinturas en la pared, arriba de una mesa, sobre una cama; pero antes de que articuláramos palabra alguna nuestro interlocutor nos asaltó.

--Mi arte se basa en la creatividad, en lo que no hacen la mayoría de los pintores; quiero decir que no me interesa pintar paisajes, personas o ese tipo de pinturas convencionales. Pinto cosas que se me ocurren, cosas locas que afloran en mis momentos de ocio. No siempre puedo pintar, sólo en mis ratos libres, a la mañana y a veces a la noche. Tampoco produzco todos los días, sólo cuando siento la necesidad de descargar lo que tengo dentro, de esa manera uno puede dar lo mejor que tiene; caso contrario los resultados son consecuentes con esas ganas de pintar. Muchas veces pasan cinco días y no pasa nada, por ahí se da que veo alguna pintura o algo que me dispara una idea y reactiva las ganas de tomar el pincel. No hay un momento específico donde me sienta cómodo para pintar, pero casi siempre a la mañana estoy más inspirado, a veces sueño cosas locas, luego lo pienso un tiempo, hago un borrador y finalmente comienzo el proceso de pintado.

--¿Una vez que te decidís a poner manos a la obra, qué tiempo le dedicás?
--Una hora por día aproximadamente es lo que le dedico a este hobby. Antes terminaba los trabajos en un día, pero no obtenía la calidad mínima que me exigía; ahora demoro días, semanas y hasta meses. Cuando considero que un trabajo está terminado comienzo con otra cosa, aunque muchas veces me dedico a distintos proyectos de manera simultanea. A veces cuando estoy en medio de alguna pintura y tengo una idea en mente dejo descansar lo que estoy haciendo para darle forma a mis nuevas ideas, pero casi nunca llevo un orden cronológico.

--Mirando tus pinturas y percibiendo tu gran capacidad ¿Por qué razón te negás a perfeccionar?
--Admiro a los grandes pintores como Leonardo Da Vinci, Miguel Ángel, El Bosco; mi objetivo es dirigir mis trabajos hacia algo similar a lo que ellos hicieron. Intento perfeccionarme por cuenta propia sin la ayuda de nadie; quiero que en el día de mañana si mis obras son reconocidas sean el resultado de mi propio esfuerzo y creatividad. Trato de mostrarle a la gente lo que soy, me creo diferente a las demás personas; cualquier pintor pinta la realidad de las cosas, yo intento mostrar lo que brota por mi interior.

--¿Cómo fueron tus inicios?
--Siempre dibujé, por lo menos es lo que recuerdo desde que tengo memoria; si miraran mis carpetas de la escuela secundaria, se encontrarían con más del cincuenta por ciento de dibujos. La verdad es que no se como llegué al secundario, nunca me gustó el estudio, además mi cabeza nunca estaba en el aula. Dibujaba todo el tiempo, mejor dicho, copiaba imágenes que veía en televisión, libros, etc. En la actualidad únicamente me interesan las creaciones propias. Me fascina pintar al óleo sobre tabla, dibujar también me apasiona; pero si tuviera que elegir me quedaría con la pintura.

--¿Cuál es para vos tu primera creación artística?
--Mi primera creación artística es reciente y sucedió hace tres años aproximadamente; todo cambió cuando miré una pintura de El Bosco y me dije: ¿Cómo hace este loco para hacer eso? Es algo similar a las ideas que yo tengo, ¿por qué no me decido a materializarlas? Todo lo que hice lo considero arte, pero creo que hay un antes y después de EL PUEBLO EN MI CUERPO; ya que fue una creación original diferente a las que venía realizando y es la línea que sigo en estos días. A veces dibujo cosas en las que no logro plasmar medianamente mi idea y terminan en el cesto de la basura. Desde que pinto con óleo cada vez me exijo más, esto se traduce en mayor tiempo y menos producción de obras.

--¿Por qué decidiste quedarte en la zona rural y no volver a la ciudad?
--Desde hace un tiempo cambió mi modo de pensar, me empezó a desagradar la ciudad, me gusta estar al aire libre en medio de la naturaleza; aunque no es el Jardín del Edén estoy muy conforme donde estoy. Uno de mis sueños es vivir con mi familia en un lugar con poca gente rodeado de vegetación como en ciertos lugares de Brasil o la selva misionera; espacios muy inspiradores para la creación.

