domingo, 30 de octubre de 2011

Os quatro companheiros. Chorinho brasileiro

Entrevista
OS QUATRO COMPANHEIROS
Chorinho brasileiro


El choro es un género musical del Brasil que popularmente se lo conoce como “chorinho”. Es una música instrumental que tiene más de 130 años de vigencia y convoca a todos los géneros y edades. Si bien, etimológicamente la palabra choro significa “lloro, llanto”, el ritmo de estas composiciones, por lo general es alegre, movido y festivo. Se la considera la primera música popular brasilera y fue muy difundida en el mundo hasta que la bossa nova le expropió la popularidad.
Hoy domingo a las 20.30 en el Auditorio del Rectorado de la Universidad Nacional de Villa María (Entre Ríos 1431), se ofrecerá un espectáculo musical compuesto por integrantes de esa comunidad universitaria, que nos ilustraran sobre este género. Los “chorões” son el docente Pascual Crichigno (flauta), el alumno Renato Borghi (cavaquinho) y Pablo Vélez (guitarra) y el recientemente egresado Luciano Cuviello (pandeiro). Vale aclarar que la entrada es totalmente libre y gratuita, por lo que ya no quedan excusas para no ir.
Desde este espacio, irrumpimos en el último de sus ensayos para que nos cuenten sobre el género en cuestión y la presentación de esta noche.

                                                                                                                              
Darío Falconi
eldiariocultura@gmail.com



Bajo el techo de la Licenciatura en Composición Musical surge lo que hoy conocemos como “Os quatro companheiros”. Allí un alumno proveniente de Riberao Preto dialoga con su profesor de flauta sobre el repertorio de uno de los géneros que ambos comparten en gustos. El alumno, se llama Renato Michelín Sanches de Oliveira y su profesor Pascual Ángel Crichigno. No será tema de un encuentro, sino que la pasión por la música los convocará en varias oportunidades.
Más adelante, en alguna de las juntadas que realizan los estudiantes de música, Pablo Vélez escucharía el cavaquinho ejecutado por Renato y comenzaría a desarrollarse el germen de este cuarteto tan singular, que se terminaría de desarrollar con la inclusión de Luciano Cuviello.
                                           

Pascual: -Empezamos sacando fotocopias de una treintena de temas y desde allí los comenzamos a estudiar. Iniciamos a mediados del año pasado y de poco fuimos haciendo mejor las cosas, luego aprobaron el proyecto de extensión y decidimos empezarlo a tocar y presentarlo este año.
Renato: -Una de las cosas que hicimos, fue tratar de buscar cómo tocar el lenguaje del choro, que es lo más difícil; porque aprender los temas es leerlos e interpretarlos, pero queríamos más que eso.
Pablo: -Yo arranqué de cero, no había escuchado más que “Tico-tico”… un choro en toda mi vida. Entonces, venir de afuera y asimilar un ritmo para tratar de que suene así, es difícil y lleva tiempo y todavía lucho para que salga algo más o menos auténtico.
Renato: -Tocamos muchos temas porque estamos concentrados en cómo tocarlos. El choro es el género más viejo del Brasil y todavía está vigente. Surge a partir de una forma de interpretar determinadas músicas de la moda de aquella época de la mitad del Siglo XIX, la polca, el vals, la mazurka, el chotis… Son géneros de música de salón, en el contexto de ese tiempo en Río (de Janeiro) en músicos que eran letrados, pero no eran músicos que tocaban en grandes salones, sino que eran gente de clase media baja y que trabajaban en el funcionarismo público. Había muchos carteros, mucho funcionarios, secretarios… esa es la gente que empieza a darle a forma al choro, a partir de una forma de tocar de esos géneros. De ahí quedó el nombre de choro (llanto), porque se dice que tocaban esas cosas más melancólicamente, más “llorado” que lo que venía en el original de los valses, yotis y de cosas más viejas que ya dejaron de existir… era una mezcla y reinterpretación, un cambio en la manera de tocar. Hay mucha gente que asocia el choro con temas muy rápidos en compás de dos; pero hay otros que son mucho más lentos, pero que siguen siendo choro.


-En el caso tuyo Luciano ¿cómo te integraste al grupo?
Luciano: -Hace como cinco años atrás me encontré con el pandeiro, que como percusionista, me llamó mucho la atención y empecé a estudiarlo técnicamente. Lo que sucedió después es que, cuando llegó Renato (de Brasil), nos conocimos y empezamos a compartir los conocimientos que él traía de allá y con lo que yo sabía empezamos a tocar. Lo que sí pasó, es que después, el grupo se formó sin mí, porque yo tenía otras cosas; hace un tiempo volvía reintegrarme.
Renato: -Igualmente Luciano estaba desde el principio porque si bien no tocaba choro dominaba muy bien el pandeiro, que es el apoyo del choro, es lo que lo sostiene rítmicamente…
Pablo: -No había problemas de ensayar cierto tiempo y luego llamarlo a Luciano porque se iba a adaptar perfectamente, no es como mi caso, que debía ensayar más por conocer menos el género.
Pascual: -Primero maduramos las obras, que son muy difíciles, hay algunas que son virtuosísticas, entonces hay que tocar muy bien el instrumento para tocarlos. No es que uno se sienta hoy a practicarlas y mañana ya están listas; todo tiene una maduración y una integración del código.
Renato: -Además hay muchos subgéneros del género del choro, decidimos incorporar otros subgéneros para refrescar esto que nos gusta.


