viernes, 30 de noviembre de 2012

Instamatic 25 de Fernando de Zárate


INSTAMATIC 25
Poemario de Fernando de Zárate



La poesía en Villa María sigue prevaleciendo entre las elecciones de quienes, diariamente, forjan la palabra literaria. Hay en los últimos tiempos un intento por revalorizar los demás “géneros”; pero históricamente esta ciudad ha sido de los creadores de versos.
En este caso, hablaremos de un poeta que nació, vive y morirá en Villa María. Maestro rural por años, admirador del jazz… del mejor jazz (Django Reinhardt y Charlie Parker), seguidor de Alumni, Boca Juniors y del box por TV.
Fernando de Zárate es del sur cordobés, autor de los poemarios “Brújula y viento” (2003), “Entre el fuego y la Sed” (2006), “Peón Caballo Rey” (2006), “Escrito en la tempestad” (2007) “Brumario” (2010) y “ArreMolina. Siete poetas” (2010) junto al Grupo Paco Urondo.
Su último libro se titula “Instamatic 25” y fue publicado por el sello villamariense El Mensú Ediciones. En esta última producción poética, el autor da un giro estético en relación con lo que venía escribiendo hasta el momento. De Zárate se humaniza más y se sienta en las mesas de distintos bares de su ciudad, para tomar instantáneas de personas y momentos, que se revelan en versos. Lo que sigue son las impresiones de dos voces, que intentan describirnos este volumen de  poemas que reflejan en la simplicidad de la cotidianeidad, lo complejo del vivir.

Por Darío Falconi




POESÍA DE ESPEJOS
Por Lic. Marta Nunciato

A diferencia de lo científico, la poesía formula una verdad que bien puede ser subjetiva, es absoluta, infinita, eterna.
En “Instamatic 25” de Fernando de Zárate, esta verdad aparece impresa y devela una serie de visiones que son mucho más que el reflejo de una realidad. En este libro, la poesía es un espejo en cuyo centro hay calidoscopio que permite trasladar al lector al otro lado del reflejo, donde habita la psique del que escribe y recrea el universo.
En esta obra, con una palabra o dos, el mundo manifestado se vuelve íntimo y aparece pintado con el color del alma del poeta que instalado en un bar o en algún espacio de sí mismo, transfiere datos de una remembranza, una melancolía unidas a la intensidad de un grito amordazado.
Hay en la obra de Fernando, imágenes impresionistas que captan el vuelo de una visión instantánea y eternizan un movimiento.
La humanidad desvalida es un tema recurrente en todos los libros de este autor.
En “Instamatic 25” es figura estática que la palabra esculpe y anima; es una exposición de cuadros-imágenes-figuras que pierden su apariencia hierática al son de un pensamiento-sentimiento, que sin teorizar, ordena el caos, decodifica el mundo presentado.






ENTRE PENUMBRAS Y EL ALBA
Por Alicia Beatriz Quiroga


La poesía y los poetas, los artistas, nunca son ajenos al acontecer de la vida entre tiempos y transformaciones donde a ellos les cabe también ser protagonistas  y testigos.
Fernando de Zárate, se ha allanado como poeta a una necesidad y a un estado creativo de su espíritu, que no es  ya solo abarcativo de lo íntimo-psíquico con motivaciones lúdicas en el lenguaje. La poesía, se ha valido de su sensibilidad de poeta, capacidad de asombro y de su atributo innato de descifrar la voz de la palabra expresión.
De ello, surge la poesía de este villamariense, sin ternura, deconstruída, retacada, pero, estañada en la precisión de cada palabra, cada concepto logrado… Y así, resulta una poesía tensada, sin embozos ni evasivas, sin grito, diciendo el transcurrir ineludible de estampas definidas y efímeras, de seres individuales, no obstante, almas seriales de un colectivo involuntario, habitantes en la multiplicidad de las cosas, de los hechos y el cemento.
Instamatic 25”, es un libro de voz citadina, su eje es el acontecer de gentes de una ciudad, en poemas; el lugar es el interior de provincia.
En esta poesía, hay una resistencia expresa o solapada, escarceos, juegos frasescos y forcejeo con la palabra misma para lograrse, sin perder el péndulo indicador de la actitud de deseo de trascendencia – punto indiscutible de todo arte.
Y porque es una poesía surgida de síntomas, no de sentires, surgida de sobrevivencias y subsistencias, de zozobras colectivas y soledad en multitudes, la poética urbana, es dolorida (y dolorosa), antagónica, rivalizadora de la romántica, por eso, digo, es tensa, parca, expectante, está en vilo y en suspenso ante ella misma, porque el dolor es exigencia, resistencia, no entrega como la ternura, no obstante conlleva la esperanza de la penumbra y la belleza del alba (que vuelve cada día para preanunciar el sol).