--¿A la hora de pintar necesitás silencio o los factores externos no te molestan?
--Cuando trabajo el apoyo de la música me inspira, Emma Shapplin, Era, Enya, los clásicos, la música instrumental o las bandas de sonido de películas... Si tuviese la oportunidad me dedicaría a tocar el arpa y el piano como actividades complementarias, creo que su realización me llenarían en lo más personal.

--¿Para que dibujás?
--Quiero hacer algo con mi trabajo, ser un gran pintor y utilizar gran parte de mis ganancias para ayudar a los más necesitados; por otro lado me desagrada mucho la deforestación y la contaminación ambiental. Me encantaría ayudar a los demás y al planeta. Siento que las plantas como los animales son parte de mi, son como amigas; me molesta cuando escucho decir “vamos a cortar esta planta porque no me gusta como queda”.

--¿Qué sentiste al enterarte de que eras uno de los finales de uno de los pocos concursos que has participado?
--Me sentí muy contento y más aún cuando mis pinturas salieron en un libro que se distribuye por distintas partes del mundo. En la entrega de premios que se realizó el mes pasado tome conciencia de la gran cantidad de participantes que habían de diversa nacionalidad y con diferentes formaciones, debo reconocer que me sentí muy halagado por ese reconocimiento.

(*) Publicado en EL DIARIO DEL CENTRO DEL PAÍS, el domingo 25 de setiembre de 2005

domingo, 28 de agosto de 2005

Iván Ferreyra - El resentimiento

EL ARTE DE HURGAR CON LOS OJOS
Diálogo con el escritor de Canals Iván Ferreyra


Iván Ferreyra nació en La Carlota en 1972 y creció en Canals. Es director de la revista sociocultural autogestionada RECOVECOS (www.revistarecovecos.com.ar). EL RESENTIMIENTO es su primera publicación, la que ya tiene continuaciones, EL HOMBRE QUE GANABA POR CANSANCIO (terminada) y la tercera y última titulada RESCATARSE, la cual se encuentra en pleno proceso escriturario. Posee además textos inéditos como LA PORNOGRAFÍA Y LAS UÑAS MAL PINTADAS (poemario) y CÉLEBRES CLANDESTINOS, veinte miradas sobre perdedores de Canals; pero el mejor esbozo biográfico es el que se desprende de sus propias palabras. EL DIARIO CULTURA dialogó con él en su paso por Villa María, en su viaje de Canals a Tucumán, lugar adonde se radicará por un tiempo.

--Si tuvieras la oportunidad de abstraerte un instante de tu persona ¿Cómo presentarías a Iván Ferreyra (IF)?
--Iván es un gordo que se hace el especial, el distinto, que odia a los hipócritas, chauvinistas, fachos, prejuiciosos, a las victimas de la rutina, a los que dicen que todas las mujeres son putas. Soy un cuerpo lleno de historias que laten por dentro, historias que lastiman, que crecen y salen como ese líquido amarillo de la resaca de cerveza para demostrar que existen y yo las vomito. Yo creo en la belleza de cada cosa por fea que sea.

--¿Podríamos decir que el motor que generó ER es el amor a la belleza? Una belleza no convencional pero belleza al fin...
--Sí, es una buena interpretación, la derrota y el dolor son el motor de mi belleza. En la lectura de ER se advierte una particular presencia de la mujer ¿Qué significa la mujer para Polo? La negra es una mujer dura, Polo tiene la debilidad de los borrachos sensibles. Para él es no ver la casa vacía, es la compañía de los fines de semana, que con el televisor no basta y por supuesto sexo a veces. Pero el amor no existe, solo esa necesidad animal de aparearse y cuidarse…

--¿Qué significa para vos la mujer?
--Para mi es el motivo de mi existencia… Yo hago todo por ellas, sufro y soy feliz todo el tiempo con ellas y me encanta. Vivo aprendiendo como tratarlas para disfrutarlas mejor, siento que es una investigación con una premisa pero nunca con un resultado, lo que lo hace más hermosa. Mi segunda novela habla de mujeres en mi vida, de varias y el desarrollo de relaciones, se llama EL HOMBRE QUE GANABA POR CANSANCIO. Yo como Dolina creo que todo lo que hacemos es con el solo fin de conquistar mujeres.