-¿Generalmente, cómo es la formación de un grupo de choro?
Renato: -Nuestra formación es muy tradicional. Para el caso de los solistas pueden usarse la flauta o la mandolina, puede ser un trombón u otro tipo de instrumento; la base siempre va a ser pandeiro, cavaquinho y guitarra de siete cuerdas, que aquí no se utilizan.

-¿Qué particularidades tiene el hecho de estar incluido dentro de un proyecto de extensión?
Pascual: -Lo hicimos para poder institucionalizar esta idea, para que desde la Licenciatura en Composición Musical con orientación en Música Popular, tuviera una música popular de un estilo de un país vecino y hermano como es Brasil. Algún día alguien querrá hacer joropo o merengue venezolano y mostrarán eso... Nuestro punto de partida es tratar de conocer esta música, que a nosotros nos agrada, porque creo que los músicos somos así, si una música no nos agrada nos pasa por el lado, no la tocamos. Realmente nos tiene que llegar a lo más profundo de cada uno, eso hace que nos pongamos a investigar y estudiar, a escuchar como lo tocaban otros, y hacernos la versión propia de cada uno de nosotros.

-¿Se improvisa en el choro?
Renato: -La improvisación como la conocemos en el jazz, no está en el choro más antiguo, después se la agregó por la propia influencia del jazz; en el choro no se toca ni parecido a lo que está escrito, en el sentido de la rítmica, en el sentido de giro melódico, de ornamentos que se le agreguen, es muy del género. El cavaquinho no sigue un patrón rítmico, el principal sentido es la guitarra que tiene un “bordoneo”, que es todo el acompañamiento de los bajos que forma un contracanto a la melodía, es completamente improvisado. Genera una textura contrapuntística que es muy interesante y muy característico; cuando hay dos guitarras, las dos hacen lo mismo y generan un contrapunto más denso todavía. También se hace mucha alternancia de solistas.
Pascual: -Nosotros no sólo notábamos que teníamos respetar un código; sino que también teníamos cierta libertad para hacer cosas, dentro de lo escrito y fuera de ello, eso tiene lindo este género.

-¿Y en la Argentina se escucha el choro?
Renato: -No hay mucho… En una charla que he tenido con el Director de la Orquesta de Música Ciudadana, Alberto Bacci, me comentaba que en una época llegaba mucho este género a la Argentina… o sea, antes de la bossa nova, el choro era la música que más salía del Brasil; por eso te digo, que antes de esa época los temas de choro se hicieron muy conocidos fuera de Brasil, y después dejó de ser la música número uno del Brasil para los otros países. Pero sigue vigente, es la música que une generaciones… no es de un contexto específico, vos vas a un bar que tienen mesas afuera, en la calle, los vas a ver tocando y la gente que se acerca, y vas a ver niños con sus padres. Verás también que están los músicos de 70 años tocando junto a los que tienen 20, eso tiene el choro.
Pascual: -Como ves, este es nuestro grupo, aquí tienen a los chicos de 20 años y aquí el chico de 70 (bromea y se señala, con su humor siempre tan particular).
Renato: -Algo muy importante que quiero rescatar, el choro tiene su centro, no en presentaciones en vivo, es un género instrumental, tiene alguna composiciones que le agregaron alguna letra pero posterior a su composición. No es para bailar, es un género para escuchar. Su centro de existencia es la ronda del choro, alrededor de una mesa, con cerveza, a la tarde donde se juntan a tocar y se va arrimando la gente. Los músicos se acercan y si no saben lo que tocan se van adaptando y tocan. No es una música de noche, a las cuatro seis de la tarde, generalmente es cuando se toca esta música.

-¿Cuál es el repertorio que tienen preparado para hoy?
Renato: -Son todos temas de grandes referentes del choro como Pixinguinha, Esquina de Abreu, Ernesto Nazareth, entre otros. Hay algunos que son de compositores menos conocidos, que tienen solamente un tema que todo el mundo ha tocado, pero casi nadie conoce las demás canciones que han realizado. Todos estos temas son antiguos, ninguno se ha compuesto después de 1940.

-Por último, ¿qué significa para ustedes interpretar este género poco difundido en la Argentina?
Pascual: -Para nosotros es un gran desafío, porque salvo Renato, ninguno de los tres antes había tocado esta música. Fue un desafío estudiarla también. Lo importante es que la gente vaya a escuchar, que no se va a ir defraudada, porque es una música muy bonita.
Pablo: -En mi caso confío en lo que dice Renato, de que estamos sonando bien…
Renato: -Después de tiempo de ensayo, llegamos a sonar bastante bien y bastante fiel, por eso creo que vale la pena ir. Espero que la gente nos acompañe.







(*) Publicado en EL DIARIO del Centro del País, domingo 30 de octubre 2010.-