impuestos

                                        a Mirtha


saliste temprano

seguí durmiendo

al despertar recordé
la intimación municipal
por un año
de impuestos atrasados

de esa casa
que te dejó
tu padre

cuando no volvió
de la clínica aquella.


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Alrededor

noche de calor

en el departamento
de enfrente
la viuda
en su radio escucha
a Paul Anka

alrededor
duermen vecinos
en los patios

lejos,
autos policiales
taladran el silencio
               con sirenas
     yendo
quién sabe dónde.


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está

uno de los hombres
de Senegal
toma sol
apoyada la espalda
en la vidriera
de un negocio que cerró.

a ratos mueve
un poco
la cabeza

toda la luz
se le acomoda en la cara
parece un buda impasible
que con la memoria viaja
hacia la sabana
            o
una hebra de té
impresa en
papel sepia
        para envolver.


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ex

apoyado
en la bicicleta
lee la Biblia en voz alta
con atención
convencido
de lo escrito

fue jugador de fútbol
fotógrafo
ahora un ser solo
que habla mano a mano
         con Dios
                o
es su confidente.


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entonces

en las tardes
de no hacer
iba a su departamento

era porteña
vivía con la madre
que nunca estaba

hablábamos mucho
a veces era triste
tomábamos café
escuchábamos “Trafalgar”
de los Bee Gees

una vez fuimos al cine
a ver “Melody”
un viernes
a la noche

a veces nos reuníamos
en “Cristal”, fumábamos,
hablábamos del futuro
de qué íbamos a ser
cómo sería el Tercer Mundo
años delante

después

se fue a Córdoba

en los ’90 un amigo contó
que había desaparecido

amaba los Bee Gees
tenía ojos verdes
era linda
                    militaba en Montoneros.


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habita
sábado
de mesas vacías
oscuros barcos
en
tablero de ajedrez



excepto un viejo
que lee el diario,
la empleada
y yo

nadie en Le Magot

sensanción rara
tanto silencio

imágenes pobres
de un interior
que la voz de Arjona
desde la radio
                           habita.





(*) Publicado en El Corredor Mediterráneo de diario Puntal
Miércoles 28 de noviembre de 2012
Villa María, Córdoba, Argentina.

3 comentarios:

mercedes saenz dijo...

Es un placer encontrarlo, es un placer volver a releerlo como tantas veces. Fernando Poeta gigante de extrema sensibilidad y sabiduría.Poeta de una particular belleza en la palabra. Una vez más, toda mi admiración y todo mi afecto.
Virtual abrazo gigante también al incansable y dedicado trabajo de Darío.
Mercedes

Anónimo dijo...

Excelente!!!...un libro que deja en un flash lo cotidiano de la vida. Buenísimo.


Todos sus libros son excelentes, en donde Fernando de Zárate logra escribir todo lo que observar de la vida cotidiana, de lo súbito de los pensamientos, forma de ver la vida y su filosofía, del ir y venir de los personajes de la calle que van y vienen a un ritmo que impone este mundo globalizado y agujas del reloj totalmentes alocadas como los individuos que los siguen.....(mis preferidos: " Entre el Fuego y la Sed"; " Escrito en la Tempestad" "Peón, Caballo, Rey,"Brújula y Tiempo")
Escrito de perfil muy bajo pero de una sabiduría sublime reflejada en sus poemas. Lelia C. Frías

Anónimo dijo...

Una felicidad encontrar a Fernando en este espacio y al genial libro que ha nacido de su única visión de las cosas, las personas y la ciudad. Un festejo de la poesía.

Andrés Velo