--¿Qué nos podés adelantar sobre ella? ¿Es una continuación o una nueva historia?
--Es una continuación. Estoy escribiendo una trilogía. Estoy en la tercera novela: RESCATARSE, que lo hago acá desde Tucumán. La segunda está en manos de mi hermano Carlos, mi editor para darle vida cuando él lo considere, pero están relacionadas todas ya que escribo sobre mí mismo

--¿Cómo es el proceso de escritura, cuánto tiempo demora en gestarse una novela?
--El tiempo en que demora uno en mirar una secuencia y que eso conmueva. Yo siento en mi piel cuando hay una buena historia o una imagen que se pueda transcribir. Para mi la escritura es una forma de hacer cine. Escribo todo el tiempo, ando con montones de papeles en mis bolsillos con anotaciones de cosas que veo y se me ocurren y las voy transcribiendo, soy una maquina de escribir.

--El personaje principal de ER es recurrente en frases como "escribo para no suicidarme", "sigo escribiendo para resistir" o “escribo porque debo escribir”; ¿Comparte Iván Ferreyra esta mirada?
--Así se comienza a escribir, buscando excusas. Comparto la mirada porque así lo siento, de lo que yo escribo el noventa y nueve por ciento es real. Realismo sucio le llaman los académicos. Hurgar con los ojos me gusta decir a mi. El suicidio es el acto individual por excelencia decía Ciorán y lo comparto.

--¿Todo es "resistir" y "sobrevivir" o hay esperanzas?
--La esperanza es patética pero es una buena droga, ellos la tienen y es cobrar a fin de mes. "Una buena droga", como la escritura que realiza el personaje principal como medio para aletargar la muerte. En una cinta gallega MAKYNAVAJA EL ÚLTIMO CHORISO hay una canción que dice "la esperanza es esa puta que va vestida de verde". La escritura genera esperanza por instantes, por segundos, pero a veces puede destruir y tenemos solo palabras hermosas en nuestra cabeza y la realidad es otra, pero todo lo que transmita belleza sirve…

--¿En medio de esta derrota y dolor, Iván Ferreyra sintió alguna vez a la muerte tocar su puerta?
--Todos los días, la impotencia de los desenlaces amorosos, deudas, traiciones, cosas que se resuelven pragmáticamente. Tome pastillas con alcohol, intenté ahorcarme con una sábana y una soga, intenté tirarme de un cuarto piso pero no tenía ganas de hacerlo, sino no hubiera conquistado al suicidio. Nunca tuve un arma a mano en el momento adecuado, por suerte. Hay que tocar fondo para ver la luz dice Sábato y me gusta eso. Me gusta la vida, me gusta experimentar y uno ve la muerte todo el tiempo. En este lugar de pequeños se vuelven asesinos y lo veo, matan todo, pájaros de toda clase, chicos de siete años que ya manejan rifles y se rompen la cabeza a piedrazos. El otro día presencie la matanza de un cerdo, el grito del animal y con la naturalidad que está asumida la muerte de los seres vivos. Esa muerte me visita todos los días…

--Acabás de citar a Sábato ¿qué otras lecturas realiza Iván Ferreyra? ¿Cuáles son tus maestros?
--No muchos: Pizarnik, Bukowski, Celine, Girondo, Sartre, el Indio Solari… Arlt me gusta mucho, Galeano, Benedetti… mucho cine y demasiada música.

--Me parece también que muchos de sus maestros están en la calle, las personas que uno ignora y que tienen sus historias de vida interesantísimas, pero que nadie les da la importancia que merece. ¿Me equivoco?
--Esos que te nombre me gustan porque hablan de la calle y la gente que no duerme de noche. Yo ahí aprendo escuchando y mirando, a veces sin necesidad de hablar, solo acompañar. Esos son tipos que te enseñan todo el tiempo. Yo creo que es la única fuente, la realidad tal cual es, lo demás viene solo.

