SARMIENTO ESCRITOR
Hablar de Domingo Faustino Sarmiento es hablar de un personaje polémico y difícil. Es hablar de uno de los próceres de nuestra historia, una figura puesta sobre un pedestal de oro por algunos y amontonada con otras figuras controvertidas por otros. Fue un educador renombrado, presidente de la Nación, periodista, político, militar, autor de libros que cimentaron la mirada de un país que se construía con ideales de progreso.
Pero hablemos del escritor, el autor de “Facundo” o del tan nombrado “Recuerdos de provincia”. Sarmiento es ante todo un periodista, que inició su labor literaria en los medios de prensa de la época. Dueño de un estilo ligero, desprovisto de adjetivos, en el que se trataba de mostrar las proposiciones como un objeto limpio de ornamentos. La urgencia periodística fue moldeando al escritor que luego después se convertiría el autor de libros.
Sarmiento transformo la prensa de la época con artículos densos, extensos y de alto contenido crítico; dicen algunos biógrafos que más que un tipo de ideas brillantes, era de ocurrencias memorables y que su lógica actuaba en pos de mostrar las impresiones del día.
Fue un hombre muy culto que comenzó a leer temprana edad, que estudió inglés, francés, italiano y otros idiomas de los que se nutria su intelecto. El gran escritor Leopoldo Lugones, cuando se refiere a él dice que no hay una obra única y compacta, sino que es “el escritor de los trozos selectos”; ya que la literatura es para él un medio y no un fin; un medio para llegar al ideal de país que pregonaba en su momento. Tenía una capacidad de describirnos los paisajes y las situaciones como si las hubiese vivido, de esa manera describió las pampas del “Facundo” que conocería posteriormente de publicada la obra.
Hay varios libros de su autoría, pero resaltamos “Recuerdos de provincia”, por ser el de estructura literaria más sólida y bella; mientras que “Facundo” es una novela política en la que se concentran las ideas de Sarmiento, el pensamiento, la historia…
Muchas actitudes de Sarmiento podrán ser discutibles, pero es innegable su gran capacidad intelectual, su brillantez en el accionar cotidiano y el legado que ha dejado para la literatura nacional en sus libros y en la copiosa cantidad de páginas que aún andan dispersas en publicaciones periódicas capturadas por el tiempo.
(*) Publicado en "Cátedra Libre", abril 2011, Año IX, edición 74, Villa María.
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