--En relación a ER ¿qué impacto está buscando en los lectores?
--Yo descubrí que existían lectores cuando terminé el libro y las formas de aceptación del libro me sorprendieron mucho, siempre positivas, el target fue variando de forma relativa.

--¿De qué manera ordenarías, según grado de importancia las siguientes palabras: mujeres, alcohol, escritura, muerte, fútbol?
--Me gustan todas. Primero, las mujeres, después la escritura, tercero el alcohol, cuarto el fútbol y quinto, la muerte….

(*) Publicado en EL DIARIO DEL CENTRO DEL PAÍS, el domingo 28 de agosto de 2005.-




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(NOTA PRELIMINAR)

COMENTARIO
EL RESENTIMIENTO (Crónicas de un rencoroso),
por Iván Ferreyra, Ediciones Recovecos, Córdoba, 2005, 122 páginas.

En uno de los tantos prólogos que le fueron encomendados a Borges se lee: “es grave tarea juzgar un libro, intuir por el examen de su lectura las particularidades méritos o fallas, pero más delicado y más arduo es comprender el alma personal que sus páginas manifiestan”. Vomitados por un tubo que nos transporta desde las primeras páginas a nuestra Córdoba Capital actual, nos encontramos con una ciudad donde se respira la pobreza, donde sus habitantes son una serie de personajes que emplean un lenguaje callejero, ácido y hasta muchas veces desopilante. Son perdedores que se conforman con ser lo que son, o lo que es peor, con asir una botella de vino y creer que “es lo único que tienen para sobrevivir”.
Las relaciones interpersonales están fracturadas al igual que muchos valores: “realmente aparte del vino, son pocas cosas las que nos unen”. En ER el lector deberá hurguetear las cinco vísceras que conforman los capítulos para seguirle los pasos a Iván, personaje central que intenta escribir una novela cuyo personaje es Polo, un canchero de Rancig Club de Nueva Italia. No es casual aquí que escribir rime con sobrevivir, porque Iván plasma sus ideas en papel como un medio para retrasar la muerte. Sin lugar a dudas es este personaje el alter ego del escritor quien utiliza este recurso que opera como una especie de caja china o cuadros dentro de cuadros.
Este es el submundo oscuro y degradante que no da respiros. Ni siquiera al lector, donde la prosa ligera nos inyecta el oxigeno necesario para no parar, para digerirla de una sola sentada. La originalidad del texto radica en que Ferreyra talló distintas percepciones y vivencias que no son ajenas a las nuestras, pero que pocos escritores tienen valor para decirlas. Será posible reconocernos en espacios físicos de Córdoba o en las acciones comunes donde la hipocresía social será herida por la pluma de este carlotense: “Prendo la tele, es verano, la gente en los festivales se sienta a evaluar a los artistas con aplauso complaciente (...) Abrigados, con termos y recipientes llenos de comida, y con su boca llena, aplauden hasta las llagas, son un jurado de incompetentes, y los artistas son evaluados a cada instante, sólo pagan para mostrar sus carteles y que los vean en la tele.”
EL RESENTIMIENTO se configura como un espejo y por lo tanto un reflejo (inmundo en este caso) de las relaciones humanas, donde el malestar, la violencia, la pobreza y las drogas son los principales ingredientes de un alimento en constante descomposición; sin embargo es un recorte en mutación, ya que hay esperanzas aunque parezcan utópicas. De todas formas no es en esta novela donde se resolverá la cuestión, para dilucidarla habrá que esperar las próximas apariciones de esta singular trilogía cordobesa.







Iván Ferreyra y el arte de hurgar con los ojos
EL RESENTIMIENTO (Crónicas de un rencoroso), por Iván Ferreyra, Ediciones Recovecos, Córdoba, 2005, 122 páginas.

En uno de los tantos prólogos que le fueron encomendados a Borges se lee: “es grave tarea juzgar un libro, intuir por el examen de su lectura las particularidades méritos o fallas, pero más delicado y más arduo es comprender el alma personal que sus páginas manifiestan”. Hoy, EL DIARIO CULTURA intentará juzgar, describir, comentar y charlar con un “nuevo” escritor salido de las entrañas de nuestro interior cordobés y su reciente novela edita, EL RESENTIMIENTO (ER).
Vomitados por un tubo que nos transporta desde las primeras páginas a nuestra Córdoba Capital actual, nos encontramos con una ciudad donde se respira la pobreza, donde sus habitantes son una serie de personajes que emplean un lenguaje callejero, ácido y hasta muchas veces desopilante. Son perdedores que se conforman con ser lo que son, o lo que es peor con tomar una botella de vino y creer que “es lo único que tienen para sobrevivir”
Las relaciones interpersonales están fracturadas al igual que muchos valores: “realmente aparte del vino, son pocas cosas las que nos unen”.
En ER el lector deberá hurguetear las cinco vísceras que conforman los capítulos para seguirle los pasos a Iván, personaje central que intenta escribir una novela cuyo personaje es Polo, un canchero de Rancig Club de Nueva Italia. No es casual aquí que escribir rime con sobrevivir, porque Iván plasma sus ideas en papel como un medio para retrasar la muerte. Sin lugar a dudas es este personaje el alter ego del escritor quien utiliza este recurso que opera como una especie de caja china o cuadros dentro de cuadros.
Este es el submundo oscuro y degradante que no da respiros, ni siquiera al lector, la prosa es ligera y nos inyecta el oxigeno necesario para no parar, para digerirla hasta de una sola sentada.
La originalidad del texto radica en que Ferreyra talló distintas percepciones y vivencias que no son ajenas a las nuestras, pero que pocos escritores tienen valor para decirlas.
Aquí será posible reconocernos en espacios físicos de Córdoba o en las acciones comunes donde la hipocresía social será estocada por la pluma de este carlotense: “Prendo la tele, es verano, la gente en los festivales se sienta a evaluar a los artistas con aplauso complaciente (...) Abrigados, con termos y recipientes llenos de comida, y con su boca llena, aplauden hasta las llagas, son un jurado de incompetentes, y los artistas son evaluados a cada instante, sólo pagan para mostrar sus carteles y que los vean en la tele.”
ER se configura como un espejo y por lo tanto un reflejo (inmundo en este caso) de las relaciones humanas, donde el malestar, la violencia, la pobreza y las drogas son los principales ingredientes de un alimento en constante descomposición; sin embargo es un recorte en mutación, ya que hay esperanzas aunque parezcan utópicas. De todas formas no es en esta novela donde se resolverá la cuestión, para dilucidarla habrá que esperar las próximas apariciones de esta singular trilogía cordobesa.

Iván Ferreyra nació en La Carlota en 1972 y creció en Canals. Es director de la revista sociocultural autogestionada RECOVECOS (http://www.revistarecovecos.com.ar/). EL RESENTIMIENTO es su primera publicación, la que ya tiene continuaciones, EL HOMBRE QUE GANABA POR CANSANCIO (terminada) y la tercera y última titulada RESCATARSE, la cual se encuentra en pleno proceso escriturario. Posee además textos inéditos como LA PORNOGRAFÍA Y LAS UÑAS MAL PINTADAS (poemario) y CÉLEBRES CLANDESTINOS, veinte miradas sobre perdedores de Canals; pero el mejor esbozo biográfico es el que se desprende de sus propias palabras.

—Si tuvieses la oportunidad de abstraerte un instante de tu persona ¿Cómo presentarías a Iván Ferreyra (IF)?
—Iván es un gordo que se hace el especial, el distinto, que odia a los hipócritas, chauvinistas, fachos, prejuiciosos, a las victimas de la rutina, a los que dicen que todas las mujeres son putas. Soy un cuerpo lleno de historias que laten por dentro, historias que lastiman, que crecen y salen como ese líquido amarillo de la resaca de cerveza para demostrar que existen y yo las vomito. Yo creo en la belleza de cada cosa por fea que sea.

—¿Podríamos decir que el motor que generó ER es el amor a la belleza? una belleza no convencional pero belleza al fin.
—Sí, es una buena interpretación, la derrota y el dolor son el motor de mi belleza.

­—En la lectura de ER se advierte una particular presencia de la mujer ¿Qué significa la mujer para Polo?
—La negra es una mujer dura, Polo tiene la debilidad de los borrachos sensibles. Para él es no ver la casa vacía, es la compañía de los fines de semana, que con el televisor no basta y por supuesto sexo a veces. Pero el amor no existe, solo esa necesidad animal de aparearse y cuidarse.

—¿Qué significa para vos la mujer?
—Para mi es el motivo de mi existencia, yo hago todo por ellas, sufro y soy feliz todo el tiempo con ellas y me encanta. Vivo aprendiendo como tratarlas para disfrutarlas mejor, siento que es una investigación con una premisa pero nunca con un resultado, lo que lo hace mas hermoso. Mi segunda novela habla de mujeres en mi vida, de varias y el desarrollo de relaciones, se llama EL HOMBRE QUE GANABA POR CANSANCIO. Yo como Dolina creo que todo lo que hacemos es con el solo fin de conquistar mujeres.

—¿Qué nos podés adelantar sobre ella? ¿Es una continuación o una nueva historia?
—Es una continuación, estoy escribiendo una trilogía. Ahora estoy en el tercero que se llama RESCATARSE, que lo hago acá desde Tucumán. La segunda está en manos de mi hermano Carlos, mi editor para darle vida cuando él lo considere, pero están relacionadas todas ya que escribo de mi.

—¿Cómo es el proceso de escritura, cuánto tiempo demora en gestarse una novela?
—El tiempo en que demora uno en mirar una secuencia y que eso conmueva. Yo siento en mi piel cuando hay una buena historia o una imagen que se pueda transcribir. Para mi la escritura es una forma de hacer cine. Escribo todo el tiempo, ando con montones de papeles en mis bolsillos con anotaciones de cosas que veo y se me ocurren y las voy transcribiendo, soy una maquina de escribir.

—El personaje principal es recurrente en frases como "escribo para no suicidarme", "sigo escribiendo para resistir" o “escribo porque debo escribir”; ¿Comparte IF esta mirada?
—Así se comienza a escribir, buscando excusas. Comparto la mirada porque así lo siento, de lo que yo escribo el noventa y nueve por ciento es real; realismo sucio le llaman los académicos, hurgar con los ojos me gusta decir a mi. El suicidio es el acto individual por excelencia decía Cioran y lo comparto. Estoy en un pueblo ahora de borrachos y suicidas y se siente la impotencia de no saber enfrentar las emociones.

—¿Todo es "resistir" y "sobrevivir" o hay esperanzas?
—La esperanza es patética pero es una buena droga, ellos la tienen y es cobrar a fin de mes.

—¿"Una buena droga", como la escritura que realiza el personaje principal como medio para aletargar la muerte?
—En una cinta gallega MAKYNAVAJA EL ÚLTIMO CHORISO hay una canción que dice "la esperanza es esa puta que va vestida de verde". La escritura genera esperanza por instantes, por segundos, pero a veces puede destruir y tenemos solo palabras hermosas en nuestra cabeza y la realidad es otra, pero todo lo que transmita belleza sirve.

—¿En medio de esta derrota y dolor, IF sintió alguna vez a la muerte tocar su puerta?
—Todos los días, la impotencia de los desenlaces amorosos, deudas, traiciones, cosas que se resuelven pragmáticamente.

—¿Pero seguramente alguna vez lo hizo con mayor intensidad?
Tome pastillas con alcohol, intenté ahorcarme con una sábana y una soga, intenté tirarme de un cuarto piso pero no tenía ganas de hacerlo, si no lo hubiera conquistado al suicidio. Nunca tuve un arma a mano en el momento adecuado, por suerte. Hay que tocar fondo para ver la luz dice Sábato y me gusta eso. Me gusta la vida, me gusta experimentar y uno ve la muerte todo el tiempo. En este lugar de pequeños se vuelven asesinos y lo veo, matan todo, pájaros de toda clase, chicos de siete años que ya manejan rifles y se rompen la cabeza a piedrazos. El otro día presencie la matanza de un cerdo, el grito del animal y con la naturalidad que está asumida la muerte de los seres vivos. Esa muerte me visita todos los días.

—Acabás de citar a Sábato ¿qué otras lecturas realiza IF? ¿Cuáles son tus maestros?
No mucho, Pizarnik, Bukowski, Celine, Girondo, Sartre, el Indio Solari, Arlt me gusta mucho, Galeano, Benedetti, mucho cine y demasiada música.

—Me parece también que muchos de tus maestros están en la calle, las personas que uno ignora y que tienen sus historias de vida interesantísimas, pero que nadie les da la importancia que merece. ¿Me equivoco?
—Esos que te nombre me gustan porque hablan de la calle y la gente que no duerme de noche esta combatiendo algo; yo ahí aprendo escuchando y mirando, a veces sin necesidad de hablar, solo acompañar. Esos son tipos que te enseñan todo el tiempo.

—Es una buena fuente para nutrir a la literatura.
—Yo creo que es la única fuente, la realidad tal cual es, lo demás viene solo.

—En relación a ER ¿qué impacto estás buscando en los lectores?
—Yo descubrí que existían lectores cuando terminé el libro y las formas de aceptación del libro me sorprendieron mucho, siempre positivas, el target fue variando de forma relativa.

—¿De qué manera ordenarías, según grado de importancia las siguientes palabras: mujeres, alcohol, escritura, muerte, fútbol?
—Me gustan todas. 1º mujeres, 2º escritura, 3º alcohol, 4º fútbol y 5º muerte.

—¿Cuál agregarías?
Música estaría después de mujeres y drogas antes de alcohol.

—ER inauguró la serie "la espalda del espejo" ¿por qué esta denominación?
—Lo hable con mi hermano, estábamos con el concepto de “ciudad de espejos” en RECOVECOS y el espejo para los lacanianos es la madre, los vampiros no se reflejan y todo lo que refleja la belleza, me gustaba eso. La espalda es negra y me gusta esa oscuridad, la oscuridad de las cosas, por eso el nombre.

—En relación a Recovecos ¿Cuál es la forma para sobrevivir y resistir tantos años? ¿Cómo se las arreglan para subsistir con la autogestión en una revista tan particular y única?
—Nos gusta y creemos, la bancamos con otros laburos de mierda, nunca tuvimos demasiado apoyo. Yo la concibo como un experimento artístico, por eso ninguna revista se repite y eso ayuda a tener siempre ganas de hacerla. La gente que se va sumando también ayuda a tener ese entusiasmo de que siga existiendo.

—¿Cómo ves la movida editorial en Córdoba? ¿y en el interior? ¿o debería preguntar primero si hay movida editorial?
—No se si existe lo de movida, me pone contento que algunos tipos grosos publiquen como Tomás Barceló Cuesta y eso es por apoyo de algunas editoriales cordobesas. Me parece que están achanchadas, son políticamente correctas no juegan artísticamente con los libros haciendo laburos con fotógrafos, pintores, dibujantes; se conforman con un lindo color rosa y un cuadro clásico en las tapas. No veo una evolución, no veo ideas, se siguen publicando mayormente poesías cursis de viejas con guita. Ediciones Recovecos sale a plantear las cosas de otra manera, despacio, pero con ideas, no a competir sino a sumar. Las editoriales como la cultura en Córdoba están tan encerradas en ghetos donde se juntan para alabarse unos con otros y cuando hacés algo por interés el agradecimiento nunca es suficiente y los diarios, y los críticos no ayudan a que esto cambie. Deberían cuestionar más los niveles artísticos de las presentaciones de los libros. Me gusta Eloisa Cartonera y Belleza y Felicidad.

—Para terminar y parafraseándote en ER, desconocemos los alcances de la novela; quizás no puedas cambiar nada, mientras tanto seguirás cumpliendo años... PERO ESCRIBIENDO.
—Seguiremos nadando en esta gran olla de sudor hirviendo, viviendo esta absurda derrota sin final pero escribiendo hasta que tenga dedos, si no gritando hasta que tenga voz, si no pensando...